Beatriz Montañez reapareció en los medios el pasado mes de marzo para presentar su libro Niadela. La que fuera copresentadora de El Intermedio durante los primeros cinco años del formato, narró en la publicación cómo había cambiado su vida desde que decidió alejarse de los focos y los platós de televisión. En concreto, en una casa abandonada y con un presupuesto de 150 euros mensuales que gasta en alimentación.
Como parte de la promoción de su aventura literaria, Montañez apareció de nuevo en El Intermedio, para celebrar su 15 aniversario. “Necesitaba silencio, parar pensar, para saber a dónde quería ir, averiguar cosas sobre mí misma. He encontrado más de lo que buscaba, siento paz y me caigo bien a mí misma”, explicó a Thais Villas.
Sin embargo, su tranquilidad en medio de la naturaleza ha desaparecido. La noticia sobre su cambio de vida se hizo en seguida viral y, según ha revelado a la Cadena Ser, su popularidad ha propiciado que “intrusos” se hayan acercado a su casa. “Ha tenido que intervenir la Guardia Civil, porque se han dedicado a revolotear por mi casa, a dejarme notas, a observarme con prismáticos al sentirme enclaustrada en mi propia libertad”, ha lamentado.
La escritora ha reconocido que “ha sido muy frustrante sentirme vigilada en mi propia casa y por primera vez en cinco años, donde no he sentido miedo de la naturaleza, si lo he sentido con las personas que me observaban y me vigilaban, y se convertían en intrusos dentro de mi propio hogar. Así que por favor, pido a aquellos que tengan la intención o que estén buscando dónde está Niadela, o que quieran venir, que no lo hagan. Que respeten mi decisión”.
Montañez ha explicado también que en su momento no había sido partidaria de promocionar el libro. Entonces habló con la editorial. “Prefería que el libro saliera, hacer una única entrevista con un único medio para que el libro fuera conocido y la gente conociera mi historia y la decisión tan maravillosa y las consecuencias que iba a tener maravillosas que también ha tenido en mí”. No obstante, el resultado ha sido que “algunos me insulten, los ecos que me han llegado, que estoy loca, que seguramente esté enferma mental, que tenga una seria depresión”.