Informe Semanal: “El desafío ilegal separatista le ha costado a Barcelona la Agencia del Medicamento”
“Aunque el secesionismo culpa al artículo 155 de la Constitución, ha habido una coincidencia política y mediática en que el desafío ilegal separatista le ha costado a Barcelona su elección como sede de la agencia europea del medicamento”, así daba entrada Jenaro Castro a un nuevo reportaje de Informe Semanal al proceso independentista. El responsable del veterano programa de TVE aludía a la caída de la capital catalana en la primera ronda de votaciones de la institución internacional, convertida en arma arrojadiza de cara a los comicios del 21-D en la comunidad autónoma.
Bajo el nombre “Boicot de ida y vuelta”, el programa de reportajes de La 1 insistió en la idea de que las acciones que se tomaran contra los productos catalanes tendrían como víctimas colaterales a los sectores industriales de otras regiones. Lo hacían, además, remarcando que “no es fácil encontrar productos fabricados exclusivamente en Catalunya y con materias primas autóctonas”.
“Además de la salida de 2.600 empresas de Catalunya, la economía se enfrenta al coste de la reputación y al fenómeno recíproco del boicot”, comentaba el director del programa antes de dar paso a la pieza, en la que se insistía en que “la economía no escapa al dictado de la política” y que “sin boicot, nos beneficiamos todos”.
“Con el boicot damos juego al discurso independentista”
Perjudicando a las empresas catalanas, enunciaba el reportaje, “no solo se dañará a las empresas catalanas, sino a otras de todo el país que están relacionadas con aquellas”. “Hoy es ingenuo pensar que puede perjudicarse a una parte del estado sin perjudicar a otros”, continuaba el programa, que hacía hincapié en la proximidad de la Navidad, y en el agravio que puede generar esta actitud a la industria, por ejemplo, del cava y de los vinos de Catalunya.
El programa acudió a Extremadura, cuyo sector empresarial mantiene vínculos importantes con Catalunya, e incluyó declaraciones de personalidades como Javier Peinado, presidente de la Confederación Empresarial de la región.
“Comprendemos que por la indignación ante la locura que han montado los independentistas, evidentemente a veces el corazón o el estómago te pida hacer posturas de este tipo”, llegaba a decir el directivo, que no obstante postulaba que con el boicot “le estamos dando juego al discurso independentista de que aquello no es España”.
“Como extremeños consideramos que las empresas catalanas son españolas y sus productos son españoles también, aunque se fabriquen en Catalunya y a lo mejor allí ni hacen todo el proceso”.
Informe Semanal indicó, para finalizar, que de producirse el independentismo, al menos un 25% de la población sí mantendría una postura de rechazo “visceral o emocional” a los productos catalanes.