Belén Rodríguez sigue facilitando minutos y minutos de contenido a Sálvame. La ruptura de relaciones entre la periodista y el resto de rostros del programa, Jorge Javier Vázquez, ha tenido un nuevo episodio este martes 15: el magacín ha vuelto a trasladarse hasta el piso de Fernando, el vecino que ayudaba al espionaje de la ya excolaboradora, en una nueva batalla de la guerra televisiva. Guerra que ha terminado con la aparición de la policía.
El pasado viernes 11, después de que María Patiño y Terelu Campos ya tratasen de conseguir imágenes de ella desde el piso aledaño, la periodista de crónica rosa ya mandó un burofax a La Fábrica de la Tele. El objetivo era que dejasen de hablar de ella y de su polémica con Kiko Hernández, pero no logró el efecto deseado. De hecho, Jorge Javier Vázquez comunicó el lunes 14 que daba por rota su amistad de largos años con ella, a quien llegó a “mandar a la mierda” en directo.
Lydia Lozano, desde la casa del vecino “espía”
La ofensiva continuaba. Nada más arrancar Sálvame Limón, Lydia Lozano irrumpía en pantalla desde la vivienda de marras, disfrazada con un traje militar, casco incluido.
“Atención a todas las unidades, el pájaro está en el nido”, decía, informando de los últimos movimientos de Rodríguez. “Doy fe de que el objetivo ya está en su búnker. Hora de llegada, 13:08, en Madrid. Atención: la misión de vigilancia está en marcha”. Ante tal acometida, Rodríguez optaba por llamar a la policía, lo que cambiaba la deriva de los acontecimientos.
Los colaboradores, contra Rodríguez
Así, a mitad de la primera hora del magacín, el tono de la conexión cambiaba. “Están viendo imágenes en directo desde la calle de Belén Ro. Hay un coche de policía y tenemos la sospecha de que Belén pudiera haber llamado a la policía, no sé si para protegerse y para decir que la estamos intimidando”, avisaba desde plató Campos. Mientras tanto, el resto de tertulianos se mostraban molestos con la situación. Desde el plató se sucedían los reproches contra Rodríguez: “Se le está yendo de las manos”, llegaban a decir.
“Han encendido las luces [del piso]. Creo que la policía está arriba y van a controlar que estemos grabando”, indicó Lozano antes de pasar la palabra a Kike Calleja, presente en el lugar. El reportero explicaba que captaron a esta cuando entraba en el portal, en compañía de un “íntimo amigo”, y trataron de grabarla. “Le hemos metido micrófono y su reacción me ha sorprendido bastante”, decía, describiendo a Rodríguez como “muy nerviosa”.
El equipo, identificado por la policía
Pasados los minutos, y según comentaba el reportero, los agentes de la policía municipal habían pedido la identificación al operador de cámara del programa. “Supongo que dentro de un rato subirán aquí para identificarnos a todos”.
Y así fue. Desde plató, la consigna era la misma, seguir grabando. Entre tanto, Kiko Hernández desde plató, le mandaba un mensaje a su, de momento, examiga: “Estás equivocada, no hay un complot. Un país entero no va en tu contra. Un programa no va en tu contra. Todo esto lo has iniciado tú. Y está en tu mano resolverlo”.
Hasta este punto han empeorado las relaciones entre el programa y una relativa habitual de su tertulia, en un lapso relativamente corto de tiempo. Todo después de que se revelase que concedió un préstamo a Hernández que quiso recuperar antes del tiempo acordado. La filtración de esto hizo que la amistad con varios colaboradores, Hernández el primero, quedara truncada y que ella optase por alejarse del primer plano mediático.