Máximo Huerta celebra el triunfo del Benidorm Fest: “Europa ha empezado a mirar a España”
“Es el año más potente televisivamente de mi vida”, afirma contundente Máximo Huerta desde Benidorm, donde lleva toda la semana enarbolando la bandera de la preselección española para Eurovisión 2022. No es para menos: como él mismo detalla, el presentador y escritor ha acumulado una larga lista de encargos en À Punt, la autonómica valenciana, desde que llegase a las tardes de la cadena regional, hace ahora un año, con Bona Vesprada, ha presentado las Campanadas de fin de año, la Cremà de las Fallas y hasta ha intervenido como actor en L'Alqueria Blanca.
A todo ello añade ahora su retorno a Televisión Española en calidad de maestro de ceremonias de las galas del Benidorm Fest, en compañía de la revelación Inés Hernand y de la veterana Alaska. Para el valenciano, que cumplió 51 primaveras el pasado miércoles 26 -con celebración ante la prensa incluida, cortesía de María Eizaguirre, directora de comunicación y participación de RTVE-, este encargo es “un regalo del destino”, una “primera entrada” para ese sueño de ponerse a los mandos de una final de Eurovisión. Pero lo más importante es que llega en un momento propicio a nivel personal y profesional, tras unos años movidos (ya va quedando en el olvido su efímera ocupación como ministro de Cultura y Deporte), habiendo encontrado una estabilidad que se refleja en su trabajo.
“Estoy muy relajado, más relajado que nunca en mi vida. Ojalá ahora empezara a hacer televisión”, reconoce Huerta sobre este punto de inflexión laboral, que podrá celebrar este sábado 29 de enero, desde el Palau D'Esport L'Illa de Benidorm, donde los ocho finalistas (Chanel, Tanxugueiras, Blanca Paloma, Varry Brava, Rigoberta Bandini, Rayden, Xeinn y Gonzalo Hermida) se jugarán el pase a Turín. Él tiene claro que el objetivo principal de este certamen en la ciudad alicantina ya se ha cumplido: “Lo que se ha conseguido lo están deseando ya nuevos candidatos”.
Has celebrado esta semana tu 51 cumpleaños en pleno Benidorm Fest. ¿Cómo te estás sintiendo ante todo esto?
En mi vida me han pasado muchísimas cosas de todo tipo, no sé quién es el guionista que me guioniza, pero esto es la cereza a una década que cierro y a una década que abro que me parece maravillosa. Siempre he soñado con presentar un festival de Eurovisión y esta es la primera entrada. Me parece un regalo del destino lo que está sucediendo.
¿Tienes alguna canción favorita para representar a España?
Tengo varias favoritas. No diré ninguna por respeto a los artistas, pero es un año en el que tengo varias. Y alguna que ha entrado en lista cuando la he visto.
¿Cómo te llamaron para encargarte de presentar el Benidorm Fest y qué sientes tras recibir la oferta? ¿Cómo reaccionaste?
Me llaman en directo mientras estoy presentando el programa [Bona Vesprada en À Punt]. Era un teléfono desconocido: 'Soy de TVE, dime cuándo podemos hablar'. Me imaginaba que era del Benidorm Fest. Según salí del programa, en el coche, me llamó Ana Bordas [Directora de Entretenimiento de RTVE] para preguntarme si quería presentar el Benidorm Fest. Y dije que sí, cuándo sea, dónde sea y cómo sea. Me respondió: 'Pero espera, que quiero plantearte más cosas'. Y yo, 'Sí, sí, sí' [ríe].
¿Esto te lleva a pensar un punto de inflexión... O en una vuelta a TVE?
Estoy trabajando en televisión valenciana y soy muy respetuoso con el trabajo donde estoy. Estoy viviendo a tope, no te puedes imaginar el callo que he hecho este año volviendo a la autonómica. Ha cambiado mucho. Hacía veinte años que no presentaba en la autonómica, y hacer cuatro horas diarias en esa franja... Además, he hecho de actor en una serie, he hecho las Campanadas, la Cremà, las galas... Es el año más potente televisivamente de mi vida.
¿Cómo es la vida fuera de la M-30?
España va más allá. Creemos que todo pasa en Madrid, y no todo pasa en Madrid. Fuera hay un montón de vida, de canciones y de idiomas, un montón de asuntos que parecen menores para los de Madrid. Filomena no solo pasó por Madrid. España es súper variada, como se puede ver en el festival.
Todo lo que he hecho hasta ahora lo habría disfrutado tanto con la sensación que tengo hoy...
¿Te ha costado adaptarte al ritmo?
Sí. He vuelto a mi casa, no cabía en la cama de siempre... He vuelto a encontrarme con mis redacciones, me he encontrado a mis amigos del pueblo, he vuelto al idioma que hacía tiempo que no hablaba, he vuelto a vivir con mi madre a cuidarla... Todo lo que me ha pasado ahora, cuando cambias de lugar, de cama, de compañía, hasta el idioma, ha sido un shock personal y profesional, ha sido inspirador. Estoy muy relajado, más relajado que nunca en mi vida. Ojalá ahora empezara a hacer televisión. Ojalá ahora con la sensación que tengo, que me da la tranquilidad, empezara a hacer televisión. Como lo hacía mal cuando estaba con Ana Rosa, ni cuando presentaba informativos, o en Destinos de película... Todo lo que he hecho hasta ahora lo habría disfrutado tanto con la sensación que tengo hoy... Y se me nota.
¿Hay mucha libertad para improvisar durante las galas?
El hecho de que no haya cue implica que no está cerrado. Cuando lo hay te ajustas a lo que va marcando. Nos vemos obligados a jugar de alguna manera porque no hay texto fijo. No hay un Padre Nuestro. Es un freestyle, como diría un rapero.
Te hemos visto muy cómodo con tus compañeras. ¿Cómo os habéis compenetrado?
Como con Alaska nos conocemos tanto, con mirar ya sabemos los dos cuando habla o cuando calla el otro. A Inés la he conocido de verla en sus espectáculos, de los que yo quedo muy lejos por generación, pero la considero una diosa.
¿Has llorado alguna vez en alguna noche eurovisiva?
Lloré una noche eurovisiva muy fuerte porque había un flashmob, no sé qué de país era, pero fue el mejor flashmob mundial en 2010, que se hacía por toda Europa. De pronto, estoy mirando y salió mi madre. ¡Mi madre me ha superado en audiencias, mi madre! Tiene que ganar España para que supere a mi madre. Ya podéis poner de vuestra parte [ríe].
Mi madre estaba en el flashmob y yo, viendo la tele en una casa rural con 20 amigos. La llamé y dije: '¡Pero mamá!“. Me dijo: 'Ah, sí, me pillaron en la playa, con el perro, me pidieron bailar para una cosa que no sé qué es, de Eurovisión, y lo he hecho'. Así que mi madre ha tenido más audiencia que yo, ¡pero sumando toda mi carrera! Se grabó en la colonia nórdica [n.ed.: se encuentra en L'Alfàs del Pi] y sale con el perro. ¡El perro también me ha superado! Imagínate cómo te quedarías al ver a tu madre...
Inés Hernand decía que tenía el carné de eurofán básico, ¿y tú? ¿Eres de los que organiza fiestas para ver Eurovisión?
Sí. Yo soy de los que aman San Remo, el Melfest, y me gustaría que esto se convirtiera en eso. Esta es la ciudad perfecta para que dos semanas al año, en un momento del año que no es temporada alta, se convierta en un Melfest lleno de eurofans de toda Europa. La palabra ya la tienes. Y creo que han acertado y creo que se va a convertir en un Melfest cálido.
Para los escépticos y no eurofans, ¿vamos a ver a España volver a ganar?
Yo creo que ha empezado Europa a mirar. He hablado con gente de Eurovisión en Italia, y han dicho que todos han empezado a mirar a España. Es frase textual: España acaba de entrar en el mapa de Eurovisión. Se juntan muchas cosas: el azar, Benidorm, que es una mini-Europa y todo el mundo dice 'ah, que están haciendo aquí', y el volver a revitalizar con canciones abiertas. Lo que hay este año es ilusión. La ilusión es contagiosa, como el sexo.
¿Qué futuro le auguras al Benidorm Fest?
El Benidorm Fest ha venido para quedarse. Este año es diferente por el Covid, pero ¿te imaginas esto sin Covid? Entradas, pantallas, calles, fiestas... Imagina esto que vivimos ahora pero sin Covid.
Lo que se ha conseguido lo están deseando ya nuevos candidatos
¿Y en cuanto a los resultados que se obtengan en Eurovisión en sí? ¿Crees que puede dudarse a corto plazo de la propuesta del festival si no hay una buena posición en mayo en Turín?
El Benidorm Fest es algo bueno y en lo que creo. Estoy convencido que para el año que viene muchos que ahora dudaron, sé perfectamente que hay grandes artistas, habrán dicho: 'Joder, en una semana han sonado las canciones de 14 personas de una manera brutal'. ¿Cuándo colocas una canción que suene, que guste y que tenga ya admiradores? Es muy difícil. Lo que se ha conseguido lo están deseando ya nuevos candidatos.
Telecinco incluso ha cogido la canción de Rigoberta Bandini, 'Ay, mama', para sus promos de Rocío Carrasco...
Lo de Telecinco es muy fuerte [ríe]. Son expertos y magos de la televisión, es innegable, y saben aprovechar. Telecinco es un bar y sabe de qué se habla en el bar. ¿De la subida de la luz? Pues se habla. ¿Se habla de Eurovisión? Pues nosotros también.
¿Qué canción de Eurovisión no falta en tus playlists? ¿Cuál es la canción eurovisiva que te define?
Soy muy de Nina y Nacida para amar. Y de hecho la canto. Creo que esa canción, que es la única vez que se ha levantado la orquesta a aplaudir a un candidato, me define.
¿Y tu primer recuerdo eurovisivo, lo recuerdas?
Tengo que echar la vista muy atrás. Tengo ese momento de Lady, Lady, de Bravo, que me recuerda a ir por la calle cantando. Y también el Made in Spain, de La Década Prodigiosa, que me pilló en París.
¿Qué le pides como regalo de cumpleaños al Benidorm Fest?
En clave eurovisiva le pido que me regalen la canción que nos representará y que hará que gane España. Quiero ese regalo.