MasterChef 11 llegó a su fin con uno de los duelos finales más reñidos que recordamos“, sentenciaba Samantha Vallejo-Nágera. Eneko Fernández se alzaba con la victoria, tras ganar a un emotivo menú elaborado por Álex, el otro duelista de la noche.
El exfutbolista se convertía en el undécimo ganador del formato y se llevaba tanto el trofeo como un premio de 100.000 euros en metálico. Dejando en segundo lugar al que había pasado por la edición Junior, en tercer puesto a Pilu y en cuarto a un Lluís que hasta se rebeló con los jueces en la final.
Así, TVE puso punto y final a la edición de los experimentos - que ya analizamos como la que peor sabor de boca ha dejado- con el mayor número de aspirantes en cocinas y más retos de la historia del programa.
Primera prueba de espaldas al chef y con la desesperación de Lluís
La primera prueba de la final fue un clásico de las cocinas del programa: seguir al chef. en concreto, a Toño Pérez que presentó 'Bivalvos con torreznos', un plato que contenía un puré de zanahoria, con suero de cebolleta, torreznos, aceite de cilantro, con vinagreta y crujiente de pan, entre otras elaboraciones.
Sin embargo, en esta ocasión, los jueces aumentaron la dificultad pidiendo a los aspirantes que siguieran al cocinero de espaldas a él. De forma que tuvieron que prestar aún más atención al cocinero. “La próxima prueba que nos cuelguen de la pared”, ironizaba Pilu.
Al arrancar, Lluís se adelantó incluso al chef al ponerse a pelar ingredientes antes de que lo pidiera. Se frenó al escuchar la bronca de los jueces. Algo que le provocó que se olvidara de algunas instrucciones. Se fueron copiando entre todos al perderse y no atinaron. Excepto Eneko que sí logró seguir a tiempo al chef y Pilu asesoraba al resto.
Acabado el tiempo, Lluís fue el primero en presentar su réplica que empezó con reproches de los jueces por haberse adelantado a los dictámenes del cocinero. “No es el día ni para pincharme ni decir que voy a mi bola, estoy ilusionado y ahora no me lo merezco. Me lo podrían decir de otra manera, la ironía sobra”, lamentaba el aspirante y los jueces le pidieron que se relajara. “No hay nada malo en el plato pero no es el mismo. No hay equilibrio ni contraste”, le achacaron.
Le siguió Pilu a la que halagaron la estética del plato que había quedado algo “más tosco y falto de matices, pero bien resuelto técnicamente”. Álex presentó una réplica que “defraudó por estar pasada y falta de finura por no concentrarse”. Para acabar, Eneko convenció con un plato “rico, bien de estética y acertada en los equilibrios”.
Tras la deliberación, los jueces dejaron en cuarto lugar a Lluís, en tercero a Álex, en segunda posición a Pilu y como primer duelista se alzó Eneko.
Segunda prueba con el peor exterior para Pilu
Pilu, Lluís y Álex se desplazaron hasta el Restaurante Martín Berasategui de Lasarte-Oria para luchar por la segunda plaza del duelo final. En el reto, los finalistas prepararon un menú firmado por el chef que cataron 10 grandes representantes de la cocina del País Vasco.
Pilu escogió cocinar la Gilda con tartar de atún con alcaparras y un lomo de merluza a la brasa; Álex se quedó con la bola crujiente y un lomo de merluza a la brasa y otro de ciervo asado; mientras Lluís se conformo con el gelée de infusión de musgo de setas y el postre de roca cremosa de mango.
Durante el cocinado, Pilu se desesperó con los fuegos y “le dio una paliza a la merluza”. Tanto que Jordi le pidió que lo repitiera y ella se derrumbó: “Me he esforzado mucho para que me pase esto ahora”, decía entre lágrimas. Seguidamente se recompuso y corrió a sacar el menú, lo mejor que pudo. “No estoy orgullosa de lo que he hecho y me da pena”, lamentó en todo momento.
En cambio, Lluís sorprendió a los jueces sacando el postre de Berasategui a la perfección y disfrutando de su último exterior. Mientras Álex también estuvo a la altura del reto.
Los jueces descartaron de forma automática a la joven para ganar la chaquetilla, y se la otorgaron a Álex. Se abrazó con sus dos compañeros y lo celebró: “Más feliz, imposible. Estoy sin palabras”, decía.
El duelo final con la emoción de Álex y el triunfo de Eneko
Eneko y Álex regresaron a las cocinas con la chaquetilla de duelista para enfrentarse al reto final. Para alzarse como ganador de la edición tuvieron que elaborar un menú completo compuesto de un entrante, un plato principal y un postre que debía reflejar todo lo que habían aprendido en el programa.
Pepe Rodríguez, Samantha Vallejo- Nágera y Jordi Cruz exigieron técnica y sabor, pero también platos con identidad que hablaran de los duelistas y fueran la máxima expresión de su historia personal.
Álex sudó durante un cocinado en el que hasta pidió consejo a Jordi Cruz por equivocarse en la temperatura de una elaboración que tuvo que repetir. “Estoy jodido” confesaba a Eneko que, por su lado, se mostraba seguro y con todo bajo control.
Al acabar el tiempo, empezó la cata en la que también participó el chef Mauro Colagreco junto a los jueces. El exfutbolista fue el primero en presentar un menú que definió como “el amor” recordando su luna de miel con el sabor de sus viajes, las comidas tradicionales de sus padres y el futuro culinario que espera.
El jurado halagó la “sutileza, transparencia, expresividad y estética” de sus platos, la mezcla entre “tradición y modernidad” y la ausencia de defectos.
Le siguió Álex que se inspiró en su familia con platos dedicados a los vermuts con su padre, a su abuelo por anclarle a la tierra como sus ingredientes y a su madre por transmitirle su pasión por cocinar. Los jueces se emocionaron y enorgullecieron de su “buen trabajo, su magia al transmitir emociones, su carácter, su técnica y madurez con 19 años”.
La habitual oferta laboral llegó para Álex, cuando Jordi probó su postre y le ofreció trabajo en “su casa para seguir cocinado, pase lo que pase esta noche”.
Tras la deliberación, los jueces pidieron que ambos se situaran en su lugar para escuchar la sentencia final: “El ganador de la undécima edición de MasterChef España es Eneko”. Una noticia que celebraba saltando, abrazando a su compañero, a su mujer y sus hijas: “Si hubiera escrito mi paso por aquí no habría sido tan bonito”, confesaba el ya ganador.