María Casado: “Es tirar tierra sobre mi tejado, pero confío más en el informativo bien hecho que en el presentador”
En las últimas dos décadas, el rostro de María Casado ha sido uno de los más asociados a los Telediarios y programas informativos de TVE. Pero desde este sábado 21 de septiembre, habrá que cambiar el chipa para verla al frente de Informativos Telecinco en su edición Fin de semana, reeditando una pareja junto a David Cantero que ya pudo verse en la pública entre febrero de 2006 y agosto de 2010.
Un año y medio después de su último proyecto, Las tres puertas que se emitió en La 2, Casado es el fichaje estrella de Mediaset para su nueva temporada de Informativos, que tiene cambios en dos de sus ediciones. Aprovechando la presentación de esta renovada apuesta, en la que estuvo escoltada por Francisco Moreno (director de Informativos de Mediaset) y por Carlos Franganillo (director de Informativos de Telecinco), los periodistas pudimos entrevistarla para saber cómo lo afronta.
¿Qué sientes al empezar esta nueva etapa?
Siento ilusión, siento responsabilidad... Pero en resumen, estoy feliz con esta oportunidad y este tren que pasa muy poquitas veces. No recuerdo de alguien que haya estado en informativos, haya ido a programas, haya hecho su tournée, y luego haya regresado. Así que estoy alegre de volver a hacer lo que a mí me gusta.
¿Cómo te has preparado para empezar?
Tengo que hacer la inmersión, aterrizar. Es verdad que voy a tener la inmensa suerte de estar con David [Cantero], con el que yo ya he trabajado. Sé que va a ser darle la mano, y cruzar hasta con los ojos cerrados.
¿Cómo fue esa llamada con David Cantero?
La noticia se la da Paco [Moreno, director de informativos de Mediaset], y David me manda un audio, lo primero diciendo que estaba en shock. “Muy feliz, pero estoy en shock”. No hacía más que repetir: “Estoy en shock, estoy en shock. ¿Pero qué ha pasado aquí? Bueno, ya me contarás. Estoy muy contento”. Y nada, llevamos muchos días mandándonos muchas fotos, porque claro, nosotros tenemos un archivo de fotos personales que es como el de los Alcántara. Nosotros siempre nos hemos llamado así: éramos Merche y Antonio, los Alcántara [ríe]. Tengo esa suerte de que al final es de esos amigos que aunque lleves tiempo sin verte, aunque no hemos perdido el contacto, va a ser como haberle visto ayer.
No te has ido mucho de la tele, pero sí de informativos. ¿Han cambiado mucho?
Sí, ha cambiado. No me asusta porque cuando yo salí de la parte informativa, mi formato, digamos, era más sencillo. Pero yo todo ese cambio tecnológico sí que lo he vivido ya en programas, con lo cual pues va a ser un poquito adaptarlo a la parte informativa. No me siento tan descolgada en ese aspecto. El plató es un muy coqueto, había estado aquí de visita cuando vine por la Academia de TV, y me quedé enamorada porque realmente es increíble.
¿Qué ha tenido este proyecto para convencerte que no tuvieran otros en este año y medio?
Tiene un reto por delante precioso, y creo que me llega en un momento personal y profesional en el que con humildad creo que puedo sumar. Y sobre todo a la parte profesional de una cadena como esta. Creo que son muchas piececitas, y a la parte del oficio se le une la parte personal. En todos los proyectos que hago procuro que esa parte personal tenga un peso importante. Tanto Paco [Moreno] como Carlos [Franganillo], que esté David [Cantero]... para mí son cosas que me suman mucho. Tengo amigos que han trabajado y que trabajan en esta casa, y que siempre me han hablado bien de esa libertad con la que trabajar. Y a esa bandera me voy a agarrar, la de trabajar con libertad, con tranquilidad y con esa naturalidad con la que yo he intentado llevar mi carrera.
Este proyecto aunaba muchos elementos, de reto profesional, que tengo muchas ganas, que no me asusta nada, que he hecho de todo, y alguien dirá que igual soy un poco descerebrada
¿Cuánto ha pesado esa parte personal, para poder compaginar y seguir en tu vida habitual en Málaga?
Eso para mí es básico, porque ahora teniendo una bebé todo gira en torno a ella. Ahora todo lo que no pueda encajar con ella, no me interesa. Y esto sí que he encontrado la fórmula. Entonces sí que va a ser más sencillo de hacer porque evidentemente, como para todas las familias, lo de la conciliación es imposible. Es mentira, para empezar. Así que lo haremos de la manera que mejor podamos y sepamos. Pero claro, trabajar tenemos que trabajar, y este proyecto aunaba muchos elementos, de reto profesional, que tengo muchas ganas, que no me asusta nada, que he hecho de todo, y alguien dirá que igual soy un poco descerebrada. No lo sé, pero creo que hay que probar las cosas.
¿Y te planteas venir a vivir a Madrid? ¿Cómo llevarás no tener vida social los fines de semana?
De momento no me planteo venir a Madrid. Y los fines de semana ya olvidados, pero es que yo ya he vivido eso [ríe]. Tampoco es que tenga yo una vida social... Soy una tía bastante tranquila, aunque no lo parezca. Cuando hay que salir se sale, pero yo ahora lo que tengo claro es que voy a venir a Madrid a trabajar, y haré las cenas los jueves, o haré un tardeíto.
A cambio, vas a tener casi toda la semana para poder estar con la niña.
Sí. Para mí ahora es todo ella, y alrededor todo lo demás. Y es verdad lo de las prioridades: sí cambian.
Es verdad que hay momentos en los que hay más nervios, en cualquier televisión
Vuelves a una actualidad muy polarizada. ¿Cómo vas a hacer para alejarte de ese ruido?
Es que no va conmigo. Yo creo que hay cosas que ya vienen puestas de casa. Tenemos la misma filosofía y la misma manera de entender el oficio con Paco, con Carlos... Entonces es algo más natural, no es que yo tenga que pensar en no ser así, sino que es que yo ya vengo de casa tranquila.
¿En otras etapas, has sentido falta de libertad?
Yo en general siempre he tenido mucha suerte, porque sé que me han valorado siempre por mi trabajo. Presiones hay en todos sitios, pero sí que es difícil. Es verdad que hay momentos en los que hay más nervios, en cualquier televisión, y donde yo tengo experiencia que ha sido en TVE, pues ha habido momentos puntuales difíciles, como todo. Pero en general yo he tenido mucha suerte.
¿Cómo fue la conversación con Antonio Banderas, qué te dijo? ¿Vas a seguir trabajando con él en la misma medida?
Voy a tener que rebajar un poquito pistones [ríe]. La conversación fue en su casa, y Antonio fue Antonio en su respuesta, como ha sido durante todo este tiempo en el que he estado con él, y lo que voy a seguir estando. Él me decía: “Yo ya sabía que esto te iba a pasar”. Él lo entendió bien porque al final, y no es que me esté comparando ni mucho menos, pero él, a pesar del teatro, cuando le sale un proyecto de una película se va, rueda y vuelve. Él estaba feliz de que yo volviera a informativos. Ha sido muy generoso y me dijo: “Sólo quiero que seas feliz, y sé que ahí lo vas a ser, pero yo no te quiero soltar la mano”. Y luego me dijo: “¿Te vas a quedar en Málaga a vivir?”. Y yo le dije que sí. Ahora habrá que ponernos a buscar ese encaje, pero vamos a seguir haciendo muchas cosas juntos, porque hay muchos proyectos encima de la mesa.
¿Qué valoración haces de este proceso de transformación que está viviendo Telecinco?
Lo estoy viviendo como espectadora. Ahora ya me voy a tener que meter, pero afortunadamente creo que todas las televisiones están vivas, y todo es cíclico. Lo viví en TVE: yo cuando llego a la tele, los Telediarios no eran líderes, pero ni de lejos. Viví todo el movimiento, toda la transformación, hasta que al final los informativos de esa época de Televisión Española fueron lo que fueron, que quedan para el recuerdo de lo que estuvimos haciendo, y que creo que han seguido una estela. Antena 3 en su momento también, hay que pasar esa travesía del desierto. Realmente creo que todo es cíclico. Lo que no me asusta son los retos. Y esta casa, Telecinco, sé que tiene ahora mismo, que tenemos por delante un un reto difícil, pero apasionante. Y yo soy muy cabezota y muy competitiva. Así que yo vengo a sumar y a empujar todo lo que todo lo que pueda.
¿Hay algo que te dé respeto o miedo para esta nueva etapa?
Respeto todo, pero miedo nada. Y estoy tranquila y no es una pose. Es verdad que yo tensión informativa no he tenido nunca. Pero estoy muy tranquila. En un directo no me veréis a mí nerviosa de normal. Es que creo que estoy en... iba a decir un buen momento, pero ahora mismo, en el mejor momento personal y profesional de toda mi carrera. Y lo que espero es que esa serenidad la podamos trasladar a todo el equipo, hacer rápido como buenos espartanos, y empezar a tirar para adelante.
En la rueda contabas que una amiga te ha recordado que tú le dijiste que acabarías en Telecinco.
Sí, ni me acuerdo, pero yo he pronunciado esa frase. Es verdad que es una cadena con la que yo voy mucho. Me pasa como con Málaga: cuando yo llego a Málaga tengo la sensación de que es una ciudad en la que me siento yo, que estoy en casa. Y yo siempre he tenido la sensación de que en Telecinco iba a estar trabajando bien. Y voy a poder comprobarlo.
En este año y medio, ¿qué oferta recuerdas de entre las que te han llegado?
Me sorprendió y me gustó mucho, hace un año y pico, que me llegó una de una radio. Y me sorprendió porque yo hace mil años que no hacía radio. En aquel momento pregunté si podía hacer el programa desde Málaga, me dijeron que no, y dije: “pues entonces no” [ríe].
Confío más en el producto que en la puesta en venta
¿Hasta qué punto crees que influye en un informativo quién lo presenta? ¿Qué impacto tiene quién se pone delante de la cámara?
Yo no sé el porcentaje, y voy a tirar tierra sobre mi tejado, pero creo que cuando el producto, el informativo o el programa está bien hecho, creo que el presentador, el porcentaje baja. Todo suma, pero yo confío más en el producto que en la puesta en venta. Al final, uno acaba aprendiendo el oficio.
¿Pero crees que la gente te va a creer más a ti, porque te conocen?
Pues seguramente. Al final, cuando has entrado en casa de la gente durante tantos años, generas cierta cierta confianza que yo creo que eso es lo que te suma. Pero sí que soy de las que confía más en el producto. Sin duda.
¿Al aceptar hubo algo que te inquietara, que te asustara?
No soy una persona que tome decisiones precipitadas, pero es que lo tenía muy claro. Con los años, lo que sí que tengo claro es que yo no iba a echar la vista atrás y a pensar: “¿Qué hubiera pasado si...?”. No. Hay que probarlo.
¿Te has mensajeado con tus “rivales”? ¿Qué te han dicho?
A Matías [Prats] le dije que se pensaba que se habían librado de mí ya [ríe]. Ha habido mucho cariño, porque son muchos años, con Marta [Reyero], y con todos. Al final las cadenas tienen una pugna, pero entre nosotros hay un compañerismo estupendo, sobre todo porque nos movemos en el mismo jardín. Entonces tenemos los mismos miedos, los mismos temores y las mismas satisfacciones. Me encanta volver, me encanta que estén ellos otra vez allí, y al final uno quiere enfrentarse a los mejores. Está muy bien. Venimos con ganas y yo creo que al final te motiva también. Yo me quiero enfrentar con los mejores, y ahí está.
Puede que no ganemos algunos, pero no vamos a perder
El otro día me preguntaban, por lo de “a ver si vais a ganar”, y me acordaba de hace un año hablando con Teresa Perales, la medallista olímpica. Me decía algo que yo creo que ella tenía puesto en redes: la diferencia entre no ganar y perder. Puede que no ganemos algunos, pero no vamos a perder. Nosotros venimos a pelearlo todo. Saldremos, jugaremos, pero no vamos a perder. Puede que no ganemos, pero eso es trabajo. Y creo que con esa filosofía es la que tenemos que ponernos ahí delante.
¿Cómo vas a llevar ese tema de las audiencias?
Fenomenal. Soy la gran impostora [risas]. Está claro que ahora volveré a desayunar con todo eso, pero sé relativizarlo muy bien. No me afecta, no me pone nerviosa eso. Yo he hecho audiencias desde 40% hasta 6%, y 4%, lo que se quiera. Y la vida sigue, y nadie se muere por eso. Sé relativizar muy bien, y mi ego está atadito muy corto.
¿Sientes la misma responsabilidad que por ejemplo con 'Las tres puertas', que estabas sola ante el invitado?
Soy una tía muy competitiva, eso es así. Y yo voy a la pelea. Pero muy consciente, muy tranquila y muy serena. Como dice Paco [Moreno], esto es una carrera de fondo. Esto son muchas piececitas. Aquí no depende de uno, del presentador. Tú puedes tener el mejor presentador del mundo, pero si no te cuadran los astros, pues es difícil. A veces la magia pasa, y vamos a por esa magia.
Creo que la polarización ha ido a más. Lo que no vamos a hacer va a ser echar más leña
¿Cómo ves el panorama actual en la política?
Creo que la polarización ha ido a más. Lo que no vamos a hacer va a ser echar más leña. Vengo con esa tranquilidad de que al final nosotros no llevamos la política, son los políticos los que deciden que eso tiene que estar ahora mismo en ese escalón. Vamos a dedicarnos a contarlo, pero no a añadirle leña.
¿Qué opinas de ese mantra de que “en el fin de semana no pasan cosas”?
¡Sí, hombre, vamos! Puedo desmentir eso, pero vamos... La vida no se para, y la información está ligada a lo que pase.
Y si pasan cosas, ¿estás motivada para viajar, o tener que salir?
Claro. Y bueno, como vendré con la maleta desde Málaga... será fácil [ríe]. Lo que nos digan, lo que toque. Siempre hay que contar la noticia. Yo he tenido esa oportunidad durante años, de poder contar las noticias desde el lugar, con lo bueno y con lo malo, y con lágrimas y momentos difíciles, y coberturas complicadas... Ahí está lo divertido cuando uno sale. En un plato se está estupendo, pero para los que nos gusta el oficio, el rock and roll también pasa en exteriores.
¿Hasta qué punto te vas a implicar en la elaboración del contenido con el equipo?
Bueno, voy a editar el Fin de semana. Eso sí se lo pedí a Paco, y me dijo que sí. Estoy en el equipo de edición, en el que somos cuatro personas. Pero bueno, es que yo ya he editado en Televisión Española. Y a mí me gusta mucho, igual que me gusta mucho dirigir, y me gusta mucho la trastienda de la tele. Yo no soy de las que tiene ansia por salir en pantalla, sino que a mí la tele me encanta y me chifla la trastienda. Entonces tiene que ser un proyecto muy bonito, que a mí me guste mucho, como para ponerme delante. No tengo necesidad, simplemente tengo el gustazo de de ponerme porque me lo creo y creo en ello. Y me apetece mucho.