Cuando los actores de 'Friends' se unieron contra el patrón y otros secretos de la serie que todavía es un fenómeno
“Esta será la última vez que disfrutéis del anonimato. De aquí en adelante se acabaron vuestras vidas”. Fue la advertencia que el director James Burrows hizo en una cena en Las Vegas a unos todavía desconocidos Jennifer Aniston, Matthew Perry, Courteney Cox, Matt LeBlanc, Lisa Kudrow y David Schwimmer. Aquella afirmación les sorprendió. Entonces todavía no se había emitido el primer capítulo de la serie que acababan de rodar y el realizador se los había llevado de viaje en un avión privado para contarles lo que, apenas unos meses después, se convertiría en su realidad.
La anécdota la recoge el libro I'll be there for you (Harper Collins) que la periodista Kelsey Miller ha publicado con motivo del 25 aniversario del estreno de la ficción. Será el día 22 de septiembre cuando se cumpla un cuarto de siglo desde que viera la luz el episodio En el que Mónica tiene una compañera. Aunque un año después de la advertencia el elenco al completo cobraba tarifas millonarias por una campaña publicitaria de Coca Cola Light, además de su abultado salario por episodio, aquella noche estaban “a dos velas”, según se describe en el volumen. Un texto repleto de anécdotas y apuntes sobre el desarrollo de la ficción a lo largo de sus diez temporadas.
Entre ellas, el videoclip que Cox había grabado con Bruce Springsteen antes de su participación en la producción, que antes de actor Perry era un excelente tenista, que Schwimmer llegó a dirigir diez capítulos de Friends, que introdujeron en guion que Phoebe se quedaba embarazada porque la propia Kudrow lo estuvo, o que el mono Marcel fue uno de los “actores” invitados más complicados del reparto. El ejemplar recoge la importancia que el público tuvo en el desarrollo de la ficción, ya que a menudo los guionistas rectificaban líneas, situaciones y chistes dependiendo de su reacción durante los rodajes. Tenían en cuenta si se reían, entusiasmaban, emocionaban o mostraban indiferencia.
'Insomnia café', la primera propuesta
“Es una serie acerca de seis personas de veintitantos años que quedan para tomar algo y charlar en una cafetería. Trata de sexo, amor, relaciones de pareja, y trabajo. De una época de la vida en la que todo es posible, cosa que es muy emocionante y que al mismo tiempo da mucho miedo”. Esta fue la sinopsis con la que los creadores de la serie, Marta Kauffman y David Crane, se presentaron en el despacho de la Warner. “Pensamos en esa época en la que el futuro era una incógnita”, explica la guionista de la pareja creativa, “todo el mundo conoce esa sensación”.
Y acertaron, porque era lo que en la NBC, la cadena que lo emitió, estaba buscando en 1994. La propuesta la entregaron con el título Insomnia Cafe. Un local con el que se encontraron viajando en coche. “Recuerdo que hablamos de que sería un sitio muy chulo como escenario. Nos apetecía que hubiera un exceso de cafeína”, comenta Kauffman. Pasando por Sif of none, Across the hall o Friends like us, la ficción terminó por quedarse únicamente con el de Friends. Y vio la luz la misma semana que Urgencias, con la que George Clooney saltó a la fama. El actor sería una de las estrellas invitadas de la temporada, junto con su compañero de reparto Noah Wyle, que aparecieron haciendo de médicos, además de cita doble de Monica y Rachel.
Los fichajes episódicos fueron una constante en el desarrollo de la ficción, y por sus platós pasaron figuras como Brad Pitt metiéndose en la piel de un cambiado friki de instituto al que el personaje de Aniston había hecho la vida imposible, Bruce Willis como novio de Rachel, Reese Witherspoon como su hermana pequeña, Paul Rudd como marido de Phoebe, Julia Roberts como antigua compañera de clase de Chandler del que decide vengarse, Susan Sarandon como compañera de reparto de Joey en Días de nuestra vida, Gary Oldman como otro partenaire del actor del grupo, Sean Pean como novio de la gemela de alter ego de Kudrow o Jean – Claude Van Damme haciendo de sí mismo.
El de la cabecera
Hubo otro acontecimiento que marcó la vida de los intérpretes antes de que su imagen se mimetizara prácticamente con la de sus personajes y Aniston pusiera de moda el corte de pelo “a lo Rachel”. Fue la grabación de la mítica cabecera al son del tema I'll be there for you de The Rembrandts, que pudo haber sido el Shiny Happy People de REM.
El plan inicial era rodar en una azotea. A pesar de ser verano, el pronóstico meteorológico falló y tuvieron que adaptarse al frío y al viento. Acabaron por buscar dentro de los decorados del estudio una zona que pudiera servirles y optaron por colocar el sofá del set del Central Perk y una lámpara delante de una fuente de un parque del interior de las instalaciones.
A pesar de haber entrado la madrugada y el frío, combinando improvisación y guion, las escenas del elenco lanzándose agua entre ellos y riéndose fueron tomadas de la realidad. Agotados e histéricos apostaron por empaparse. Alguien puso una cámara a rodar y les registró disfrutando como niños en el agua. Y así pasaron a la posterioridad, dentro de la cabecera de la serie, siendo ellos mismos y no sus personajes. Como Miller insiste en revelar en el libro, una de las claves del desarrollo y veracidad con la serie es que los seis no solo fueron amigos en la ficción.
Tal fue su unión, que de la primera a la última temporada, tomaron siempre las decisiones de forma conjunta, ya fueran sobre la continuación de la serie, o sus aumentos de sueldo. Tras el revuelo mediático que causó el anuncio con los protagonistas de Friends en la Superbowl de 1996, tras la que se emitió el episodio El de después de la Superbowl, que continúa siendo el más visto de la historia de la serie con 52,9 millones de espectadores, los agentes de Schwimmer le presionaron para que pidiera un aumento de sueldo. Su madre, que era abogada especializada en divorcios de grandes personalidades de Hollywood, fue tajante: “No dejéis que os dividan”. Y no lo hicieron. Ese mismo año el reparto al completo pidió a la Warner que ascendiera su salario a 100.000 dólares por episodio, a todos por igual.
Un fenómeno de más de 25 años
El último capítulo de Friends, en cuyo rodaje los seis intérpretes no pudieron contener las lágrimas como era de esperar, se emitió el 6 de mayo de 2004. Pero la serie sigue cautivando a millones de espectadores en la actualidad. El año pasado, Netflix pagó 100 millones de dólares para mantener la serie en su catálogo. La plataforma desembolsó hasta tres veces más dinero de lo que había costado un año atrás. El revuelo causado por los suscriptores al enterarse de que los derechos de emisión acababan este 2019 presionó al gigante del streaming para que mantuvieran la ficción.
Lo que no se sabe es qué ocurrirá con Friends en 2020, ya que AT&T planea lanzar su propio servicio de transmisión a finales de este año y la señalaron como uno de sus reclamos. La historia de los seis jóvenes amigos sigue siendo un fenómeno aunque haya aspectos de la sociedad que reflejan que hayan quedado desfasados. Quizás el vínculo que genera tenga más que ver con el momento vital que retrata, que hace que aquellos que están por llegar al mismo, los que están inmersos en él o los que lo ven como una parte de su pasado, se enganchen y siga reclutando nuevos fans.
Una serie que, a pesar de los chistes homófobos, la escasa diversidad racial, sus actitudes en ocasiones machistas o que introdujeran la reprochada trama de que Joey y Rachel se liaran, consigue “taparlas” con la empatía que generan sus personajes, la autenticidad de su amistad, sus relaciones y su final. Un desenlace a la altura de lo que la ficción merecía y que logra satisfacer las expectativas de sus seguidores. Lágrimas y besos incluidos. Sobre todo porque continúa siéndolo, y a pesar de los continuos rumores sobre un posible regreso, sus creadores se han mantenido firmes en la idea de no resucitarla.
El libro I'll be there for you es uno de todos los homenajes que le esperan a la ficción en el año de su 25º aniversario. Imaginamos que no serán pocos, aunque la forma en que se mantiene viva hace que no parezca un acontecimiento del pasado. Sigue anclado al presente al tiempo que está instaurada en la cultura popular. Desde el “¿Cómo va eso?” de Joey, el carisma de Chandler pese a que nadie sabe en qué trabaja, la obsesión por el orden de Monica, lo que gracias a Ross aprendimos de paleontología, los espíritus que acompañan a Phoebe en su día a día o lo mucho que nos alegramos de que Rachel decidiera dejar plantado en el altar a Barry.