Si hay una norma indispensable en cualquier reality de encierro es que los concursantes deben comunicarse en todo momento ante las cámaras, y con sus micrófonos encendidos. Solo así es posible hacer testigos a los espectadores de la convivencia, premisa principal de formatos como Gran Hermano o como el actual Secret Story. Una regla que según Adara se habrían saltado dos de sus compañeros, Luca Onestini y Cristina Porta, que no es la primera vez que se ven envueltos en una polémica similar.
En un vídeo reciente que ha compartido el perfil oficial en Twitter de la propia concursante, que está gestionado por sus familiares mientras ella se encuentra encerrada en Guadalix, la ganadora de GH VIP acusa a la pareja de comunicarse por escrito a través del ordenador que la organización pone a su disposición para escribir los blogs semanales. “Qué guay escribirse cositas, ¿eh? Está bien escribirse cositas”, les dice. “¿Escribirse cositas?”, pregunta el italiano. “Es que no se puede”, les recuerda la veterana participante de realities, que sugiere que ella también podría hacer lo mismo. “A ver si nos ponemos tú y yo a escribirnos cosas, Miguel”, propone a Frigenti.
La justificación que esgrime el hermano de Gianmarco es que Porta está escribiendo el texto de su blog. Sin embargo, los gestos de ambos y sus reacciones a lo que la periodista está tecleando llevan a Adara a pensar que están compartiendo entre ellos alguna confesión que no quieren que capten ni las cámaras ni los micrófonos, tal como se encarga de denunciar a viva voz.
Como decimos, esta no es la primera vez que Cristina y Luca son acusados de comunicarse por escrito, siendo algo que está prohibido. A principios de noviembre, los espectadores denunciaron en las redes sociales que la pareja se había comunicado en secreto a través de los teléfonos móviles que Secret Story pone en sus manos para hacerse fotos durante las fiestas y luego compartirlas en Twitter.
Entonces, Carlos Sobera cortó el 'run run' en una de las galas, asegurando que la organización había revisado los terminales y se trataba de “un bulo”. Ahora es una compañera de convivencia la que vuelve a acusarles de lo mismo, pero ellos lo han negado.