El complicado arte de hacer reír en series y cine: “El porno vive más tranquilo que la comedia”

Alberto Caballero y Diego San José, con algunas de sus obras

Marcos Méndez

“Queremos matizar el título de 'El arte de hacer reír', que suena un poco como de ir de guay”. Como saben bien que lo más importante para reírse es empezar por uno mismo, y que una buena forma de hacer comedia es partir de la autocrítica, Alberto Caballero y Diego San José comenzaron así su reciente masterclass en el South International Series Festival de Cádiz, rebajando su título que era precisamente 'El arte de hacer reír'. Bueno, y también el antetítulo: “También lo de masterclass... es jodido, porque nos sentimos totalmente infracualificados para dar una masterclass”.

Lo cierto es que no lo están, y en la charla, a la que acudió verTele durante nuestra cobertura del festival, lo demostraron. Alberto Caballero presentó en Cádiz la decimoquinta temporada de La que se avecina (anunciando su renovación) para Amazon Prime Video y Mediaset, la segunda de Muertos S.L. (mientras justo acababan de rodar la tercera) para Movistar Plus+, y también tiene en el horizonte lo nuevo de Machos Alfa, tras haber cerrado El Pueblo. Y en el recuerdo, la mítica Aquí no hay quien viva.

Por su parte, Diego San José cuenta los días para estrenar Celeste (la serie “inspirada” en el caso de Shakira) para Movistar Plus+, tras lograr algo muy poco habitual como es aunar crítica y público con su saga Vota Juan, Vamos Juan, Venga Juan; y entre otras muchas ser autor de uno de los mayores taquillazos de la historia del cine español, Ocho apellidos vascos. Una comedia con el mismo humor irreverente con el que empezó en Vaya Semanita, y que también explotó (con perdón) en Fe de etarras y en Qué vida más triste.

En resumen, sus líneas de guion han provocado muchas risas a ya tres décadas de espectadores, y lo primero que quisieron es dar las gracias, pues son “muy privilegiados porque nos seguimos dedicando de mayores a lo que hacíamos en el patio del colegio: los que hacemos comedia somos la gente que normalmente ponía el apodo a los compañeros”, como dijo Diego San José. Pero tranquilos, que si estáis leyendo esto porque dais por hecho que una masterclass sobre comedia será graciosa, estáis en lo cierto.

“La comedia es escribirle a la persona malvada que tenemos dentro”

El momento sentimental duró poco: “En el fondo todos, cuando somos niños somos muy crueles. No somos tan crueles nunca como cuando tienes 5 o 6 años. La ética y la moral surgen más tarde, pero los chistes más crueles del ser humano se hacen en parvulario. Los límites del humor no existen cuando tienes 5 años, eso sí que es la anarquía absoluta de la comedia. Y luego surgen la ética y la moral, pero el niño pequeño que hacía aquellos chistes sí que está dentro de nosotros. Yo creo que la comedia es hablarle al niño pequeño que está dentro de nosotros. Al ir a ver una película de comedia, cuando se apagan las luces, es el único momento en el que es legítimo que ese gran hijo de puta que tienes dentro salga, para que a través de la ficción se tranquilice, se ría un rato, y luego se encienden las luces y volvemos a ser civilizados. Pero la comedia realmente es escribirle a la persona malvada que tenemos dentro”. Eso fue Diego San José, pero Alberto Caballero amplió: “Sí, que en vez de ir a terapia, pues te dedicas a la comedia para no matar a nadie”.

Ver una comedia es el único momento en el que es legítimo que ese gran hijo de puta que tienes dentro salga

Diego San José

Saber que asistíamos a una masterclass de guionistas especializados en comedia, y no a la de dos psicópatas explicando cómo canalizar sus ansias homicidas, ayudó a proseguir la charla. Y mereció la pena, porque nos seguimos riendo mientras Caballero daba consejos tan sinceros como crudos a los allí presentes que querían dedicarse a la comedia: “Si queréis dedicaros a la comedia o escribir comedia tenéis que daros cuenta de varias cosas: en primer lugar, estáis jodidos porque el mercado es más pequeño. Es decir, se fían menos de vosotros. Y en segundo lugar los famosos debates: abrimos el melón de los debates sobre los límites de la comedia”. Lo cierto es que el debate se retrasó un poco, porque San José tuvo algo que aclarar:

“Es curioso porque la comedia, como género, siempre tiene esta especie de nube de que es un género menos intelectualizado que otros, sobre todo que el drama. Tiene esta eterna batalla del ”prestigio“. Pero luego, si lo piensas, no hay ningún género que levante tantos debates como la comedia. Hemos estado años decidiendo dónde están los límites del humor, ahora se está debatiendo mucho sobre si una serie en particular es comedia o no lo es... y mientras tanto el thriller y el drama campan a sus anchas, nadie discute sobre esos géneros. Bueno, ni el porno. Es acojonante. El porno vive más tranquilo que la comedia”.

Si te ríes es comedia, si no te ríes es una mierda

Alberto Caballero

Alberto Caballero retomó para zanjar el debate de una manera clara: “A ver: ¿Qué es comedia y qué no es comedia? En primer lugar: si te ríes es comedia, si no te ríes es una mierda”. Las cosas claras: hay que hacer reír, y partiendo de esa base, explicando a continuación que hay muchas formas, y que en el caso de Caballero una de las favoritas es “la comedia involuntaria”, que él definió como “el drama que te hace reír”. Pero volviendo a simplificar: “Si te ríes, si hay una vocación de divertir y de hacer reír, es comedia. Y si no, no lo es”, lamentando esa “invasión” de dramas que, por ejemplo en los Globos de Oro, ganan en categorías de comedia sin serlo.

El creador de La que se avecina dejó otro mensaje claro sobre qué piensa de las comedias que no buscan hacer reír: “Los acomplejados que se ponen a hacer pseudocomedia y te dicen: no, esta no es una comedia de chiste, es un estado superior de la comedia... que significa que no te vas a reír. Es más de situación, de generar... pues eso es otra mierda de comedia”.

“En comedia quitas ese peso que te podía limitar en el drama”

Los dos incidieron en defender a la comedia como género. San José, con otro ejemplo tras alabar El Apartamento o Aterriza como puedas pese a ser muy distintas: “Como género, a mí me encanta la comedia, yo lo defiendo casi como desde una militancia sindical, porque creo que es mucho más ancho de lo que a veces pensamos, y porque es el género que perdura en el tiempo. Nuestra venganza es que 50 años más tarde, yo puedo ver La Vaquilla y entender la Guerra Civil como no la entendí en clase de Historia”. Caballero, animando a los que antes había avisado: “Berlanga vino a demostrar, que es por lo que os animo a escribir comedia, que parece que estás tirando tu carrera hablando de cosas que no tienen ninguna trascendencia, cuando tienen toda la trascendencia del mundo. En comedia se puede tratar cualquier tema, y de una manera que cale mucho más fácil entre la gente”.

El guionista puso el ejemplo de Machos Alfa: “Si tú lo haces desde el drama, parece un panfleto. Va a ser adoctrinamiento, por un lado o por otro. Y en cambio en comedia, tú estás tratando exactamente los mismos temas, pero al estarse divirtiendo a la gente con ellos, es como que le quitas ese peso que te podía limitar en el drama”. En esa idea incidió Caballero: “Se puede escribir comedia muy seria como planteamiento, como fondo. Y luego tú ya le das la forma que quieras y esa forma puede ser tremendamente divertida”.

Reconociendo que “la base de la comedia es la crueldad el espectador, que se divierte con gente pasándolo mal”, Caballero explica que los actores siempre deben tener presente que lo que les pasa a sus personajes para ellos es “una gran putada”, y enlaza con ese sentimiento infantil de crueldad: “También está el niño cabrón del espectador, que lo que quiere es divertirse y decir: 'hostias, que mal lo está pasando este tío, cómo me divierte qué desgraciado es'”.

“El humor blanco es un asco” y los límites del humor

Llegados a ese punto, a San José se le vino una idea que calentó a ambos: “Surge una gran estafa que es el humor blanco, que es como el gran timo”. “¡El humor blanco es un asco!”, puntualizó Caballero, reconociendo que es un invento de los programadores televisivos, y recordando cuando en Aquí no hay quien viva se ofendió la asociación de productores de aguacate o por dar de comer lechuga a un conejo enano. “Es imposible no ofender a nadie”, zanjó Caballero, dando paso a San José: “Escribir comedia bien no es que nadie se ofenda, sino saber a quién hay que ofender. Es elegir bien a la víctima de tus chistes, y no equivocarte”, ejemplificando en que cuando él empezó en Vaya Semanita, hacían chistes con ETA pero respecto a los etarras, y no respecto a un amenazado.

Los que nos dedicamos al periodismo, y de vez en cuando entrevistamos a un cómico o un guionista de comedia, sabemos lo poco que les gusta que se les pregunte por 'los límites del humor', más por cansancio que por miedo a responder. En esta masterclass, Diego San José explicó bien por qué (dirigiéndose precisamente a los periodistas): “El debate sobre los límites del humor es un debate que no ha tenido nunca un guionista. Es un debate que han tenido periodistas que no escriben comedia”. Caballero lo amplió: “Y muchas veces tampoco ni siquiera las cadenas o las plataformas. Esto me jode mucho, porque al final los guionistas o creadores no tenemos un problema con los límites de la comedia, las cadenas y plataformas. Mi experiencia personal ha sido que nunca he estado limitado. Nunca ha habido una línea roja. Tú tienes un cierto sentido común, pero nadie nos ha censurado un guion. Y el público, pues siempre habrá algún escocido, me imagino que algún tío con con la masculinidad frágil habrá dicho: 'Hijos de puta, esto os lo ha financiado el ministerio de Igualdad'. Bueno, pues que ponga un tuit y que se vaya a su casa. Pero es un debate artificial totalmente, que yo creo que en la práctica luego no existe. Y además nosotros tenemos que pelear por ello, porque si no estamos jodidos”.

Con el ego periodístico ardiendo (si es que eso existe), y al sentir cómo me vilipendiaban (la verdad es que ni me conocen) frente al auditorio (estaba lleno, e hice por ni tan siquiera toser); he de reconocer que en ese instante quien escribe estuvo tentado de levantar la mano y recordar que en los últimos años han tenido compañeros cómicos que han sido denunciados por un chiste, que incluso han acabado ante el juez aunque luego se archivasen las denuncias, o que han lamentado censura ultraderechista. Pero sería darles la razón en que es un debate periodístico: ellos mismos, creadores y guionistas de comedia, están diciendo que jamás han sentido esos famosos 'límites del humor'. La mejor noticia posible para los espectadores.

La IA, Almodóvar y el ninguneo de los premios

La charla dio para muchas más risas. Por ejemplo, cuando Alberto Caballero contó una prueba que hicieron con la Inteligencia Artificial, y que le sirve “para colocar a la comedia en el lugar que le corresponde de una puta vez”. Al pedirle a la IA que les diese el nombre de un libro escrito por un personaje dentro de la ficción, recordó que “sacó un texto bastante digno, y yo pensé: hostias, la cantidad de guionistas de drama que ahora mismo están jodidos y les quedan 5 años de carrera. En cuanto un productor pueda meterle los cuatro códigos básicos... Tú para una diaria vas a necesitar a un coordinador de guion que sepa manejar Chat GPT, a un informático”. Sin embargo, al meterle las mismas coordenadas con un diálogo de LQSA, pidiéndole un diálogo de Amador y Antonio Recio, “sacó una mierda”. “Tuvo un intento de chiste, y era malísimo. Nos dio un subidón de la hostia, porque si el algoritmo de la IA tiene mucha más dificultad para gestionar la comedia que el drama, ¿qué es más difícil de escribir? No hay más preguntas señoría”.

Los dos creadores también ironizaron con esa frase típica sobre las comedias de “es una puta mierda, pero te ríes”. Caballero se preguntó: “A ver, ¿tú dices 'Vaya puta mierda de drama, solo he llorado tres veces'? Pues no. Si un drama te hace llorar, te sientes más humano, aunque sea una gilipollez, porque te pones delante una cosa que es mentira y lloras, tiene una parte ridícula. En cambio en comedia, si dices 'es una mierda, pero te ríes'... Perdona desgraciao, si te ríes... Emites un capítulo y dices: 'Esta semana sólo me he reído tres veces'... ¿Pero en tu vida real, quién te hace reír tres veces? ¡Nadie!”. San José añadió, valorando la dificultad de sus trabajos: “Si yo veo una comedia de 90 minutos, si me río cuatro veces me merece todo mi respeto. Y además me parece complicadísimo hacer reír a alguien cuatro veces. Es magia, es alquimia pura”.

La comedia es como la curva en la que se han matado muchos directores de drama

Diego San José

Esa diferencia de consideración con los de drama les condujo a hablar nada menos que de Pedro Almodóvar. Fue por una anécdota que recordó Alberto Caballero, y que también sirvió para valorar a los creadores de comedia, y especialmente a los que hacen series de televisión: “Cuando hizo Los amantes pasajeros, fue cuando los Premios Fotogramas que estábamos nosotros nominados por otra cosa, de repente el tío dijo: 'Pobrecitos los actores de televisión que no tienen tiempo para hacerlo bien'. Me entró una mala hostia... sobre todo porque ahora mismo el cine está financiado por la tele. Entonces yo dije: hostias, ¿como me den el premio qué hago? Porque estaba sentado ahí delante, él estaba nominado también, y me apetece decirle que pobrecitos los de la tele, pero que gracias a nosotros, desgraciaos, ellos pueden seguir haciendo cine”. También ironizó precisamente con esa comedia: “Has hecho Los amantes pasajeros... Eres Almodóvar, eres Dios, pero también has hecho Los amantes pasajeros. No pasa nada, pero es un truño de película como una catedral. Y eres Dios, pero bajó Dios a hacer una mierda”. San José añadió que precisamente “la comedia es como la curva en la que se han matado muchos directores de drama”, poniendo como ejemplos a Spielberg o Kubrick.

Desatados y entre las risas de todos, Alberto Caballero quiso plantear una comparación: “Para nosotros, y esto lo hemos hablado en la sala de guion, y suena muy feo pero que nadie se ofenda, la diferencia entre escribir drama y comedia es que escribir drama es como follar sin correrse. O sea que está bien, que es divertido, pero como que le falta algo, le falta ahí un remate”. El guionista explica que realmente les gusta meter el chiste, y que por eso “no podemos escribir drama”, y San José completa: “Una vez que has hecho que la gente se ría, es muy difícil que quieras renunciar en la siguiente a que la gente se ría”.

No quiero prestigio a cambio de vender mi alma

Alberto Caballero

Su pasión y defensa de la comedia les llevó a valorar y lamentar el histórico ninguneo que siempre reciben en los grandes premios de cine, pese a que años o décadas después sí recordamos comedias que no ganaron por ejemplo el Oscar, pero ni nos suenan las que en su mismo año se hicieron con la estatuilla. Y desde su posición privilegiada, Alberto Caballero realizó una última reflexión: “Spielberg tuvo que hacer una peli de judíos del holocausto en blanco y negro para que le dieran un puto Óscar. Un tío que había hecho E.T., o Indiana Jones... Es de locos, es que son gilipollas. Y ante eso no se puede hacer nada. Yo me niego a hacer una película en blanco y negro sobre el holocausto. Bueno, si es una comedia sí. Pero no quiero prestigio a cambio de vender mi alma. Es que no hay que prostituirse, está muy feo”.

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