María León confía en el futuro de Allí abajo: “Si queremos podemos contar hasta que Carmen e Iñaki sean abuelos”
¿Qué nos vamos a encontrar esta temporada en Allí Abajo? ¿Cómo va a cambiar la llegada del bebé la relación de Iñaki y Carmen?
La llegada de Elaia va a ser lo que va a marcar realmente la relación de Iñaki y Carmen. Terminaron la tercera temporada separados, y seguirán de este modo, así que la niña es lo que les convierte en un equipo de vida.
Yo les comparo con Rachel y Ross en Friends con eso de que están juntos, tienen una niña, se separan, están con los amigos... pero ellos no dejan de ser familia, no dejan de quererse y de unirse ante todas las dificultades. El bebé es el motor principal que tienen ellos dos y demuestra que son muy buenos padres y muy buenas personas, que consiguen ser amigos ante todo lo que se puedan interponer.
¿Va a cambiar en algo la serie tal y como la conocíamos hasta la fecha?
No, creo que para nada. La familia vasca y la del sur están tan unidas ya después de cuatro temporadas que no se van a ver dos colores diferentes. Sigue siendo la misma serie y una única familia, y el color de la serie va a ser igual.
Esta temporada va a ser mucho más bonita porque vamos a tener la oportunidad de ver más movimiento, más giros. Además entran personajes y tramas nuevas, pero en lo general va a ser igual. Creo que esta temporada más que nunca el sur y el norte son uno.
Se intuye que va a haber más tramas profesionales esta temporada con tu vuelta a la clínica y con el negocio de Iñaki, ¿es así?
Para Carmen concretamente va a ser una temporada estupenda porque se va a poder desarrollar como mujer: como madre, como amiga, como hermana, como hija y como directora. Se va a poder contar el personaje de Carmen con un abanico muy amplio. En cuanto a Iñaki no sé en qué le meterán, si igual no solo busca un cambio de trabajo, sino también en el amor, pero Carmen está totalmente detenida en sí misma, en escucharse, conocerse y disfrutarse. Para mi personaje es una temporada muy rica.
¿Tener un personaje como Carmen, con una evolución tan marcada y fuerte, es algo inusual en televisión?
Quiero pensar que no, y que los personajes tanto en televisión como en cine son ricos y cuentan cosas interesantes. Al menos intento que mis personajes lo sean, y personalmente he notado esto en Carmen esta temporada, en las anteriores fue mucho más blanco, naif y gradual.
No siempre se tiene la oportunidad de hacer cuatro temporadas de una serie, y creo que eso es una clave para poder contar tantas cosas de un personaje. Una de las suertes que tenemos es poder estar haciendo nuevos capítulos para poder mostrar cosas de los personajes que anteriormente no hemos visto.
Personajes e historias como estos, ¿tienen fecha de caducidad?
No depende de los personajes, depende de muchas otras cosas. Teniendo un personaje y un medio donde poder contar, siempre hay una historia interesante. El problema es que nos den la oportunidad, si las plataformas nos dejan contar historias, se pueden contar muchas cosas. Dependemos de las cadenas, de la audiencia y de una infraestructura que no está en nuestras manos.
La evolución de Carmen e Iñaki ha sido gradual, han pasado por diferentes fases. ¿Cómo ves su futuro en el tiempo?
Si queremos podemos contar hasta que sean abuelos, tenemos muchos ejemplos en muchas series. Insisto en que no depende de nosotros, sino de cómo funcione, de la audiencia que tenga y de si nos siguen abrazando... Podríamos ver a Elaia cumplir por lo menos los 15 (risas).
Después de cuatro temporadas con Allí abajo, y de ser la serie más vista de todo 2017, ¿da miedo enfrentarse al público de nuevo? ¿Hay presión por igualar los resultados logrados hasta la fecha?
Para nada, lo que da es orgullo, alegría y ganas de celebrar. Somos muy afortunados y lo único que podemos estar es agradecidos. Sabemos que hay gente que nos sigue y que nos quiere, y como actores nos lo tomamos como una responsabilidad absoluta. No me gusta incorporar los miedos en ningún sitio, y las responsabilidades son algo bonito y muy difícil de tener hoy en día. Ojalá todo el mundo pueda trabajar como el elenco de Allí abajo, que llevamos cuatro años y ojalá sean muchos más.
Hemos hablado hace nada con Jon Plazaola y con César Benítez, y nos cuentan que el ambiente que se ha creado en la producción como clave para el éxito. ¿Crees que esto hace al público más partícipe y familiar?
Sí, es una serie muy familiar y blanca, cuenta cosas muy del día a día para reírse con uno mismo. Creo que la gente lo agradece y es muy necesario.
Hablabas de las cadenas, plataformas y oportunidades. ¿Consideras que hay demasiada presión por los datos, ahora que las nuevas plataformas están cambiando las formas de consumo?
No, yo creo que está habiendo movimientos que son necesarios y tenemos que adaptarnos todos a las nuevas técnicas. Los cambios siempre son buenos, y si es para contar cultura muchísimo mejor. Creo que todo es a favor y que los cambios que vengan son para bien. Tenemos que estar todos contentos y más creativos que nunca.
Te vimos muy brevemente en el comienzo de la versión televisiva de “Cuerpo de élite”. ¿Podemos esperar un crossover
Si Joaquín Mazón, el director de la película y la serie, y Antena 3 que es mi casa me llaman me voy con ellos a todas partes. Jugaría en casa, no abandonaría a nadie ni me cambiaría de nada, pero sería muy feliz de ponerme el uniforme de Cuerpo de élite y bailar con ese equipazo. Estoy muy orgullosa del trabajo que hicimos, del que están haciendo ahora en televisión, y ojalá tengan mucha vida... la suficiente como para que yo pueda volver a darme un paseo por allí. Sería un regalo para mí, como lo fue trabajar en el primer episodio.
Igualmente has vuelto a repetir con los guionistas del filme, Cristobal Garrido y Adolfo Valor, en “Los Japón”, de nuevo para Atresmedia Cine. ¿Qué nos puedes contar de esa nueva aventura?
Hemos tenido la oportunidad de estar en Japón rodando un par de “bailes”. Tengo la suerte de ser la compañera de Dani Rovira, me siento muy feliz de trabajar con él, pero hasta junio no empezaremos el rodaje como tal, así que todavía le queda mucho.