Sonsoles Ónega: “De Ana Rosa he aprendido mucho, tiene gran sensibilidad para tratar temas sociales”
TardeAR y La Plaza están llamados a revolucionar las tardes de la televisión española. Este lunes 18 de septiembre se estrena en Telecinco el nuevo magacín de Ana Rosa Quintana, y pronto lo hará en La 1 el de Jordi González. Mientras tanto, Y ahora Sonsoles afronta su segunda temporada en Antena 3 a la expectativa de los cambios que puedan provocar los nuevos anfitriones de la sobremesa.
Su presentadora, Sonsoles Ónega, no se lo plantea como una competición. Confía en la solidez de su apuesta y huye del conflicto. “Ana Rosa no va a ser mi rival, va a ser mi compañera. Creed que no voy a competir contra nadie”, le explicó a los medios de comunicación, entre ellos verTele, en el acto con el que se dieron a conocer las novedades de su programa en el FesTVal de Vitoria.
Durante un tiempo trabajaron juntas, e incluso parecía postularse como su “sucesora”. Entre 2018 y 2022, Ónega presentó otro magacín (Ya es mediodía) que llevaba el sello de Unicorn Content, productora de Ana Rosa Quintana. Tras aquella experiencia, la periodista madrileña, de 45 años, dejó Mediaset y puso rumbo a Atresmedia. Ahora volverán a coincidir, aunque de forma muy diferente. “De Ana Rosa he aprendido muchísimo. La veía manejarse en el plató y era una maravilla, con una gran sensibilidad para tratar los temas sociales. Es una grande de la televisión”, dice de ella.
La presentadora de Antena 3 se quita los 'guantes de boxeo' pero está dispuesta a dar la batalla. Su magacín trae novedades para esta temporada y ha hecho algunos fichajes, todo ello con el objetivo de ofrecer a la audiencia “lo que no se puede ver en otro lado”. Aunque prefiera no tratarla como tal, esta coincidencia en la parrilla va a ser un auténtico duelo televisivo. Y Sonsoles, si no parte con ventaja, al menos ya ha presentado su arsenal: “Nosotros ya hemos enseñado nuestras cartas”.
¿En qué se va a diferenciar 'Y ahora Sonsoles' de 'TardeAR'?
No lo sé porque TardeAR todavía no ha comenzado. Nosotros vamos a hacer nuestro programa, el que llevamos haciendo desde 2022. Con lo que cuesta que cada espectador te abra la puerta de casa, no lo vamos a despistar con grandes cambios. Lo que nos va a diferenciar de la competencia, lo dirá la competencia. No es que llevemos ventaja, pero ya hemos enseñado nuestras cartas. No vamos a poner patas arriba el programa porque no habría motivo para hacerlo si además ha funcionado. Todos tenemos marca, Jordi González, Cristina Pardo... todos tenemos nuestra marca y esa es ya la diferencia sustancial.
Habéis hecho algunos fichajes y estáis reforzando la sección de sucesos.
Tenemos la convicción de ofrecer lo que no se puede ver en otro lado. Seremos cinco magazines a la vez y, cuando haya una noticia importante, estaremos los cinco con lo mismo.
Hemos fichado a grandes profesionales que se han querido venir. Yo lo que hago es defender el programa cada día, así que, quien se quiera sumar, para mí es una bendición porque el programa no lo hace sólo la presentadora, a Dios gracias. Lo hace, desde la redacción a los que me acompañan en plató, y siempre quiero a los mejores. Creo que me suma y esa es la apuesta de Atresmedia.
No me lo planteo como un combate. Vengo a hacer lo mío y no tengo más que mi equipo, lo que yo valga y los colaboradores. En la cadena no pueden ser más exigentes con ellos mismos. A partir de ahí surfeamos la hora. La única que viene ya desnuda soy yo, ya veremos qué hacen Ana Rosa y Jordi, pero hay mucha más oferta en la tarde.
¿El programa se va a mantener fiel a su estilo?
No podemos dar bandazos ni cambiar un magazine en el que creemos. Ante un panorama mucho mas exigente que la temporada anterior, hay que salir a hacerlo lo mejor posible.
¿Te esperabas tal intercambio de colaboradores entre cadenas?
No veo intercambio, a mí no se me ha ido nadie. Fabiola Martínez nos comunicó hace unas semanas que no iba a continuar por una cuestión estrictamente personal, por proyectos nuevos que quería emprender, pero la relación no se ha roto. A mí me gusta que la gente no se vaya.
Uno de tus fichajes es el humorista Juan Dávila, y continúa Miguel Lago. Nos son fáciles de pastorear...
Sí, pero no van a convivir. Miguel ha dado mucho al programa, me ha ayudado a darle tono. Y ahora se suman Juan Dávila, que no me puede gustar más, y Txabi Franquesa, que va a ser una pieza clave. Hay cómicos porque yo no tengo ninguna gracia, soy más de reír.
¿Cómo os planteáis el humor negro en el programa?
No se ha dado la circunstancia de tener que decirles nada porque ese plató es muy libre y cada uno dice lo que le da la gana. Dependiendo del día y con algún asunto a lo mejor hay que decirles que bajen [el nivel de humor], pero no me ha ocurrido. Me encanta su espontaneidad y cómo interpelan al público. Palabrotas en el plató no va a haber. El límite en la tele a lo mejor requiere más prudencia, pero iremos encontrando el tono.
Alguien dijo que María Teresa tenía dos máximas en su vida: la justicia y el buen gusto. Y me lo he tatuado
Terelu Campos decía el otro día que su madre comentaba que tú eras la digna sucesora de las mañanas. ¿Qué has aprendido de María Teresa Campos, y qué quisieras tener de ella?
Lo que le dije a Terelu es verdad: yo no conocía a María Teresa Campos, nunca coincidí con ella. Nos admirábamos y mi padre ha trabajado con ella, pero no nos conocíamos. Un día me la pasó Terelu por teléfono en Ya es mediodía y se lo dije, que me faltó tiempo con ella para escucharla, para conocerla, para pedirle consejos... Es una deuda que ya no podré saldar nunca porque María Teresa ya no está. Siempre quise ser ella por su capacidad de bajar los temas a la calle, para hablar como lo hace la gente. Para mí, la cámara es mi abuela, quiero que me entienda.
Alguien dijo que María Teresa tenía dos máximas en su vida: la justicia y el buen gusto. Y me lo he tatuado. Si eres justo con el espectador, con el personaje que te acompaña, y tienes buen gusto porque sabes que todo tiene un límite, seguro que nos encontramos con el sentido común de la calle.
Ahora vas a ser rival de Ana Rosa Quintana...
Ana Rosa no va a ser mi rival, va a ser mi compañera. Creed que no voy a competir contra nadie. Yo tengo que salvar mis muebles, pero para mí es tan compañera como cualquier otro en cualquier otra cadena. Yo no me he puesto los guantes.
¿Qué has aprendido de ella?
De Ana Rosa he aprendido muchísimo. La veía manejarse en el plató y era una maravilla, con una gran sensibilidad para tratar los temas sociales. Es una grande de la televisión. Les enviaré un mensaje deseándoles buena temporada a todos, a Joaquín, a Ana Rosa, a Susanna...
¿Qué has aprendido en este año de programa?
A hacer equipos... Aprendí lo complicado que es poner una maquinaria en marcha desde cero. Partimos desde cero, construimos desde la nada, en cuanto a estructura de magacín había un solar. He aprendido mucho de técnica de plató, de escenografía, de iluminación... Yo no sabía lo que era sentir un plató, construir un plató...
Ana Rosa no va a ser mi rival, va a ser mi compañera
¿Te ha costado liberarte de la información parlamentaria? ¿Ha sido un lastre para ti ser hija de Fernando Ónega?
No ha sido un lastre. Y ser hija de mi padre, aún menos. Durante toda mi carrera he ido trabajando y aprovechando las oportunidades. Siempre pienso que “mi padre lo haría mejor”, pero con eso tengo que convivir. Es una presión más que un lastre.
Se puede hacer todo: en Telecinco hice realities con mucho gusto, aunque en la actualidad es donde más cómoda me siento. Sigo echando de menos la política como conversación diaria, porque me encanta, pero no en el plató, porque no creo que el público lo demande.
¿Cómo has vivido desde la distancia el fin de 'Ya es mediodía', una marca que iniciaste tú?
Con pena porque es mi primer hijo televisivo. Pero los programas empiezan y acaban; lo importante es que el equipo encuentre acomodo en los diferentes programas de la productora.
¿Cómo te has sentido con 'Hablando en plata'?
Hablando en plata no estaba sobre la mesa el año pasado y no puede gustarme más. ¡Sólo quiero hacer Hablando en plata! Es la iniciativa más útil de toda la televisión española ahora mismo, no sólo por dirigirse a las personas mayores, sino por el foco de denuncia y por conseguir resultados.
Alberto Chicote es magnífico y coloca el foco en temas que importan. Esta es una televisión pegada a los problemas de la gente sin más presión que hacerlo bien. Si me quieren echar de la tarde, fenomenal, pero esto que no me lo quiten nunca.
¿Qué temas sociales te indignan y querrías denunciar para cambiarlos como has hecho con Alberto Chicote en 'Hablando en plata'?
Me preocupa la situación de los niños que no comen bien, la pobreza no denunciada en la que viven muchas familias en este país, que se cuestione la existencia de la violencia machista, la falta de comunicación entre los políticos, que no haya planes educativos, que los jóvenes tengan que irse del país, que no aprendan a programar desde pequeños...
A la televisión algún día se le reconocerá la labor de Estado que hace con todos esos mayores que están solos en sus casas.