Entre las próximas apuestas que ya promociona Atresplayer Premium, hay una que destacará por su concepción: Las noches de Tefía. La serie creada por Miguel del Arco se sitúa en dos épocas y tres mundos: en los 60, un mundo en blanco y negro en ese campo de concentración franquista de Fuerteventura en el que presos -la mayoría homosexuales- luchan por sobrevivir. Para ello se inventan el mundo onírico lleno de color del cabaret Tindaya, como una forma de salir de su cruel día a día y dar rienda suelta a quiénes son y querrían ser. Y en el 2004, otro mundo en otra época para mostrar las heridas que les deja esa experiencia.
El Festival de Málaga sirvió de presentación de esta ficción, y allí pudimos ver sus dos primeros capítulos y hablar con sus responsables, como ya contamos. Pero también nos dio a los periodistas la oportunidad de hablar con sus dos protagonistas: Marcos Ruiz (como adelantó verTele, en el papel de Airam y como nexo de unión entre las dos épocas) y Patrick Criado (como La Vespa, el “líder” y “ánimo” de los presos).
Más que satisfechos con el resultado final, y deseosos de que pueda verse pronto, los dos intérpretes señalan que Las noches de Tefía “es una serie para entender una parte de nuestra historia, muy desconocida, de una manera que permite comprender no sólo el sufrimiento de aquellas personas, sino el peso que ha tenido ese sufrimiento a lo largo de los años, en cómo ha evolucionado su vida. Permite entender también cómo habrían vivido si no hubiesen tenido esa represión y carencia de libertad”, explica Patrick Criado, en una clara referencia a la memoria histórica que el creador, Miguel del Arco, no duda en reivindicar.
Es responsabilidad de todos hablar con naturalidad de episodios de nuestra historia
Marcos Ruiz también incide en la misma idea: “Se cuenta muy bien, en el 2004 con Airam, cómo aún tiene experiencias que le siguen recordando lo que vivió. Una de las cosas positivas de la serie es permitir al espectador que se acerque de una manera muy humana a los personajes y a esta historia”. Lo que lleva a Patrick Criado a celebrar los pasos adelante en la ficción española: “Poco a poco tenemos que ir contando este tipo de historias. Es responsabilidad de todos hablar con naturalidad de episodios de nuestra historia para aprender de ellos y mirarlos desde otra perspectiva. Cada vez tenemos menos miedo”.
“Los meses de preparación fueron tremendos”
Tanto uno como el otro responden afirmativamente al ser preguntados sobre si ha sido su proyecto más exigente. Explican que se prepararon durante dos meses de convivencia en los que se creó una verdadera hermandad: “Era imprescindible que entre nosotros hubiera mucha química y conexión. Ahí tenemos a Miguel del Arco, que es un genio, que ha sabido hacerlo. Nos hizo una hermandad, y el problema muchas veces de este trabajo es que se crea tanta hermandad, que cuando termina te falta algo”.
En su charla, el creador aseguró que “los actores trabajaron como demonios, de sol a sol”. Y ellos lo corroboran: “Fue un reto gordo. Tuvimos muchas clases. A la vez que teníamos que adelgazar 10 kilos, teníamos clases de canto, de baile... yo llegaba a mi casa que no sabía ni quién era. Los meses de preparación fueron tremendos. En concreto lo de cantar, es alucinante cómo uno empieza de una manera, y confiando en el trabajo y echar horas, cada día mejoras un poco, y terminas disfrutándolo. El baile igual, al principio eres un palo y luego te sueltas”, valora Patrick Criado, entre las bromas de Marcos Ruiz: “Mi personaje ni canta ni baila, si no no estaría yo”.
El aspecto físico merece una explicación a parte. Patrick Criado explica que perdió unos 11 kilos, pasó de 71 a 59, y reconoce que fue “muy duro”: “Teníamos un nutricionista que nos ayudó, y una dieta muy estricta. Fue difícil, si salías a comer o beber, al día siguiente paseo de tres horas”, recuerda riendo, aunque también extrae la parte positiva: “Fue un reto, y esa sensación de tener hambre ayudaba a sentir lo que siente el personaje. Y tener todos el mismo programa ayudó a esa hermandad”, dice conectando con ese sentimiento imperante al que ya antes hacía referencia.
Si uno tiene miedo a la crítica, al qué dirán, al final no haces nada
En su caso, las jornadas le pasaron factura: “En el primer ensayo de baile que teníamos, ya habíamos empezado la dieta y llevaba todo el día con clases de canto, ensayos sin poder comer... casi me desmayo. Además es que la dieta estaba preparada para adelgazar estando en el sofá, no todo el día liados bailando y ensayando. Me puse a bailar, y me dio un mareo que me tuve que comer un plátano”, rememora.
Pero no solo fueron ensayos de interpretación, de canto y de baile. En el caso de Patrick Criado, La Vespa es de Cádiz, por lo que tenía que hablar con ese acento gaditano. Un proceso que afirma haberse tomado “con mucho respeto, yendo mucho a Cádiz, comiendo muchos chicharrones, y disfrutando de su gente”, dice sonriendo. El actor explica: “Tuve suerte de poder viajar bastante a Cádiz antes de empezar la serie, y también trabajé con José Troncoso, actor y director gaditano, las frases una a una”. Para meterse en el papel, reconoce que “en el rodaje hablaba todo el rato en gaditano. Mi personaje habla así, así que era mi manera de hablar ya en el rodaje, ya metido en el papel. Algo que le vale para reflexionar, cuestionado sobre cómo eso suele generar críticas: ”Si tengo que cambiar a como soy yo, que soy madrileño... Hay que hacerlo con respeto, pero atreviéndose. Si uno tiene miedo a la crítica, al qué dirán, al final no haces nada“.
Representar sin retratar, y con respeto
El mismo respeto han querido tener al interpretar a personajes homosexuales, y más o menos amanerados según cada uno. Patrick Criado en que fue una construcción orgánica: “La preparación fueron los ensayos. El ser afeminado o no era una cuestión de que cada personaje tenía una necesidad y una construcción. Miguel [del Arco] ha confiado en todo momento en por dónde tirabas y dónde no. Ha surgido de manera natural, espontánea, no se ha trabajado de manera específica”, lo que le vale para incidir en lo interesante que es cómo en el campo de trabajo son unos, y en el mundo onírico del Tindaya se liberan.
Sobre la interacción de Airam y La Vespa, sus personajes, Criado aclara que “no sé si son pareja, pero sí tienen una relación especial”, y Marcos Ruiz complementa: “Se apoyan el uno al otro. La Vespa tiene más facilidad para buscar la luz en situaciones más crudas, y que un personaje como Airam se abra, a él también le ayuda. Esa relación que tienen es la luz que descubren en un mundo en el que no sabrían ni por qué levantarse ni por qué seguir”.
El personaje de Marcos Ruiz, Airam, es vital para la narración porque es el protagonista del año 2004, interpretado por Jorge Perugorría. El actor explica que pudieron conocerse a mitad de rodaje, aunque al construir a Airam bromea con que “yo me centré en lo mío, y le dejé el marrón completamente a él”. Patrick Criado interviene para confirmar que Perugorría trabajó esa continuidad: “Jorge sí pidió material. Nosotros rodamos primero, y cuando entró él ya había imágenes, y pidió para ver la estética de toda la serie, el tono, y también el personaje de Airam de joven y cómo lo estaba afrontando Marcos”.
El “vértigo” a aceptar una serie tan diferente
Su llegada al proyecto se produjo de manera distinta. En el caso de Marcos Ruiz, explica que tuvo que pasar tres castings, con distintas pruebas y la última de ellas interpretando con Patrick Criado. Su compañero, sin embargo, reconoce que fue a buscarlo Miguel del Arco: “Me llamó cuando estaba en Barcelona rodando otra movida. Me contó todo, y dije: esto qué es. Le pedí que me enviara el guion, y al principio tuve vértigo de estar en un proyecto tan original y único, pero fue lo que me hizo ir para adelante”.
Cuando mire atrás a este proyecto me gustará tanto como actor como de espectador
Los dos reconocen esa sensación, aunque la afrontan de forma distinta. En el caso de Patrick Criado, explica que había “muchas cosas que nos daban miedo a todos, y era lo que más nos interesaba. Hay una mezcla de mundos en los que la serie pasa por comedia, por drama, tienes que cantar, baile... Era un reto constante, el director nos repetía: pies a tierra, pies a tierra”. En el caso de Marcos Ruiz, amplió sus miras: “Intento entenderlo en conjunto, comprenderlo bien y luego hacerlo. Porque si te centras mucho en algo, luego igual no sabes hacerlo bien. Teníamos que transmitir su instinto de supervivencia y de seguir adelante mientras les maltratan”.
Rememorando los inicios, Patrick Criado se acuerda de otro momento: “La primera reunión con Miguel, al salir de su casa, yo me decía: ¿pero tengo un mes y medio para bailar, cantar y hablar en gaditano? Y me acojoné”, confiesa mientras se ríe. “Tuve mucho vértigo, pero viendo a mis compañeros y toda la implicación, fui adelante”. Ahora, el actor valora que el rodaje para él “supuso un punto y a parte. Es de estos proyectos en los que uno se involucra tanto, y ve que todos se involucran tanto, que te cambia”. Marcos Ruiz reflexiona: “Al empezar un proyecto nuevo, con un personaje nuevo, estás un poco desnudo. Y no sabes cuándo vas a sentir que ya lo tienes bien, o si vas a tener problema con alguna parte del personaje”, y comparte satisfecho: “Cuando mire atrás a este proyecto me gustará tanto como actor por lo que he vivido, como de espectador porque me parece muy interesante la manera en la que aborda para tratar estos tres mundos diferentes”.
Intercambiándose piropos, ambos tienen un mensaje para el otro al hablar de qué poso les dejará la serie. Marcos Ruiz, con recuerdo: “A Patrick lo conocí en un casting de una película hace muchos años. A mí no me cogieron y a él sí [ríe]. Trabajar con él ha sido un lujazo”. Patrick Criado, con valoración respecto a otros compañeros: “Yo de lo que me voy a quedar es con trabajar con Marcos. Es un actor excepcional y único. De los mejores con los que he trabajado”. Ambos, con las mismas ganas de que Las noches de Tefía lleguen a Atresplayer Premium próximamente.