Óscar Díaz, tras ganar el bote de 'Pasapalabra': “Me parece bien que Hacienda se lleve lo que se tenga que llevar”

Adrián Ruiz

Óscar Díaz asegura que ganar el bote de Pasapalabra fue tan repentino, tan bonito y tan brusco que no estaba bien preparado para el momento, la verdad”. Así recuerda el madrileño el emocionante momento en el que Roberto Leal dio por buena su última respuesta, una palabra con la que completaba al fin El Rosco que le hizo acreedor del bote millonario que ponía en juego el concurso de Antena 3: 1.816.000 euros.

“Yo creo que no estábamos preparados nadie para lo que sucedió”, cuenta el concursante a verTele horas después de emitirse la entrega en la que logró la esperada gesta. Un programa que se grabó hace tres semanas y que le ha hecho sentirse durante este tiempo, tal y como ha expresado con humor, “muy gusano y muy culpable” al tener que guardar el secreto ante sus amigos y familiares.

Con su hazaña, Óscar doblegó a Moisés Laguardia, que también tendrá que abandonar Pasapalabra tras 245 tardes intentando alzarse con el premio. “Además de un rival magnífico, como competidor ha sido un compañero excelente”, afirma Díaz, que cree que “no haber tenido el más mínimo ruido, ni el más mínimo roce con él, habla maravillosamente bien de su calidad humana”.

Finalmente, Óscar reflexiona sobre la parte del bote que se llevará Hacienda y que desvelamos en este otro artículo: “Yo creo en la progresividad de los impuestos y no me duele, en absoluto”, dice rotundo. “Me parece bien que Hacienda se lleve lo que se tenga que llevar, lo que corresponde al dinero que yo he ingresado”, sentencia.

¿Cómo te sentiste en ese momento en el que Roberto Leal da por buena la última respuesta y te das cuenta de que has ganado casi 2 millones de euros? ¿Qué pensaste?

No me dio mucho tiempo a asimilar que podía suceder. El último turno, como visteis, era relativamente largo porque tenía cuatro palabras pendientes. Estaba más enfocado en no liarme con la 'Y' y la 'B', porque si acertaba esas dos, al menos suponía ganar el programa y evitaba la silla azul del día siguiente. Me evitaba unos cuantos apuros para el futuro inmediato. La 'S' me sonaba muchísimo, la tenía bastante clara, es de esas cosas raras que estudiamos la gente que viene a Pasapalabra, las divisiones administrativas de países de todo tipo. Entonces, tenía una duda con una ciudad de Colombia, pero tenía bastante clara la provincia, que fue lo que dije.

Y la 'F' la había aparcado en principio porque me parecía marcianísima, pero apliqué el sentido común. Otra de las listas que nos hacemos es la de arquitectos del siglo XIX y XX de todo tipo, entonces por la 'F' y en Alemania, me salía uno. No tenía en mi base de datos a ese arquitecto por esa obra, la tenía por otra en Berlín, pero claro, en lugar de irme por los cerros de Úbeda y pensar en otro, dije lo único que me venía a la cabeza de inmediato. Entonces, como fue tan precipitado, tampoco me dio tiempo a prepararme mucho. Y luego llega esa pausa dramática, ese momento en el que Roberto nos tiene un poco en vilo, y no sabes si va a venir el 'sí' o el 'no' de su voz. Y ahí ya la ceja mía al cielo, las manos a la cara, porque fue todo tan repentino, tan bonito y tan brusco que no estaba bien preparado para el momento, la verdad. [Risas].

O sea que te pilló por sorpresa de verdad. No sentías ese día una energía especial, ¿no?

En absoluto, en absoluto. Además, era el primer programa del día. De hecho, era el primer día de la primera jornada de grabación. Con lo cual, había que preguntarle al director y a los guionistas, pero yo creo que no había ambiente en absoluto. Había ambiente de nos acabamos de levantar, estamos en el primer programa de la jornada, con invitados recién llegados y a ver qué pasa hoy y que pasará mañana si aguantamos hoy. Pero no había esa sensación.

Por ejemplo, el año pasado, cuando Rafa gana el bote, durante el último mes o mes y medio sí se veía cierto cresciendo, que se iba quedando muy cerca, que se veía que lo iban rondando. Y que era importante empezar, como al final resultó decisivo. En nuestro caso, quizá por la dificultad de las palabras ajenas al diccionario, nos estaba costando mucho encontrar la clave. Pues claro, si estamos sacando una de estas cada diez programas, ¿cómo vas a sacar dos en el mismo programa? Al margen de que nos defendamos con las palabras difíciles de diccionario. Yo creo que no estábamos preparados nadie para lo que sucedió.

¿Moisés? No haber tenido el más mínimo ruido, ni el más mínimo roce con él, habla maravillosamente bien de su calidad humana

¿Hace cuánto se grabó ese programa? ¿Te ha costado mucho mantener el secreto todo este tiempo? 

Se grabó hace unas tres semanas, más o menos. Y sí, ha sido difícil, porque aparte del círculo más íntimo que, como sabéis, llamaron a mi mujer, a mi madre y luego llamaron a mis hermanas que me recibieron en casa en una sorpresa maravillosa, salvo ese círculo tan estrechito, durante tres semanas yo me he sentido muy gusano y muy culpable. Porque no podía decir nada a gente cercanísima, ni a mis tíos carnales, ni a mis primos hermanos, ni a mi ahijada, ni a amigos cercanísimos... Yo espero que entiendan, y creo que lo están haciendo, que era obligado, que era necesario. Era una noticia que tenía bastante trascendencia. Yo he sacado el capote a pasear y eso que no me va la tauromaquia, pero he estado tres semanas ahí evitándolo. Sobre todo, la última ha sido la más complicada, porque ha sido ya cuando se anunció que iba a pasar algo concreto. Pero bueno, me he remitido a que consultaran las fuentes oficiales de información. [Risas]

Venciste a Moisés, que llevaba en ese momento casi 100 programas más que tú. ¿Qué os dijisteis después, fuera de cámaras? ¿Había un sentimiento agridulce por él?

Sí, claro que sí. La primera cosa que hice, cuando ya conseguí reaccionar y quitarme las manos de la cara, fue abrazarme con él. Porque sé el esfuerzo que ha dedicado durante todos estos años, bastantes años más que yo de estudio y dedicación. Sé lo mucho que le gusta el programa, ya no es una cuestión utilitaria, ni un vehículo para conseguir dinero, sino sé lo que vive Pasapalabra, lo que significa para él y su familia. Entonces, en ese momento, es inevitable echar la vista atrás y pensar cómo se puede sentir la otra persona. Pero Moisés, además de un rival (que la palabra rival me parece hasta un poco dura) magnífico, como competidor ha sido un compañero excelente. Convivir con él ha sido comodísimo. El hecho de haber compartido tantos programas con él, y no haber tenido el más mínimo ruido, ni el más mínimo roce, habla maravillosamente bien de su calidad humana. Me lo ha hecho todo muy fácil. Me ha exigido al máximo como concursante y competidor, porque cada derrota contra él suponía un acicate y cada victoria una medalla, porque ganar a Moisés no es cualquier cosa, y luego, por otro lado, la convivencia la ha hecho facilísima. Ha sido la combinación perfecta.

¿Cómo ha sido el proceso de preparación para el programa? 

Creo que el proceso es similar en casi todos los concursantes que deciden volverse locos y hacer un brindis al sol tremendo como es la preparación para Pasapalabra. Primero, verse todos los roscos que hay en Internet. Ahora mismo, en Internet, puedes localizar los últimos doce o trece últimos años de roscos. Eso son entre 3.500 y 4.000 programas. A quince minutos por rosco, es un ratito. [Risas] Y, por supuesto, anotarte las palabras que no te salen automáticamente. Incluso las que parecen que pueden ser fáciles pero no respondes instantáneamente conviene que te las apuntes porque el autoengaño no es buen amigo del concursante de Pasapalabra.

A continuación, esa base de datos inicial que haces, que en principio la puedes tener en papel o en un excel, la vuelcas en una herramienta informática que te ofrece una plataforma para fomentar el recuerdo activo. Es un programita que la gente utiliza para estudiar idiomas o para estudiar oposiciones. Está basado en tarjetitas o flashcards y la puedes tener en el ordenador o en el móvil. Entonces, lo arrancas y te va haciendo preguntas. De esas preguntas de la base de datos, te va mostrando la definición y tú, después de verla, le dices si la sabías o no lo sabías. Si la sabes, a lo mejor la siguiente vez que te haga esa pregunta es después de 10 días, y si la vuelves a saber al cabo de esos días, la siguiente vez que te lo pregunta es al cabo de 20 días. Te la va demorando en el tiempo a medida que la tienes interiorizada. Sin embargo, si la fallas, te la saca a los diez minutos, hasta que la aciertas. Con lo cual, de manera automática, y sin hacer nada más que responder, te vas haciendo el calendario de estudio, te lo hace él solo. Claro, tienes que alimentarlo con una base de datos depurada y fina. Y por supuesto, no es lo mismo lo que yo me sé de partida, que lo que se sabe Moisés. Por eso tienes que ir enriqueciendo esa base de datos con más cosas y ya luego el estudio.

¿Hacienda? Yo creo en la progresividad de los impuestos y no me duele, en absoluto

¿Qué vas a hacer con el premio? ¿Algún capricho especial?

Aparte de las cosas que ya nombré, como la hipoteca, un colchón para la familia, posibles urgencias... Me gusta mucho el cómic y la ilustración y posiblemente busque algún cómic especial, o alguna página original de algún cómic que me guste. Ahora claro, se amplía un poco más el abanico de búsqueda, aunque tampoco me quedan muchas paredes donde poner esos originales, que tengo todo perdido de estanterías y de libros, pero es un pequeño caprichito que me gustaría darme.

Una pregunta habitual cuando alguien gana un premio tan grande como este es sobre la parte que se lleva Hacienda. ¿Te parece justo? ¿Qué  opinión tienes al respecto?

Yo creo en la progresividad de los impuestos y no me duele, en absoluto. Me parece justo y me parecería injusto incluso que gente que gana lo mismo que yo tributara más que yo por el mero hecho de que yo lo haya conseguido en un concurso. Cierto es que no es fruto de mi trabajo, sino que es una cosa un poco peculiar, pero sí es fruto de mi esfuerzo, porque es algo que lleva cierto estudio, preparación, y haberlo hecho bien en un entorno un poco raro, aunque no sea un entorno laboral, pero no me pesa. Me parece bien que Hacienda se lleve lo que se tenga que llevar, lo que corresponde al dinero que yo he ingresado.