Es probable que 2021 no pase a la historia como el año más común, lógico ni tranquilo. Pero entre todos los apodos que podríamos darle, uno que le encaja como anillo al dedo es haber sido uno de los más dulces de la carrera de Miguel Ángel Muñoz. De la mano de RTVE ha presentado el programa gastronómico Como Sapiens, ha sido jurado en The Dancer y tiene pendiente el estreno de Sequía, su nuevo thriller que protagoniza junto a Elena Rivera.
Además, ha saltado a Hollywood para liderar Daddy Daugther Trip, comedia dirigida e interpretada por Rob Schneider (Gigoló, Este cuerpo no es el mío), en la que también aparece el ex Monty Python John Cleese. Aun así, lo que considera su mayor triunfo ha sido pasarse a la dirección y sacar adelante 100 días con la Tata, un documental sobre su abuela.
El actor participó en la presentación de Sequía en el marco del Festival Iberseries Platino Industria, donde atendió a un grupo de medios entre los que se encontraba verTele. Un encuentro que tuvo lugar un día antes de que Un paso adelante llegara a Netflix. Estreno que esperaba con “ilusión” dado que, según confesó, “no he vuelto a ver la serie desde entonces”.
¿Qué te atrajo de 'Sequía'? ¿Qué ingredientes te llevaron a aceptar el proyecto?
¿Quién se atreve a decir que no a un proyecto así? Es una coproducción internacional entre España y Portugal. Recién salidos de la pandemia, me parecía casi de ciencia ficción que se atrevieran a hacer algo así. La manera en la que trabajamos se ha complicado con todo el protocolo Covid. Por lo que imagínate mover a 80 personas de equipo, no solamente por España, que hemos estado en Madrid y en Cáceres: sino llévatelos a Lisboa con otra forma de trabajar, con otro protocolo, con intérpretes portugueses… Me parecía un planazo.
Adicionalmente, que es lo más importante, la trama es muy interesante. Te engancha desde el primer minuto, al menos a mí me pasó cuando leí el primer capítulo, y el personaje es un regalo. Un periodista tremendamente leal, honesto, para el que encontrar la verdad está por encima de cualquier cosa. En el pasado tuvo una relación con Daniela, el personaje de Elena Rivera, y como siempre ha pasado en los thrillers y películas de investigación, los policías y los periodistas suelen colaborar.
En este caso, si con quien colaboras tuviste algo más que una amistad, se puede hacer algo mucho más sencillo, pero también, algo mucho más complicado en algunas ocasiones. Era imposible decir que no. Además, en un año en el que en TVE vengo de hacer Como Sapiens, The Dancer, ahora hacer ficción... Me ha permitido terminar el documental 100 días con la tata. Estoy feliz.
¿Cómo fue ponerse en nuestra piel?
Es un tipo de periodismo específico, de investigación. No es que sea un paparazzi que se dedique a desvelar cierta información privada de personajes conocidos. Aquí sucedió algo muy grave que no se resolvió, han aparecido unos cadáveres y quiere saber qué pasó ya no solo porque trabaje en el periódico, sino porque es de la zona. Conoce a toda la gente que en su día manipuló, tergiversó y estafó, por lo que para él es muy importante sacar a relucir la verdad.
Ha sido sencillo empatizar con el personaje porque no estaba haciendo nada que yo no hubiera hecho en mi vida. Incluso me gustaría parecerme mucho más a él por los valores que tiene. En ciertos momentos tiene que poner encima de la mesa si sacar una información o no porque esto pueda hacer que le fastidie la vida a una de las personas más importantes para él. Y decide ir adelante con ello.
¿Te encontraste con algún periodista local?
No, no he tenido que hacer ese trabajo de investigación. El personaje lleva una grabadora y una cámara de fotos con un objetivo bastante grande, pero lo principal es poder acceder a los lugares donde no llega nadie.
Elena Rivera ha comentado en la rueda de prensa que teníais pendiente trabajar juntos, que hubo un proyecto que no salió adelante.
Teníamos muchas ganas. Nos caíamos muy bien y ambos admirábamos el trabajo del otro. Con Myriam [Gallego], por ejemplo, tampoco había trabajado y ha sido fabuloso; pero con Elena siempre que nos hemos cruzado, nos mirábamos y teníamos la sensación de que lo íbamos a pasar muy bien juntos. Y así ha sido. Pese a todo lo hostil que es el escenario y la trama, nos hemos hartado a reír. Compartimos varias aficiones como la gastronomía. Es sabido lo que me encanta comer y conocer sitios, ella es una comilona estupenda (bromea), así que hemos congeniado muy bien. Ojalá la vida nos haga coincidir mucho más.
Más allá de la serie, ¿cómo valoras tu experiencia como presentador y jurado en 'Como sapiens' y 'The dancer'? ¿Querrías continuar estas vías?
Ha sido un año excepcional y muy distinto a otros de mi carrera. Todavía sigue en emisión Como Sapiens. Para mi conducir un programa de gastronomía no es como convertirme en un presentador, sino hablar de algo que me interesa mucho y de lo que tengo cierto conocimiento. No solamente por MasterChef, sino por mi estudio de mercado sobre la gastronomía desde hace muchos años. Me ha divertido y me divierte muchísimo. Ha sido un regalito.
The Dancer, lo mismo. No es que de repente haga un programa donde sea jurado de algo. La danza ha estado muy presente en mi vida desde que hace 20 años que me puse a bailar por primera vez para interpretar a mi personaje de Un paso adelante. Ha sido volver a ponerme a entrenar y a bailar con los aspirantes que estaba en cada uno de nuestros equipos. Ha sido algo muy fuerte. Una experiencia vital tremenda. A la vez, he podido hacer esta serie de ficción que es lo que llevo haciendo toda la vida y dirigir. Con lo cual, ha sido quizás el año más completo de mi vida donde he disfrutado muchísimo de todas estas cosas.
No me planteo si seguiría por aquí o no. Después de tantos años trabajando intento ser honesto conmigo. Soy una persona muy inquieta, que le encanta aprender, versátil para hacer diferentes cosas. Sobre todo para disfrutarlas y en todos estos proyectos he disfrutado muchísimo.
Sin lugar a dudas, el que más, que ha sido un gran descubrimiento para mi, pasarme a la dirección. Era algo que tenía pendiente desde hacía muchos años y pensaba que me iba a fascinar, pero realmente he descubierto que me gusta tanto como interpretar. En este caso el que sea una película documental donde hablo de la persona más importante de mi vida, que es mi tata, quizás lo ha hecho mucho más especial. Pero espero que esta primera aventura no sea la última.
¿Cuándo veremos el documental?
Se estrenará en este último trimestre del año. Espero que guste como a toda la gente que la sigue desde la pandemia en sus redes sociales.
¿Qué tal lleva ella saber que va a verse en pantalla?
Lo más bonito de este fenómeno viral que ha surgido es la manera en la que ella lo vive, y así se refleja en el documental. Nos han pasado cosas extraordinarias a lo largo de nuestra vida, que es lo que cuento en el documental. Dentro de eso, también lo que nos pasó en la pandemia.
A ella le da igual, con estar conmigo un ratito, es igual de feliz que cuando estemos estrenando la película en la Gran Vía o esté en una plataforma para que lo vea gente a lo largo y ancho del planeta. Que la veamos juntos es lo que ella va a disfrutar y eso es una lección cada día. Saber lo que realmente es importante, que no tiene que ver con el éxito popular, los seguidores, la taquilla o la crítica, sino con compartir las cosas importantes de la vida con la gente que más quieres.
¿Ha cambiado vuestra relación desde que terminara el confinamiento?
No nos hemos separado nunca. Llevo diez años trabajando en este proyecto pero ve la luz ahora porque quizás es el momento de contar la historia, pero desde que nací hasta ahora hemos estado muy unidos. Durante la pandemia, por eso se llama 100 días con la Tata, hemos pasado más de 100 días 24 horas juntos en 35 metros cuadrados. Ahí obviamente la atención y el cuidado ha sido máximo, pero hablamos todos los días sin excepción. La veo a través de las cámaras que tengo en la casa para saber cómo está y nos vemos todas las semanas.
¿Le cocinas también a ella?
En el confinamiento le cociné todos los días. Ahora con todo el trabajo que he tenido, ya no me da tanto la vida. Además de lo que os he contado, he rodado Dos vacas y una burra en Cantabria, Daddy Daughter Trip en Arizona y no me da para llegar y encima hacer una súper comida a la tata. Pero he enseñado a las personas que trabajan conmigo para cuidarla a cocinar como a ella le gusta que lo hagan. Come todos los días estupendamente y luego nos vamos a Casa Mingo o Casa Laura, que son de sus sitios favoritos de Madrid, cada vez que podemos.
'Un paso adelante llega' a Netflix, ¿cómo te sientes al respecto?
Tengo muchas ganas de que se estrene porque no la he vuelto a ver desde entonces y me hace una ilusión tremenda.
¿Te abruma que vuelva el fenómeno ?
No lo pienso. Me hace muchísima ilusión porque fue una serie muy pionera, donde cambió un poco la forma de hacer televisión en España, la más vendida dentro de la historia de la televisión en España cuando no había plataformas; y que ahora esté en la plataforma más importante que se puede ver a lo ancho y largo del planeta, hace que me muera de la ilusión.
Además, como fue tan transgresora en su momento, no ha envejecido nada mal. Donde vamos a notar el cambio es en el formato. Como hace 20 años lo que se hacía en televisión iba en formato tele, no lo vamos a ver apaisado. Mañana me voy a poner el primer episodio. Me va a hacer mucha gracia verme en ese personaje al que tengo muchísimo cariño y ver cómo martirizaba al pobre paleto, a Pablo y nos reíamos juntos. Tenemos que ver algún capítulo juntos.
¿Qué tal la experiencia en Hollywood rodando 'Daddy Dughter Trip'?
La dirige Rob Sneider, y también está la actriz mexicana Mónica Huarte. Somos un matrimonio que se cruza en esta comedia divertidísima. Se estrenará el año que viene en Estados Unidos y esperemos que llegue aquí también. Ha sido otro regalo porque lo pude compaginar con The Dancer. Paramos las audiciones, tuve que pedir que retrasar la vuelta para poder rodar la película allí.
¿Querrías seguir haciendo cosas allí?
Bueno, lo que salga. A lo largo de los años, a la hora de escoger los proyectos, lo que intento es ser lo más honesto conmigo, con lo que siento y lo que me pide el cuerpo. Trabajar fuera me gusta mucho. Siempre me ha gustado. No es la primera vez que trabajo en Estados Unidos, pero estar cerca de mi Tata es más importante.
Estar aquí cerquita de ella vale más que intentar seguir labrando camino en otros países. Si en algún momento no estamos juntos, como me gusta tanto California, es posible que pase más tiempo allá. Pero ahora la prioridad es ella. De hecho, el documental también hablar de esto y el poder haberlo hecho ha sido un súper regalo. Más importante que Hollywood.
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