Con menos pompa de la que podía esperarse, En el nombre de Rocío llega a Mediaset envuelta en una extraña estrategia de lanzamiento. La docuserie, anunciada en mayo de 2021 como “la segunda parte” de la exitosa Rocío, contar la verdad para seguir viva, vuelve a ceder la palabra a Rocío Carrasco para que narre su verdad. Pero en esta ocasión, con un foco muy diferente al original.
El que iba a ser uno de los grandes formatos de Telecinco para esta temporada llega finalmente en una época que ya es de bajo consumo, en plena temporada estival con el menor interés televisivo que provoca el calor del verano. Y además lo hace con importantes cambios en su estreno: primero se anunció que sería el viernes 17 sólo para Mitele Plus, luego que se lanzaría en la plataforma la mañana de ese viernes para ser analizada en un Deluxe especial, y finalmente llega a Mitele Plus este jueves día 16 y se reemitirá y analizará en ese Deluxe especial del viernes. Es decir, que ni el día ni la estrategia de emisión han acabado siendo lo que en un principio se dijo.
Este es el resumen que facilita, tras los cambios en su estrategia de lanzamiento, la propia web de Telecinco:
- Jueves 16: preestreno en primicia de los dos primeros capítulos de En el nombre de Rocío en Mitele Plus.
- Viernes 17: emisión de los capítulos 0 y 1 de En el nombre de Rocío en Telecinco, a las 22:00 horas, en un especial del Deluxe. Estará en plató Rocío Carrasco.
- Cada semana: un nuevo capítulo de En el nombre de Rocío sólo y en exclusiva en Mitele Plus.
En verTele ya realizamos un análisis en clave televisiva de esta apuesta, considerando los desafíos y preguntas que planteaba esa estrategia sorpresa inicial que al final no ha acabado siendo tan diferente a la de Rocío, contar la verdad para seguir viva: aunque las entregas de En el nombre de Rocío se ofrecerán completas en Mitele Plus (lo que permitirá una visualización y análisis propio sin contar con el que haga Telecinco), finalmente también será contenido principal de la noche de Telecinco con la reemisión y análisis que hará el Deluxe, y seguramente del resto de programas diarios de la cadena.
Como ya se ha repetido muchas veces, la docuserie original contó con un valioso testimonio de Rocío Carrasco explicando su caso de maltrato a manos de Antonio David Flores. Un relato que fue premiado por el ministerio de Igualdad, que recibió el apoyo de políticos, y que contribuyó a conocer la violencia vicaria y a que muchas mujeres trasladasen sus casos al 016. Pero al mismo tiempo, Mediaset la rodeó y acompañó de un show televisivo que nubló su mensaje y acabó por convertirlo en un enfrentamiento ante las cámaras de productoras (La Fábrica de la Tele y Unicorn Content) y de protagonistas (Rocío Carrasco, Rocío Flores, Olga Moreno, y sin aparecer, Antonio David).
Ese análisis previo, puramente televisivo, puede complementarse con otro sobre los contenidos. Y aunque todavía no se han podido visualizar las distintas entregas de la segunda parte de la docuserie, queda claro por qué En el nombre de Rocío no va a ser como Rocío, contar la verdad para seguir viva.
Un ajuste de cuentas familiares con la memoria de Rocío Jurado
La docuserie En el nombre de Rocío no va a reflejar una problemática social que afecta a muchas mujeres, ni va a partir de un hecho general que concierne a la sociedad como es el maltrato y la violencia vicaria. Más bien va a ajustar cuentas familiares. Y claro que en todas las familias hay problemas, pero su objetivo no es lograr esa conexión con los espectadores, sino explotar las tramas de una familia tan famosa y seguida por el “universo Mediaset” como la de Rocío Jurado (sin importar que la artista ya no esté, como ocurrió en El último viaje de Rocío y en Montealto).
Mediaset no oculta ese ajuste de cuentas familiar, y así presenta esta “segunda parte”, que en realidad es una docuserie completamente distinta y sin sus mismos valores: “Según Rocío Carrasco, su familia ha pisado el nombre de su madre, 'la más grande', y considera que lo han hecho aprovechándose de la delicada situación en la que se encontraba ella. Pero ahora, Rocío está fuerte y dispuesta a sacar a la luz los secretos de la familia, y es que ha encontrado documentos de su madre que 'pueden ser comprometidos para algunas personas'”.
Es decir, lejos de partir de una problemática general que impacte televisiva y socialmente, como ocurrió en Rocío, contar la verdad para seguir viva, en el caso de En el nombre de Rocío Mediaset demuestra no haber extraído las lecciones que le han dado otras apuestas similares como las de Julián Muñoz o Mayte Zaldívar. La nueva docuserie será un caso puramente personal, familiar; que no planteará un aplaudido debate como sí pasó con su predecesora, pero que seguramente sí garantizará la audiencia de la cadena por el “cotilleo” puro en torno a la familia de Rocío Carrasco y Rocío Jurado, apuntando por ejemplo a José Ortega Cano y a Amador y Gloria Mohedano.
Es un cambio radical de contenidos y de trasfondo que ya podía adivinarse cuando la periodista Ana Bernal-Triviño, especializada en violencia de género y cuya participación en la primera docuserie fue muy aplaudida, anunció en agosto de 2021 que no estará en En el nombre de Rocío porque “va sobre la familia y mi especialidad no es la prensa del corazón”. Precisamente desde ese sector, el de la prensa del corazón, en las últimas horas han llegado las críticas de Rosa Villacastín (contra Rocío Carrasco y definiendo el formato como “un espectáculo vergonzoso”) y la noticia de que participará María Teresa Campos. Simplemente los dos últimos ejemplos de la diferente concepción que tendrá esta segunda docuserie.
Esta enorme diferencia no restará interés de la audiencia de Telecinco a En el nombre de Rocío, puesto que sus contenidos encajan a la perfección con el tipo de actualidad que día tras día explotan espacios como El programa de AR o sobre todo Sálvame. Dicho de otra forma, la docuserie tiene prácticamente garantizada la audiencia tanto en el especial (seguramente en el futuro “especiales”, en plural) del Deluxe, como en los contenidos de los que surta a los programas diarios. Pero sí que deja claro que en ningún caso se convertirá en objeto de debate político, social y cultural; sino que será un tema más -muy destacado, sí- que ampliará las ya de por sí manidas tramas del “universo Mediaset”, y así atraer audiencia a Telecinco.