Eneko Fernández cumplió este lunes uno de los sueños de su vida con su victoria en MasterChef 11. El exfutbolista de la edición levantó su trofeo más preciado tras vencer a su 'hermano' Álex en uno de los duelos finales más reñidos de la historia del talent culinario de TVE tras nada menos que 25 programas.
Apenas unas horas después de la emisión de la entrega de su coronación, el campeón confiesa a verTele su felicidad por poder quitarse la “mochila” y celebrar su victoria con naturalidad, y destaca el alto nivel de una gala final a la que los cuatro aspirantes llegaron como los “rivales más fuertes”: “Lo viví como algo muy parejo, muy reñido y también muy bonito”.
Formado en los valores del deporte y acostumbrado a rendir con un alto nivel de presión desde temprana edad, Eneko admite que su experiencia en el fútbol le ha hecho “poder brillar ahora en MasterChef de la manera en que lo he hecho” y define su paso por el programa como “una experiencia redonda”. “Me siento un afortunado, y comparado con las otras ediciones para mí ha sido mejor”, dice respecto a una edición que ha tenido más galas y pruebas que ninguna.
El ganador del talent show de TVE no regatea las polémicas y opina del tema estrella del año: Luca. “Creo que cada concursante ha jugado sus bazas, sus cartas, y ha intentado llegar lo más lejos posible”, dice por un lado, al tiempo que señala que “el criterio de los jueces va a misa” y que sus decisiones se basan en aspectos culinarios: “En MasterChef todo lo ha marcado la cocina. De hecho, así lo he vivido y así he conseguido ganar”.
Además, Eneko comenta los inicios de la edición, en los que tuvo más peso que nunca el componente reality, y sentencia: “MasterChef es un programa en el que tiene que seguir prevaleciendo la cocina”.
¡Enhorabuena por tu victoria! Te habrá costado esperar tantos meses a poder contarlo y celebrarlo...
Me he quitado una mochila de no poder hablarlo con naturalidad. Ahora ya lo sabe todo el mundo, y ya está. Muy bien, muy contento.
'MasterChef 11' ha sido una de las ediciones con el nivel más parejo entre los finalistas, ¿a quién has temido más durante todo el concurso? ¿Quién te lo ha puesto más complicado?
Los cuatro finalistas eran los rivales más fuertes, eso lo tenía clarísimo. Especialmente diría que Pilu ha venido con un progreso espectacular y con un aprendizaje muy bestia en el programa, y la veía también duelista. Pero luego estaba Álex, que es al que todos mirábamos como el gran rival, el que tenía el nivel de cocina más alto cuando entramos. Él era el rival más temido en ese sentido, porque cuando entramos sobre todo iba muchos pasos por delante de los demás.
De hecho, Samantha dijo que había sido “una de las finales más reñidas que recuerdan”. Durante el duelo final, ¿sentiste que Álex podía ganarte, o lo veías decantado más a tu favor?
En todo momento sentí que podíamos ganar cualquiera de los dos. Sí que es verdad que en la valoración que dieron los jueces en el postre, ahí sí sentí que se estaba decantando más hacia mí. Antes de la alegría me vinieron los nervios de pensar “¡Ostras, que voy a ganar!”, y ahí ya me puse muy nervioso. Pero lo sentí como algo muy parejo. Además veía cocinar a Álex justo a mi lado, y es una máquina y lo hacía muy bien. Yo estaba muy cómodo con lo que estaba haciendo, es el único día que cocinas tranquilo porque es el único día en el que sabes lo que vas a hacer, porque lo has preparado y pensado tú. Pero yo veía a Álex al lado y pensaba: este tío también va muy bien. Lo viví como algo muy parejo, muy reñido, y también muy bonito.
Has comentado que el año pasado viste el concurso de María Lo y no te puedes creer que ahora estés en su lugar. ¿Has podido hablar con ella? ¿Qué te ha dicho?
Sí sí, con María desde que salí del programa he hablado mucho, me está ayudando un montón. Ella me ha escrito al acabar la final, me ha felicitado, colgó un vídeo del momento en el que justo anuncian el ganador... Para mí es una inspiración María, no solamente a nivel de cocina, sino a todos los niveles. Creo que es una persona que ha pegado un boom total en su vida con todo esto, con la cocina y las redes. Me resulta muy inspiradora tanto por cocina como por estilo de vida. Es que me gusta hasta cómo va vestida [ríe]. Me parece la tía completa, es alguien a quien quiero mirar para aprender y para progresar. Y suerte que tengo que ella es un encanto. La verdad es que está cuidándome mucho, y la estoy volviendo un poco loca por teléfono porque no paro de preguntarle cosas.
Del fútbol profesional has pasado a las cocinas. ¿Dónde has sentido más presión? ¿Qué semejanzas encuentras entre los dos mundos?
Pues hay muchas semejanzas entre los dos mundos, la verdad. He sentido mucha presión también en las cocinas, y lo que ha cambiado la manera de afrontarlo ha sido yo mismo, porque ahora me ha pillado más maduro, con más experiencia, y habiendo vivido toda esa presión y exigencia del fútbol de joven que no supe llevar de la mejor manera y en momentos me jugó malas pasadas. Creo que todo ese aprendizaje es lo que me ha hecho poder brillar ahora en MasterChef de la manera en que lo he hecho y poder vivir ese programa, que si hubiera tenido que escribir yo la historia no habría podido ser mejor.
Esta edición ha batido récord de número de aspirantes, ¿cómo ha sido la convivencia entre grabaciones con tantos compañeros?
Esa parte que no se ve para mí ha sido también fantástica. He hecho amigos, que eso sí ha sido una sorpresa que no me esperaba cuando vine a MasterChef, que pensaba estar todo el día con la cocina. En la casa he sido de los que ha tenido la suerte de llevarse bien con todo el mundo. Eso en el programa también se ha visto: me he sentido superquerido por mis compañeros, muy respetado, siempre se me ha pedido opinión para todo y me han valorado un montón. Para mí ha sido una experiencia redonda.
También ha sido la edición más larga, con mayor número de programas y pruebas. ¿Qué te ha parecido, primero como concursante y después como espectador? ¿Se te hizo larga?
Ostras, pues a mí me ha encantado [ríe]. Para mí ha sido mi edición, y sí que ha tenido muchos más programas y el doble de pruebas, pero mira, esa suerte que he tenido de cocinar más veces aquí, de aprender más, y creo que me ha ayudado a formarme de una manera mucho más completa. Sí que ha sido exigente y largo, pero joe, bienvenido sea. Me siento un afortunado, y comparado con las otras ediciones para mí ha sido mejor, de verdad. Lo repetiría una y mil veces.
En 'MasterChef', lo que marca quién sigue y quién no es la cocina
Además de ti como ganador, este MasterChef ha estado marcado por el paso de Luca por el programa. Algunos aspirantes como Jotha llegaron a quejarse de que llegara tan lejos con el nivel de cocina que tenía, ¿tú qué opinas?
[Suspira] Pienso que al final, lo que marca quién sigue y quién no sigue en el programa es la cocina. Los jueces son los que tienen ese criterio y los que deciden cuál es el peor plato y quién se va cada día. Si te puedo decir algo es que mi experiencia ha sido de aprendizaje total con ellos y su criterio va a misa. Creo que cada concursante ha jugado sus bazas, sus cartas, y ha intentado llegar lo más lejos posible. Me veo un poco fuera de lugar opinando sobre quién debería haber llegado más o menos lejos. Eso ya se me escapa y no me voy a meter en el criterio de los jueces, sabes que eso les sienta fatal además [ríe]. Ellos saben mucho más que yo.
Respecto a los comentarios de Jotha, es su manera de ser y también me parece bien que se exprese, lo diga y se pueda abrir hasta un debate. Pero yo hablo desde mi punto de vista y mi opinión, y creo que en MasterChef todo lo ha marcado la cocina. De hecho, así lo he vivido y así he conseguido ganar.
Ya desde fuera, durante la emisión, ¿cómo has vivido el feedback hacia ti, y también toda la polémica que se ha generado en redes sociales con Luca?
En relación con Luca, lo he vivido con un poco de miedo. Es un chaval muy joven que ha tenido toda la exposición que arrastraba de las redes sociales, y ahora la del programa, y me gustaría que supiera encajarlo bien y que tuviera una base lo suficientemente buena como para poder superar esa situación sin que le afecte demasiado. Creo que es algo que no tiene que ser fácil de gestionar cuando eres tan joven.
Y respecto a mí, te puedo decir que me siento muy querido. A veces me da hasta vergüenza porque no sé qué he hecho, pero no recibo nada malo. La gente me está tratando superbién y es una parte que me hace sentir muy satisfecho porque quiere decir que he hecho las cosas bien ahí dentro, que la gente lo ha visto y ha conectado con mi personalidad. Estoy muy contento.
Comentabas que “lo que dicen los jueces va a misa”, pero lo cierto es que en esta edición más de un compañero se ha lanzado a defender sus platos, incluso confrontando algunas valoraciones como vimos en la final con Lluís. ¿Crees que llevaban razón y han hecho bien en alzar la voz? ¿Cómo has vivido tú esas situaciones?
Yo lo pasaba muy mal. Lluís y yo somos muy amigos y le veía sufrir en esos momentos, porque lo ha pasado realmente mal. Hay dos partes aquí. La primera: para mí el criterio de los jueces va a misa, creo que ellos son los que tienen razón. Y luego hay otra parte de la personalidad de Lluís por ejemplo, que creo que es muy buena, que es defender tus ideas, dar tu opinión y no callarte, siempre de una manera supereducada y superrespetuosa. Él siempre lo ha hecho así y creo que está bien que haya enseñado esa parte de su personalidad, que haya peleado y haya defendido lo que creía.
En mi caso, siempre me he callado porque me daba vergüenza, pensaba 'seguro que la estoy cagando, que no tengo ni idea y que los jueces tienen razón'. Pero respecto a él, me parecía algo positivo si sentía que tenía que defender algo, que lo hiciera.
En esta edición se ha comentado que, especialmente al principio, se daba mucho peso en las galas a la parte reality, a airear problemas de la convivencia. ¿Cómo vivíais esto tras las cámaras? ¿Lo comentabais entre vosotros? ¿Os llamaba la atención que se sacasen los trapos sucios?
Sobre todo al principio del programa había mucha más 'chicha' de todos estos temas, y a partir de la mitad hacia delante ya se fue centrando todo más en las cocinas. Entiendo que la primera parte, el hecho de tener más reality, de sacar esos temas, fue una manera de permitir que el espectador nos conociera mucho más al ver cómo reaccionábamos en diferentes situaciones y empatizar con unos o con otros. En ese sentido lo encuentro interesante, porque conoces más a la persona. Y aunque estamos en un programa de cocina, da más base al espectador para alinearse más con uno o con otro tras ver su manera de ser o de relacionarse.
En ese sentido, ¿crees que MasterChef podría evolucionar en el futuro abriendo más aun esa parte reality, incluso mostrando la convivencia? ¿O crees que el formato debería quedarse como actualmente?
Creo que no. Es un programa en el que tiene que seguir prevaleciendo la cocina. De otros formatos ya hay muchos otros programas, a los que yo no habría ido. MasterChef tiene que priorizar siempre poner el foco en la cocina. Para mí ha sido un cambio de vida querer tirar hacia la cocina, y si he elegido hacerlo a través de MasterChef es porque confiaba al 100% en que iba a ser un programa de cocina. La oportunidad que te brinda de aprendizaje, de conocimientos, de formarte es un regalo y hay que aprovecharlo, y enseñarlo siempre desde el punto de vista de la cocina.
Y de cara a futuro, ¿cuáles son tus planes? ¿Vas a trabajar con alguno de los jueces?
Ahora mismo me siento todavía dando mis primeros pasos en la cocina, aún me tengo que formar un poquito más. Tengo los meses en el Basque Culinary Center, que es un regalazo, y tengo que pasar un mes con Jordi en el ABAC, que también tengo muchas ganas de vivir desde dentro lo que es una cocina de un 3 estrellas Michelin.
Y hablando de futuro, primero me quiero empapar de todo esto para acabar de darle forma a los proyectos que pueda tener, pero también tengo mucha ilusión por el libro. Me parece que es otro de los grandes regalos del programa y me siento como un niño pequeño al pensar que en nada lo tendré ya en mis manos. Qué bonito tener un libro de mis recetas. Todavía me queda mucho por aprender, pero estoy deseando tenerlo.