Aun en cuarentena, el drama no cesa en el universo narrativo de Mediaset, dominado en los últimos meses por Adara Molinero. El último episodio del folletín que la ganadora de GH VIP 7 había protagonizado con Gianmarco Onestini ha culminado en una ruptura cacareada por este último primero, y escenificada en un vídeo para el canal que compartían en MTMAD.
Como si de una adaptación amateur de Historia de un matrimonio se tratase, una y otro se echan en cara, perfectamente encuadrados los trapos sucios acumulados durante el trimestre que ha durado su relación. En la conversación participa Mario Angulo, productor de formatos de la plataforma de Mediaset, que ejerce de moderador en la distancia, marcando los tiempos como Noah Baumbach. “Para que todo el mundo lo sepa, teníamos que grabar este capítulo [de su videoblog]. ”Yo no soy actriz, yo no voy a hacer un papelón como de que estamos bien“, dice, demostrando un perfecto control de sus emociones y dicción en pantalla.
El motivo de la ruptura no es otro que los mensajes que ella habría intercambiado con otro hombre, algo que habría motivado la reacción inicial de él, que colgó un vídeo en sus redes sociales donde, en la calle (saltándose la cuarentena decretada por el gobierno) anunciaba que daba por roto el noviazgo y avanzaba su intención de volver a Italia con su familia. “Prefiero ser un exagerado a cornudo”, había establecido él en una Story de Instagram.
“Si dices de quedar para ver 'Supervivientes' juntos...”
Curiosamente, un programa de Mediaset tiene parte de responsabilidad en el distanciamiento, en este caso sentimental, “Ella puede hablar con cualquier tipo de chico, pero si le dices de quedar para ver Supervivientes juntos...”.
Aunque llegados a este punto, cabría preguntarse si lo más relevante de estas confesiones está en la intención de alguno de los involucrados en saltarse las normas de aislamiento solo por ver el reality de Mediaset, la discusión amorosa continúa ajena a este hecho. La aludida interrumpe y niega la mayor en el vídeo, que sube poco a poco la tensión dramática: “Nunca le he faltado al respeto, nunca le he dicho fuera de lo normal. Y si esa persona quería algo conmigo, es su problema, yo no he querido nada con él”.
Las explicaciones no satisfacían a Gianmarco, que sigue empeñado en volver a su país. “Tengo una necesidad que me ha pedido mi familia y tengo que volver. Lo que he descubierto es algo que no me esperaba. No me esperaba que se llegase a decir según qué tipo de cosas”, dice, puntualizando que su vuelta a Italia tendría lugar en uno de los últimos vuelos extraordinarios que el gobierno italiano fletaría para ciudadanos que estuviesen fuera del país. “¡Se pira y me deja tirada!”, arremetía ella, nada convencida por sus explicaciones.
La conversación prosiguió con una discusión para dirimir quién había llorado más durante la discusión supuestamente definitiva de la pareja (sin dejar de mirar a cámara, claro): “Juro por mi madre que yo no he dicho nada de lo que dice”. Angulo se encargaba de cerrar el episodio, aparentemente definitivo, de Giandara, manifestando su cariño por ambos y remitiendo a próximas comunicaciones una vez pase la crisis.