Aitana Sánchez-Gijón fue una de las tres invitadas que estrenó la segunda temporada de Las tres puertas en TVE. La actriz se sentó junto a María Casado para reflexionar sobre experiencias laborales y personales.
La entrevistada recordó que empezó muy jovencita en el mundo de la interpretación, por el que siente una pasión muy grande: “Tiene una cosa muy mágica y es que trabajas con alguien, pasan 10, 15, 30 años… y el cariño brota”. Pero que también ha sufrido mucho en él: “Produce inseguridad, rivalidades, hay egos… pero sobre todo prima el compañerismo”.
Entre otros pasajes, Sánchez-Gijón reflexionó sobre haber sido una de las españolas que logró saltar a Hollywood, como también han hecho Antonio Banderas, Javier Bardem o Penélope Cruz. Sin embargo, tras rodar Un paseo por las nubes junto a Keanu Reeves en 1995, explicó que decidió no seguir en la industria americana.
“La experiencia fue muy buena pero también sentía mucha soledad. Estaba en un hotel fantástico, en el rodaje me cuidaban muchísimo... pero hice venir a todas mis amigas, a mi novio de aquel momento… porque sentía que ese lugar no era el mío, yo quiero volver a casa”, lamentó. Y seguró que aquel fue “el momento de más soledad que sentí”.
Además de ese vacío tan grande por la distancia de sus seres queridos, hubo otras cosas que no le convencieron de aquel sueño americano: “Te recogía una limusina, te citaban los agentes y salíamos de las entrevistas con esos managers con 10 guiones. Me decían '¿Con quién quieres trabajar? ¿Te gustaría trabajar con Harrison Ford?', y salíamos de la oficina y decíamos 'son unos fantasmas'”. Una ostentación que no le interesó y por ello prefirió trabajar en España donde definió al sector más “de andar por casa, más familiar”.