Entrevista

Javier Cámara y Mónica López protagonizan 'Rapa': “Todos tenemos a un desagradable dentro”

Javier Cámara y Mónica López, protagonistas de 'Rapa'

Laura García Higueras

20 de mayo de 2022 20:45 h

Javier Cámara y Mónica López lideran Rapa, el nuevo thriller de los creadores de Hierro, cuyos seis episodios ya están disponibles en Movistar Plus+. “Esta serie va sobre dos personajes que han tocado fondo y de repente tienen el tiempo para hacerse preguntas”, explican sobre sus alter ego en la ficción.

La actriz encarna a Maite, la sargento al mando de la investigación del asesinato de la alcaldesa de Cedeira, el pueblo gallego en el que se desarrolla la acción. El intérprete se mete en la piel de Tomás, un profesor de literatura que odia su trabajo, quien localiza a la política moribunda y encuentra en el caso la motivación que le faltaba en su vida.

“A veces tiene que pasar algo muy grave para que te des cuenta de que la vida es otra cosa”, reflexionan extrapolando lo que ocurre en la producción. De ahí a que opinen que “estaría muy bien que pudiéramos ir a terapia como el que va al colegio para descubrir nuestras verdaderas motivaciones”.

'Rapa' plantea un tándem particular a la hora de investigar el crimen, la mezcla de una sargento al mando de un caso muy relevante, con un profesor de literatura que se toma el asesinato como una “historia”. ¿Qué aporta cada uno?

Mónica López: Ella es Policía y lo hace porque es su trabajo. Nunca antes le había pasado algo tan importante como investigar el asesinato de su alcaldesa, que llevaba toda la vida en el poder, antes incluso de que ella llegara al pueblo. Al principio de la serie lo hace con todo lo que supone.

No le gusta mucho que le manden a gente de Madrid, porque se siente que podría ocuparse sola. Pero una vez llega el compañero dice bueno, vamos a hacerlo como se hace. Con los protocolos de la policía. Y ahí es donde aparece Tomás, que es el testigo principal de la causa.

Javier Cámara: Él está en un momento vital difícil. Está aisladísimo en el pueblo donde es profesor pero no le interesa nada serlo. Está divorciado, ve a su hijo por videollamada... Y de repente, es el protagonista de algo. Decide pasar a la acción, pero a la que pasa él. Es un tipo muy literario, se sigue tomando el crimen como si fuera ficción. De hecho, habla de eso como si fuera una historia y es ella quien le recuerda que se trata de un asesinato. Él investiga como si estuviera leyendo una novela negra danesa o del norte de Europa.

Su falta de emoción, esa frialdad con la que opina de todo y de todos, su especie de falta de empatía la saca mucho de quicio; pero le viene bien porque quita del medio todo lo que a ella da mucha importancia. Que es su relación con la gente con la que vive, su familia, el entorno. Él lo elimina y dice “esto no tiene que ver con la política, tiene que ver con otra cosa”. Ella puede decir “pobrecito ese niño que está sufriendo” y él le hace ir al grano. ¿Por qué sufre? ¿Qué le pasa?

Son dos personajes que no se soportan, que no hablarían nunca. Que en esas citas a ciegas de cuatro minutos, ni se sentarían en la mesa. Nada más verse dirían “Dios santo, qué espanto de señor”. Pero de repente, llegan a un lugar común que les une: la excitación por encontrar cosas en las que nadie ha pensado. Y les pasa a los dos.

M.L.: A él se le ocurren las ideas fuera de madre que para ella son un “no tienes nada”. Pero de pronto dice, ¿por qué no? Pasa con la importancia que él le da a 'Castro', una de las últimas palabras que pronuncia la alcaldesa y que le hacen replantearse cómo no se les había ocurrido antes. Por eso acaban divirtiéndose juntos.

J.C.: El término Castro es muy común en Galicia. Significa muchas cosas. Pero él lo mira en Google, une varias palabras y llega a otro punto. Parece un poco loco pero le divierte. Él encuentra una motivación y al final va tirando del hilo.

'Rapa' contaba con el aval de compartir creadores con 'Hierro'. ¿Fue un elemento clave a la hora de decidiros a sumaros al proyecto? Sobre todo para ti Mónica, que participaste en su primera temporada.

M.L.: Me fui llorando porque me mataron muy pronto. Que es algo que ya sabía porque me advirtieron desde el primer momento. Siempre digo que me mataron allí para poder hacer Rapa. Iba sobre seguro, ya les conocía. Sabía que los guiones iban a estar bien.

J.C.: Llegó al rodaje y se abrazaba con todo el mundo.

La trama la llevan mujeres fuertes, muy bien escritas, polédricas

Javier Cámara

La persona que localiza el cuerpo de la alcaldesa es un profesor frustrado que encuentra en ello una gran motivación. ¿Pensáis que esto es algo habitual en la sociedad? ¿La necesidad de vivir un gran evento/shock para darnos cuenta de que igual la vida que llevamos no es la que queremos?

J.C.: A veces sí, tiene que pasar algo muy grave para darte cuenta de que la vida es otra cosa. Estaría muy bien que pudiéramos ir a terapia como el que va al colegio para descubrir las verdaderas motivaciones que tiene uno, lo que va arrastrando de la familia, lo que uno quiere y de repente le debe a los demás, lo que uno quiere demostrar pero que en el fondo son cosas que le quiere demostrar a sus padres. Cosas así.

Sería bonito que no nos tuvieran que pasar cosas muy graves para darnos cuenta de que los momentos de felicidad son chiquititos, pero hay que disfrutarlos. Hay que dejarse llevar, mirar a los otros a la cara y ver lo que sienten, lo que piensan.

M.L.: Y sobre todo, parar un rato.

J.C.: Leerte un libro, escuchar una música, preparar una cena para la gente a la que quieres.

M.L.: Y saber quién eres.

J.C.: Todo va tan rápido. Tenemos tantos alicientes alrededor de gente que nos va pasando por la izquierda y por la derecha. Con una prisa, unos cuerpos bellísimos, una juventud maravillosa que dices “tengo que”, “tengo que”, “tengo que”. Y en el fondo te despistas un poco. Es verdad que esta serie va de dos personajes que han tocado fondo y de repente tienen el tiempo y la pausa para hacerse preguntas.

M.L.: Y curiosamente, porque el caso se cae y por eso tienen ese tiempo. No lo había pensado hasta ahora, pero por eso no es una cosa frenética de “descubrir quién es el asesino pim pam pum”. No va de eso. Se para todo.

J.C.: No es un capítulo de CSI, es otra historia. Precisamente algo que nos gustaba era que los personajes estaban muy vivos todo el rato. Aunque fuera a otro ritmo más mediterráneo o más gallego.

Javier, la acción no ha sido un género habitual dentro de tu trayectoria, pero en tu caso Mónica sí. ¿Ha sido una decisión consciente unir vuestros caminos en 'Rapa'?

[Aviso, la respuesta a esta pregunta contiene spoilers]

M.L.: No paro de hacer guardias civiles [ríe].

J.C.: Es que saben que a ti te queda muy bien una pistola. Conmigo saben que si me dan una, me disparo en el pie [ríe]. Recuerdo que en la escuela de arte dramático tenías 18 años y ya querías hacer de señor de 90. Puede estar muy bien como ejercicio, pero cada uno va de acorde con lo que físicamente te van viendo. Sí es cierto que me gusta retarme. Tienes que encontrar motivaciones, no porque te aburras o hayas hecho mucha comedia, a mi no me aburre mi trabajo; pero de vez en cuando te encuentras con algo que te motiva.

Un “esto se rueda en este país” y dices “guau”. Va sobre este tema, tienes que hacer un acento especial. Los proyectos los conforman más cosas, los actores con los que trabajas, en este caso Mónica, la gente que ha hecho otros proyectos que te han gustado. Aquí dije ¿y este personaje desagradable? Uno tiene siempre dentro a un desagradable también. Yo seguro que lo tengo. Voy a sacarlo, voy a jugar a esto, voy a ir a Galicia a pasármelo súper bien tres meses con Mónica. Encuentras motivaciones y de vez en cuando te retas en cosas que no has hecho.

M.L.: Realmente no lo he escogido, me ha venido dado. Es verdad que a veces digo que no cuando me llega algo que digo esto no sé, o no quiero hacer porque el mensaje no me gusta.

J.C.: Hay algo en Mónica muy bonito, que es que tiene esa fortaleza de tía segura.

M.L.: Masculina.

J.C.: No, masculina no.

M.L.: Un poco sí.

J.C.: Eso lo dirás tú, perdóname [ríen]. Viva la feminidad fuerte. Por favor. Esos personajes que echamos de menos en la televisión. Es decir, personajes femeninos con carácter, protagonistas. Que lleven las riendas de la trama. Aquí la verdadera protagonista es la guardia civil que investiga. Este tío es un 'métome' en todo que está ahí, y es un toca pelotas. Eso me gusta. Como pasa con Mare of Easttown. Ves a Kate Winslet presidiendo una serie, llevando todas las tramas.

Y digo ¡qué bien! Aquí me encanta que la asesina sea una tía. Y que sea esa tía. Esa actriz que hace esas cosas, que es la menos indicada para ello. Empieza a ser un personaje poliédrico que no sabes si es una loca psicópata o una tía con razones, que venga a su hermano.

Cuando se vea la serie, podrás decir que en Rapa los personajes femeninos, vale que el protagonista es el señor este que hace muchas series; pero que lo que engloba todo eso es una parte femenina muy fuerte. Y que son mujeres fuertes, muy bien escritas, poliédricas, valientes, sensibles. Y dices ole, porque ya es hora. Que sois chicos los que escribís además.

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