“El Zorro, la Espada y la Rosa”: 7 claves de un regreso muy esperado
Que Nova ha decidido que gran parte de su programación se base en la reposición de telenovelas no es noticia. Que algunas hayan sido emitidas hasta el cansancio, tampoco. Sin embargo, en esa estrategia de apostar por lo ya conocido hay veces en las que salta la sorpresa. Y es lo que acaba de suceder. Nova ha recuperado El Zorro: la Espada y la Rosa ¿Por qué su regreso ha sido una buena idea?
¡¡CUIDADO SPOILERS!!
Repetida, pero menos
Es cierto que es una reposición. Es cierto que muchos ya la habrán visto, pero, seamos justos, ha sido de las menos repetidas de cuantas hay en el catálogo de Nova. Hace tantos años que se emitió que casi hay que recurrir a la hemeroteca para recordar cuándo fue y eso, hablando de telenovelas de Nova, sí es noticia.
Por lo tanto, ha sido una buena idea recuperarla ahora porque quienes no la vieron tendrán la oportunidad de descubrirla. Y, por otro lado, ha pasado ya el tiempo suficiente como para que quienes ya la disfrutaron tengan ganas de recordarla cada día en su televisor.
Una telenovela de época
Otra razón que avala su regreso es su condición de telenovela de época. Hace mucho tiempo que no se realiza una producción de este tipo a pesar de la buena acogida que suele tener entre el público. Ningún buen telenovelero que se precie puede negar que Corazón salvaje (con Edith González y Eduardo Palomo) o Amor Real forman parte de su ranking de telenovelas más admiradas y recordadas.
Además, supone también el regreso de una gran superproducción. En su momento fue una apuesta muy arriesgada y costosa por todo lo que suponía en cuanto a extras, escenarios, escenas de acción.
Todos sabemos a grandes líneas de qué va la historia porque, a fin de cuentas, el Zorro es uno de esos personajes que todos conocemos, por lo que todos tenemos claro que, al margen de la historia romántica, vamos a tener también una buena dosis de aventuras en base a carreras de caballos, peleas espada en mano, etc.
Un hombre con dos almas
Decía antes que todos conocemos al Zorro y habrá muy pocos amantes del género que no conozcan a Christian Meier (Luz María, Doña Bárbara, La tormenta), pero lo que quizá muchos no sepan es que aquí ofrece uno de sus papeles más completos.
Por un lado, ha tenido que lidiar con un personaje de acción, pero además también tiene que sacar un lado relativamente cómico al que no estamos acostumbrados.
Pero, sobre todo, tiene que mostrar las dos caras de un mismo personaje o, mejor dicho, las dos almas de un hombre. Por un lado, es Diego de la Vega, rico hacendado que ejerce, a su manera, de abogado. Por otro lado, es el Zorro, el defensor de los más débiles. Será interesante ver cómo conviven esas dos personalidades tan diferentes en el mismo individuo, pero lo cierto es que, por ahora, Christian Meier, consigue darle a cada uno su esencia particular.
Si esa dualidad es complicada. Si ya resulta difícil mantener el secreto de esa doble vida. La situación puede volverse insostenible cuando entra en escena Esmeralda porque, como dice Diego de la Vega a su alter ego “tú y yo amamos a la misma mujer”.
La princesa Esmeralda
Si Christian Meier tiene que lidiar con un personaje complejo, Marlene Favela (Gata salvaje) tampoco lo tiene fácil. También ella tiene algo de doble personalidad, aunque en este caso su situación es más reciente y aún no siente el peso de esa carga sobre sus hombros.
A Esmeralda la conocimos cuando huía de una boda pactada por su padre con un anciano y ya descubrimos que era una mujer de armas tomar. Su escena dentro del barril es de las que son difíciles de olvidar. Después supimos que era la hija del gobernador, lo que nos hacía presuponer que sería una señorita de refinado comportamiento, pero pronto comprendimos que Esmeralda es una rara avis dentro de su hábitat social. Y no es para menos porque ése no es su lugar. Resulta que Esmeralda es la princesa de los gitanos, y, encima no es hija de quien creía serlo.
Que ya sepamos todo esto sin que haya pasado siquiera una semana ya indica que el ritmo de los acontecimientos en esta historia es trepidante, pero, sobre todo, también nos deja claro que Esmeralda no será una damisela en el sentido clásico de que esperará a que el héroe venga a ayudarla. Por lo que hemos visto, Esmeralda tiene toda la intención de tratar a su caballero de tú a tú.
Un romance a tres bandas
Al margen del carácter de los personajes, el romance entre ellos también deja muchas incógnitas. Ya hemos visto claramente que Esmeralda ha quedado impactada por el Zorro y también nos hemos dado cuenta de que Diego no le simpatiza demasiado. Lo ha llamado de todo menos bonito.
¿Cómo encajarán ambas situaciones? El Zorro es muy consciente de que no puede enamorarse. Perdón, que no puede tener una relación “normal” con una mujer porque enamorado ya lo está. De ahí que le toque a Diego tener que conquistar a Esmeralda, pero todo parece indicar que ella no le va a poner las cosas nada fáciles. Y menos si, encima, como el propio Diego reconoce, “nada me sale bien si no me visto de negro”.
¿Podrá Diego opacar al Zorro y conquistar a Esmeralda? ¿Incumplirá el Zorro su compromiso con la causa por esa mujer? ¿Descubrirá Esmeralda al verdadero Diego?
Y no olvidemos que al margen de este peculiar romance a tres bandas, también andan rondando los clásicos terceros en discordia. El gitano Renzo ya suspira por su princesa y la nada angelical Mariángel ya ha puesto sus ojos en el pretendiente de su hermana.
La misión del Zorro
Al margen del romance, el Zorro es también la historia de ese héroe del pueblo que lucha contra la opresión y la tiranía. Y aquí también lo hemos visto.
Por ahora el principal enemigo del Zorro era el comandante Montero, pero la llegada del nuevo gobernador va a incrementar su lista de rivales, sobre todo si tenemos en cuenta que el respetado Fernando Sánchez de Moncada tiene un pasado nada respetable en el lugar. ¿Qué sucederá cuando Diego “recuerde”? ¿Quién saldrá victorioso? ¿El Zorro o el hombre de un solo ojo?
Pero no sólo el Zorro tiene una misión en esta historia. Esmeralda también tiene una dura tarea por delante. Ya sabe que es la princesa de los gitanos y, sobre todo, ya sabe que la reina, su madre, está viva. Nosotros también lo sabíamos pero aún hay muchas cosas que desconocemos. ¿Por qué lleva tantos años encerrada? ¿Por qué se hizo cargo Fernando de Esmeralda? ¿Por qué es tan peligrosa para los poderosos? Y la gran pregunta ¿podrá liberarla Esmeralda? ¿La ayudará el Zorro en esa misión?
Toque de humor
Como en toda telenovela tenemos a los protagonistas enamorados, a sus leales aliados (qué sería del género sin la tía de la protagonista), a los perversos villanos, un sinfín de personajes secundarios (qué gusto ver de nuevo a Jorge Cao), multitud de subtramas (los indios, los gitanos, sor Suplicios, la relación de Almudena y Alejandro…)
Pero aquí aún hay algo más. El humor. Esas secuencias tan cómicas como surrealistas que hacen que por momentos olvides que estás viendo un melodrama para dar la sensación de estar ante una comedia de aventuras. Tal vez el sargento García no sea la gran estrella de la historia, pero, por ahora, nos ha dado algunas de las mejores secuencias que hemos visto o, al menos, las que mejor nos lo han hecho pasar.
Al margen de esto, habría mucho que decir sobre la sobreactuación de parte del elenco, sobre algunas situaciones demasiado inverosímiles, pero, si la vemos en conjunto, El Zorro: la espada y la rosa tiene algo que la hace especial.
Su contenido es un clásico pero su continente la hace diferente y eso hablando de telenovelas es digno de destacar. Así que, aunque solo sea por reconocer el esfuerzo de ofrecer algo distinto, merece la pena sentarse cada tarde a verla.
Sobre este blog