The Weeknd, Limahl, Raw Alejandro y Camilo Sesto son sólo algunos de los artistas con los que, gracias a sus imitaciones, Agoney se ha ganado ser uno de los grandes favoritos de Tu cara me suena 9. Eso sí, asegura que “el antes y el después” lo marcó su actuación por Lady Gaga. En ella dio un paso adelante su gran objetivo al entrar en el programa: “Dejarme llevar, relajarme, ser un poco más yo y hacer cosas que no me imaginaba que iba a hacer”. Y de paso, quitarse “la espinita de no pasármelo del todo bien” que se le quedó tras OT 2017. “Aquí me quitado el miedo y la presión de encima”, reconoce.
Tras actuar con el que fuera su profesor en la Academia Manu Guix, este viernes saldrá al escenario junto a su compañero de generación Roi Méndez, con quien se meterá en la piel de Justin Bieber y The Kid Laroy. Junto a él peleará por alzarse como el primer finalista de la edición. Eso sí, no se plantea ganar, ya que “ni de lejos me veo como el mejor imitador”. Para él, la primera plaza debería ser para María Peláe.
Más allá de Tu cara me suena, el año pasado participó por primera vez en una película, El cover (Secun de la Rosa), experiencia que le encantaría volver a repetir, encarnando incluso a algún personaje. Menos entusiasta se muestra respecto a representar a España en Eurovisión. “Me contactaron para ir al Benidorm Fest, pero no lo vi. No sé si en un futuro”, comparte.
¿Por qué aceptaste estar en 'Tu cara me suena'?
Siendo sincero, fue el entorno, mi equipo de trabajo y parte de mi familia, los que me impulsaron a hacerlo. La tele me da mucho miedo. Soy una persona muy tímida y cuanto más alejado esté de tanta exposición, mejor. Ellos fueron los que me dijeron que tenía que quitarme estos miedos y superarlos, y qué mejor programa que Tu cara me suena. Tenían razón y hoy en día se lo agradezco infinito.
Este miedo a la televisión, ¿llega después de 'Operación Triunfo', que os grababan las 24 horas?
Imagínate, después de tanta exposición, lo único que me apetecía era hacer música y conciertos. La televisión es un mundo muy grande al cual pertenezco, porque nací ahí, pero mi hábitat es el escenario, el público, el directo. Pero bueno, también es un buen entrenamiento y estar ahí en contacto con tantos espectadores es maravilloso.
Por el tipo de programa que es 'TCMS', ¿valoraste que podría servirte para que el público conociera otras facetas?
Siempre me enfrentaba al público de una manera muy seria porque tengo mucho respecto a mi profesión. Pero con mis amigos soy muy divertido, estoy todo el día riéndome. Me dijeron que si la gente me conociera tal cual soy en la vida real, se moriría de risa. Vi que también era una oportunidad para dejarme llevar y ser un poco más yo. Relajarme y poder hacer cosas que ni yo me imaginaba que iba a hacer. Eso si estaba seguro de que iba a obligarme. Y lo hice. Me he subido a ese escenario a interpretar cosas a las que nunca hubiera dicho que sí.
¿Por ejemplo?
Lady Gaga fue un antes y un después. Los cambios de vestuario, de peluca, tanta coreografía, el simple hecho de ser mi primera transformación en mujer. Fue muy divertido y precioso trabajarlo. A la vez está siendo muy bonito ver el punto de vista desde otro artista. Es muy curioso y me va a servir mucho para componer.
¿Qué balance haces ahora de tu paso por el programa?
Gala a gala me he ido sintiendo más cómodo. Recuerdo que en la primera no quería salir. Me vi vestido de The Weeknd, con la nariz partida, la sangre en la cara. No me veía capaz de subir al escenario. Cada semana lo fui superando, me fui relajando gracias al pedazo de equipo que hay detrás del programa y mis compañeros que son maravillosos. Hizo que todo fuera más fácil y que hubiera una evolución muy grande.
¿Cómo has llevado tú el 'síndrome del cantante' del que habló Carlos Latre? Ese querer cantar bien más allá de la imitación.
Lo he trabajado mucho y de forma muy profesional, con coaches de voz. Ser cantante es un problema porque cuando te plantas en el escenario, estás programado para que salga tu voz. Tu forma de cantar más natural. Cambiar todo eso de repente es muy complicado y estás tan nervioso por ser algo que no sueles hacer; que controlarlo es aún más difícil.
Aun así, pienso que el programa se llama Tu cara me suena y no Tu voz me suena; y debe ser un conjunto de absolutamente todo. La voz se debe valorar, pero también cada gesto. Lo que hace Lydia Bosch que calca todos es súper complicado. Tener la actitud y empatía para parecerse al personaje desde tu forma de ser es muy importante. Es un cúmulo de cosas que engloban mucho más allá de la voz.
Ser cantante es un problema porque sales al escenario programado para que salga tu voz
¿Qué está siendo lo más complicado?
Me sigue resultando muy difícil interpretar las canciones haciendo una imitación. Es decir, cuando interpreto un tema, me olvido de absolutamente todo, estoy contando la historia de la canción desde mi punto de vista y cantándolo como lo cantaría. En este caso, tienes que imitar cada movimiento, poner la cara exactamente como el cantante, cambiar la voz y a la vez intentar interpretar también. Eso me está costando mucho.
¿Cómo estás llevando las valoraciones del jurado? Estas no tienen nada que ver con las que te tocaron en la Academia...
Muy bien. Tengo suerte de que me han tratado con mucho amor. Es un lujo contar con profesionales como Lolita, Àngel Llàcer, Carlos Latre y Chenoa. De cada uno se aprende algo. Siempre con los oídos y los ojos bien abiertos a todo lo que me dicen para captarlo.
Te vimos cantar con Manu Guix, esta semana junto a Roi. ¿Sigue 'Operación Triunfo' y en concreto 'OT 2017' muy presente en tu vida?
También han entrado en juego las casualidades de la vida. Cuando el pulsador me dio It’s a sin pensé en un hombre que tocara el piano, porque necesitábamos tocar en directo era fundamental para esa actuación, y que pueda interpretar a Elton John de forma magistral. En la lista solo aparecía Manu Guix. La vida me lo puso en bandeja de plata. Con Roi igual. Cuando vi al personaje que tenía que imitar y con quién, pensé en él. Trabajar con ellos fue muy fácil. Los ensayos que hice en mi casa con Roi fueron súper divertidos, con él te lo pasas siempre muy bien.
Ana Guerra habló hace poco sobre cómo llevó su salida de la Academia, teniendo en cuenta lo dispares que están siendo las carreras de cada uno y cómo de repente de compañeros de piso os convertisteis en “competidores”. ¿Tú como lo llevaste?
No coincido para nada con Ana Guerra en lo de competidores. La música es demasiado bonita como para competir, hay que compartirla. De hecho, cuando terminó el programa, lo que hice fue apartarme de todo. La vida me llevó un poco por ahí, necesitaba estar en mi casa. Para nada pensé en las ventas, en que necesitara hacer música de manera muy rápida para vender.
Tardé varios años en publicar mi primer disco. Los singles que he ido sacando han sido prácticamente uno al año. Han sido pasos muy lentos pero firmes. Ante todo la música que hago la hago con todo el respeto a la propia música y al público. Mirando sólo mi camino y el de nadie más. Cuando me reúno con el resto, por supuesto que nos contamos cómo vamos cada uno y es precioso alegrarse de la carrera de los demás.
Cuando terminó 'OT' me aparté de todo. La vida me llevó un poco por ahí, necesitaba estar en mi casa
¿Ha cambiado tu forma de valorar lo que fue tu paso por 'OT'?
Sí. Cuando he visto vídeos me he notado súper chiquitito. Es muy fuerte, tanto físicamente como en la forma de hablar y de expresarme. A veces digo “tendría que haber sido un poco más espabilado”. Luego me pongo en el lugar y sé que hice lo que sentía en el momento, era tal cual. Un renacuajo que salía de su pueblo del que nunca había salido, y se enfrentaba a un mundo enorme. Hice todo lo que pude y con el corazón en un puño. Y mira, aquí seguimos.
Dentro de vuestra edición se eligió que Alfred y Amaia representaran a España en Eurovisión, pero siempre fuiste uno de los favoritos para ir al festival. El cambio en la selección de este año, con la celebración del Benidorm Fest, ¿te tentó para intentarlo? ¿Querrías ir al certamen?
No. La pregunta se repite cada año cada vez que se acerca el festival y desde luego que no. En aquel momento sí me apetecía mucho ir pero la vida te lleva por otros caminos. Vas decidiendo y cambiando la forma de pensar. Cuando terminé me dediqué a crear Libertad, mi primer disco, de forma muy artesanal. En casa, con mis tiempos. Decidí que mi mundo y lo que quería hacer era la música, nada más. No me veo representando a España en Eurovisión por ahora. No sé si en un futuro. Este año me contactaron para ir al festival, pero tampoco lo vi.
No me veo representando a España en Eurovisión por ahora. No sé si en un futuro
Este año has participado también en la película 'El Cover' poniendo voz a uno de los temas, ¿te ves explotando esta vía, incluso probando como actor?
Me encantaría. Fue una sorpresa porque fui contratado para grabar una canción en el estudio solamente. A última hora, Secun de la Rosa [director del largometraje] me llamó y me propuso ser yo quien fuera al set de rodaje en Benidorm y cantara en directo. Me lo pensé y me fui.
Fue súper divertido. Estaba temblando y muy nervioso porque era mi primera película. Nunca había grabado nada parecido, solo videoclips o similares. Los actores me acogieron de forma maravillosa. El director me guio muy bien por lo que tenía que hacer y ojalá pudiera repetir. Me encantaría hacer cositas así. Es muy bonito.
¿Yendo incluso a encarnar a algún personaje?
Sí. Me encantaría. Ahora tenemos ahí a Aitana en una serie nueva. Seguro que lo hace súper bien. Nos conocieron muy pequeños y me resulta muy conmovedor ver cómo los compañeros van haciendo cosas. Veo cómo han crecido y al mirarme en el espejo, lo noto en mi también.
Volviendo a 'Tu cara me suena', ¿cómo encaras la recta final? ¿Te ves como ganador?
No, qué va. Me he tomado Tu cara me suena como un programa para quitarme el miedo, quitarme mucha presión de encima y pasármelo bien sobre todo; que era también mi espinita clavada con Operación Triunfo. Con la tele tenía la espinita de no pasármelo del todo bien y aquí lo he conseguido. Subirme al escenario realmente a disfrutar. Voy a hacer la final con todo el amor del mundo pero no me he planteado ser el ganador porque de lejos me veo como el mejor imitador de la edición.
¿Podemos decir que 'Tu cara me suena' ha sido en cierto modo terapia televisiva para ti?
Sí. Totalmente. Operación Triunfo es un formato complicado. Se vive un poco en tensión. Al menos lo viví así. TCMS es un regalo de la vida. Lo único que tienes que hacer, aparte de trabajar, es disfrutarlo. Una vez has salido al escenario, te sientas en ese sofá a disfrutar de toda la noche.
De no ser tú, ¿a quién ves ganador/a?
A María Peláe. Se le da súper bien cambiar las voces y ser camaleónica.
¿Te quedas con ganas de imitar a alguien?
Ese va a ser el problema cuando acabe el programa. Pasará lo típico de “ojalá hubiera imitado a esta persona”. Me van a venir un montón de ideas súper guays pero no pasa nada.
Siempre puedes volver en futuras ediciones.
Claro, ahí estaré llamando a Tinet Rubira [director de Gestmusic Endemol, productora del formato] para decirle que se me quedó en el tintero esta persona y si puedo volver.