Los chanantes se 'animan' en HBO Max: “La gente no tiene claro que se puede hacer animación con nivel en España”
Sentarse delante de Joaquín Reyes, Ernesto Sevilla y Miguel Esteban para entrevistarlos no es necesariamente una tarea sencilla. Ya hay que demostrar rapidez de reflejos para anticiparse a las réplicas que, con el gracejo ya reconocible, lanzan a nivel individual. Así que imaginen cómo se complica la tarea cuando los tres coinciden. Más cuando la jornada de entrevistas promocionales se alarga y hace que su discurso tienda a irse hacia la bufonada, al gag para mantenerse frescos.
Esta faceta desenfada y absurda es más que conocida después de 20 años de trayectoria iniciada con La hora chanante, donde nos malacostumbraron (a ellos mismos y a los espectadores) a “hacer lo que les diese la gana”, como decían hace escasos tres meses, al celebrar la efemérides de aquel programa. “Lo que estamos haciendo ahora es mejor”, afirmaban entonces, refiriéndose a Pobre diablo, que se aparece al público a través de HBO Max. Estrenada este viernes 17 de febrero, tras un lustroso paso por festivales como el de Sitges, la propuesta supone un salto decidido al medio animado, que no les era desconocido en absoluto, pero que habían trabajado en píldoras, con planteamientos más estáticos.
Esta es, pues, una demostración de músculo y también una reivindicación de una industria, la de la animación, en la que no faltan referentes artísticos pero sí ejemplos (por más que filmes como Unicorn Wars permitan mostrar que hay margen para el desarrollo). “La gente no tiene muy claro que en España se puede hacer animación con nivel”, opina Sevilla, que destaca las posibilidades del formato a nivel expresivo. “En el humor te da más libertad para tratar muchas cosas”.
En la conversación hay espacio para citar toda clase de referencias, como ocurre en sus propias creaciones. También, para que ratifiquen su forma de entender el humor (“no me gusta la comedia en la que nos personajes sean cínicos y antipáticos”, apunta Reyes) y para que, siguiendo con la temática de la serie, se precien de no necesitar ayudas faustianas para mantenerse en la industria y hacer carrera: “Nosotros somos el ejemplo de que no cuesta”, bromean. “Somos un ejemplo muy malo”.
Durante la presentación de 'Pobre Diablo' en Serielizados, Ignatius Farray dijo que estabais haciendo comedia con personajes buenos. Y lo cierto es que para tratarse de una comedia satánica, con mucha violencia, es muy fácil encontrar esa empatía en las tramas. ¿Es complicado no dejarse llevar por el cinismo para hacer comedia en nuestros días?
JOAQUÍN REYES: Es una cosa que hacemos conscientemente, que los personajes no sean antipáticos es una cosa que hacemos conscientemente. A mí no me gusta la comedia en la que nos personajes sean cínicos y antipáticos.
MIGUEL ESTEBAN: La discusiones y los insultos provocan muchísimo rechazo como espectador.
ERNESTO SEVILLA: Las discusiones son un truco que usan en los culebrones porque rellenan muchas páginas.
M.E.: Es la forma más fácil de hacer un conflicto: echándotelo a la car.
J.R.: A nosotros nos gustan los personajes positivos y tiernos. En esta serie los personajes que sufren se lo merecen. Por la temática de la serie, que habla del bien y el mal, era muy importante que se repartieran los castigos severos.
M.E.: Nos gustan los personajes positivos, tiernos, y nos gusta que el conflicto se desarrolle a pesar de las buenas intenciones de los protagonistas.
J.R.: El personaje que podía ser más negativo, que es Satán, el padre sobreprotector que está obligando a su hijo, es comprensivo y sabe ver lo bueno que tiene su hijo. Es tierno y lleva la voz de Ignatius, que tiene todos matices. Es un personaje iracundo pero tierno. Y además, canario, que ya es el recopetín.
La animación te ofrece muchas posibilidades, en el humor te da más libertad para tratar muchas cosas
La animación ha estado presente en vuestro trabajo desde los tiempos de 'La hora chanante' y se ha impregnado hasta trabajos recientes como 'Cámera Café', con la secuencia del bucle espaciotemporal inducido por el LSD. Ahora bien, siempre era desde el sketch, de las pequeñas piezas. De hecho, ya 'Cámera Café' la película tiene mucha energía de cartoon. ¿Sentís que la animación resulta el mejor medio de expresión para vuestras propuestas?
M.E.: Es verdad que hay una diferencia entre el tono habitual de la animación y el de las series de imagen real, pero por ejemplo Muchachada Nui era como una animación en imagen real.
E.S.: La animación te ofrece muchas posibilidades, en el humor te da más libertad para tratar muchas cosas. En la violencia, por ejemplo: te permite hacerla de una manera que en acción real te podría hasta despistar. Si en acción real te pasas de realista, la violencia te puede dejar en shock.
J.R.: La animación estiliza. El propio género te lo permite. Si piensas en la animación de Tex Avery, fue revolucionario por cómo trataba la violencia. Se lo permitía la animación e hizo cosas increíbles.
La trama se ambienta en un Nueva York que muchos conocemos a través del cine, como también podemos conocer los tropos del satanismo por la ficción y los productos culturales. Y la serie se arma con infinidad de referencias: de 'La semilla del diablo' a 'El ejército de las tinieblas'. ¿Es una forma de referencialidad cinéfila o cultural, es una forma también de salirse de los cánones más realistas de representación y sorprender?
M.E.: Esa era nuestra idea desde el principio. Ellos no tienen ningún pudor en contar historias de otros países y culturas, ponen a actores hablando inglés y cometen errores garrafales, y no pasa nada. Sin embargo, nosotros parece que tenemos el miedo de que no nos podemos atrever. Pues claro que lo podemos hacer. Y aceptando que puede haber errores. Por otro lado, esta es una serie que más que mirar a la realidad, como has dicho, mira al cine.
E.S.: Es un Nueva York que conocemos del cine y las series. Es casi una localización fantástica.
M.E.: En ese sentido, nos funcionaba mejor Nueva York, porque es el plató de las películas y series universales, que hacerlo aquí en Madrid, que por otro lado es donde rodamos todo lo que rodamos. Nos apetecía escaparnos y buscar ese referente, más que real, el propio del cine. Lo decía Tarantino, que sus películas beben del cine.
E.S.: Es el cine sobre el cine.
En la serie hay muchas alusiones a lo terrible que es el mundo de la interpretación, y a cómo hay poco menos que vender el alma a Mefisto para seguir adelante. ¿Cuesta hacer carrera en este mundillo sin sentir que vendes el alma?
M.E.: Nosotros somos el ejemplo de que no cuesta tanto [risas].
E.S.: De hecho, no nos ha costado nada. Somos un ejemplo muy malo [risas].
M.E.: Pero somos conscientes de lo difícil que es. Y como conocemos este mundo, es fácil acabar escribiendo sobre él, porque te rodea. Los actores y los artistas nos parecen unos personajes muy tiernos porque son el personaje que mejor representa la búsqueda de la aceptación: queredme, quiero que me veáis en la tele, que me digáis que tengo talento y me deis cariño. Eso es muy tierno. Muchas veces va acompañado de talento y de una intención artística, y otras solamente se basa en el 'dame un abrazo'.
E.S.: Se supone que los actores tienen que tener algo de talento, pero con las redes sociales puede ser simplemente lo de 'quiéreme'. Quiero llamar la atención.
J.R.: Y cimbrearte.
Tenemos suerte porque podemos jugar con diferentes tipos de comedia. Desde el principio ha sido una seña de identidad
La colaboración creativa entre los tres viene ya de largo. Por experiencia después de tantos proyectos, ¿cómo creéis que habéis evolucionado como tridente creativo? ¿Hacía qué dirección creéis que vais también? Capítulos como el séptimo abren una puerta a otras direcciones.
M.E.: Llevamos mucho tiempo trabajando y nos apetece seguir trabajando muchísimo más tiempo. Por lo menos por mi parte... No contestéis tampoco [risas]
E.S.: Vamos a seguir trabajando juntos y de hecho tenemos un montón de frentes abiertos. Vamos a seguir haciendo televisión, queremos hacer una peli más, más animación...
J.R.: La suerte que hemos tenido desde el principio es que hemos tenido proyectos muy diferentes, o que nos han permitido jugar con muchos registros. Por ejemplo, esta serie de animación, otra serie que queremos hacer también... En esta misma serie ese capítulo especial que tú decías, que nos permite explorar otros géneros y otros registros... Tenemos suerte porque podemos jugar con diferentes tipos de comedia. Desde el principio ha sido una seña de identidad.
M.E.: Podríamos llegar a aburrirnos rápido de algo, así que buscamos. Hacer La hora chanante o Muchachada Nui es la ilusión absoluta, me imagino, porque al tener sketches se cambia de registro todo el tiempo. Museo Coconut fue una sitcom mucho más clásica; y en Capítulo 0 también buscábamos la variedad, que cada capítulo fueran personajes nuevos, una historia nueva y una propuesta nueva. Eso es muy estimulante y es lo que pasa en este capítulo 7. Creemos que el espectador lo va a apreciar, pero también es por nosotros porque es más divertido hacer algo diferente.
J.R.: Yo quiero hacer una radionovela [risas] Y ahora con el podcast me veo más reforzado, pero ellos siguen con el 'si quieres arroz, Catalina'.
E.S.: ¿Y el disco de versionar grandes éxitos con silbidos?
J.R.: Pero eso era con el ojete, ¿no?
E.S.: Con el ojete... Melodías simples, ¿eh?
M.E: [agarrando a Joaquín y Ernesto] ¡Vamos a hacer muchas cosas juntos!
Vuestro grupo estaba ya muy consolidado. ¿Qué os ha aportado la entrada como guionista de Helena Pozuelo?
M.E.: Helena nos aporta que es una persona más joven, una mujer y nos ayuda mucho a refrescar ideas y a adoptar otros puntos de vista. Ha venido muy bien en ese sentido.
E.S.: ¿Es una mujer? [risas]
M.E.: Es muy amiga, tenemos mucha confianza con ella y es una cómica estupenda, y nos apetecía mucho trabajar con ella.
Vosotros que os habéis lanzado a la animación adulta en plancha. En los últimos años ha habido no pocos ejemplos de éxito en el cine español. ¿Por qué creéis que es un terreno tan inexplorado en la televisión patria? ¿Solo una cuestión de complejidad logística o de prejuicio?
M.E.: No sabemos por qué. Creemos que nadie se lo ha planteado, y como no hay costumbre sigues haciendo lo que se hace, y a alguien le cuesta ser el primero. Nos haría mucha ilusión, y esperamos que suceda, que las plataformas se dieran cuenta de las cosas que se pueden hacer. Toda la serie se ha animado en España, el estudio Rokyn está en Granada y son estupendos, y hay un montón de escuelas de animación estupendas que pueden hacer series a un nivel internacional en lo técnico. Y en cuanto a ideas creativas, hay un montón de gente que podría liderar proyectos de este tipo.
J.R.: En las redes sociales hay mucha gente de la animación que estaría bien que se le diera la oportunidad de poder desarrollar un proyecto así. Es una Nosotros no hemos encargado nada fuera [de España], como en otras series infantiles que sí han hecho animación fuera.
E.S.: Creo que la gente no tiene muy claro que se puede hacer animación con nivel aquí en España.
J.R.: Es verdad que la animación tiene un proceso largo, tiene sus tiempos... Obviamente una serie de imagen real la vas a hacer en menos tiempo. Pero no creo que sea eso. Como dice Miguel, creo que no se ha planteado.
M.E.: Como decías, está la secuencia de Cámera Cafe, que hizo Soy Rafillo. A mí me encantaría ver una serie de animación de Soy Rafillo, qué maravilla de serie sería eso. O de Borja Pakrolsky, de Christian Flores... Hauy muchísima gente que ojalá tuvieran una serie y les dieran la oportunidad.
*'Pobre Diablo' está disponible al completo bajo demanda desde el viernes 17 de febrero en HBO Max.