Este lunes arranca oficialmente la semana del Benidorm Fest 2024, la tercera edición del festival con el que TVE elige al artista que nos representará en el próximo festival de Eurovisión. Un evento musical que nació hace poco menos de tres años con un objetivo claro, y que llegada su tercera celebración se enfrenta al reto más complicado: su consolidación.
En julio de 2021, y bajo la presidencia de José Manuel Pérez Tornero, RTVE anunció el lanzamiento de un certamen propio con el propósito de reunir a nombres “consagrados y desconocidos” del panorama musical y, de la mano de su ganador o ganadora, “abandonar los malos resultados” eurovisivos que arrastraba la Corporación. “Para intentar ganar”, llegó a pronunciar el entonces presidente, ambicioso ante un proyecto que suponía de alguna manera la recuperación del icónico Festival de Benidorm.
En enero de 2024, tras la celebración de dos ediciones y con la tercera a punto de arrancar, es momento de hacer balance y hablar de lo que está en juego. Y es que los próximos días no sólo serán definitivos en la carrera de RTVE hacia Malmö 2024, sino también en el futuro de una marca sobre la que la cadena cimenta gran parte de su estrategia como televisión pública.
El Benidorm Fest 2022, éxito y 'cuestión de Estado'
La primera edición del Benidorm Fest, celebrada en enero de 2022 con la victoria de Chanel, fue todo un éxito. Así se la catalogó entonces -pese a la polémica- y así se sigue valorando dos años después.
Siendo un evento emergente, y pudiendo despertar todo tipo de dudas lógicas, TVE logró firmar un cartel potente y llamativo para una primera edición. Artistas como Rigoberta Bandini, en pleno ascenso tras ser una de las revelaciones musicales del año anterior, Rayden, Varry Brava o las Azúcar Moreno encabezaron un reparto variado en cuanto a géneros y representación, también con unas Tanxugueiras que ya tenían recorrido en Galicia.
Las dos semifinales y la gran final, presentadas todas por Alaska, Máximo Huerta e Inés Hernand, dieron la sorpresa en audiencias en un contexto en el que La 1 atravesaba por una crisis histórica de resultados. Las galas clasificatorias destacaron en sus noches de emisión y la fiesta culminó con los casi tres millones de espectadores que siguieron la final en la que se coronó a Chanel con su SloMo como nuestra abanderada para Turín 2022.
El Benidorm Fest consiguió nacer como un evento social, elevando al Ay Mamá de Rigoberta Bandini a la categoría de himno e incluso convirtiéndose casi en cuestión de Estado por el resultado y por las bajas puntuaciones del jurado a Tanxugueiras, que fueron denunciadas e “impugnadas” desde sectores políticos.
Chanel, pese a la polémica inicial de su triunfo, se repuso como un Ave Fénix y llevó a España a una tercera posición histórica en Eurovisión, donde compitió hasta el final por el Micrófono de Cristal con la ganadora Ucrania. El festival volvió a estar en boca de todos e implicó al público con su representante por primera vez en años, traduciéndose en unas audiencias de impacto y superando, con creces, el objetivo de TVE con su certamen en un tiempo récord.
El Benidorm Fest 2023, buen rendimiento y primeras dudas
Con su segunda edición, la de 2023, TVE tenía el reto de sobreponerse al ruido y enterrar polémicas pasadas, demostrando que habían encontrado el camino a seguir.
Ya con Elena Sánchez Caballero en la presidencia (interina) de RTVE, y con un grupo de trabajo similar al de la primera edición encabezado por Ana María Bordas y Eva Mora como jefas de delegación, completaron un cartel de artistas más amplio en número pero con menos nombres mediáticos. De hecho, lejos de ser un reclamo para perfiles de prestigio, todo lo que rodeó el triunfo de Chanel y las críticas recibidas por la representante alejaron a aquellos que ya tenían una carrera más consolidada, primando un reparto de talentos emergentes y por descubrir.
Ese cartel, pese a mantener la calidad musical y a pesar también del incipiente fenómeno Nochentera -que sólo acababa de empezar-, generó una menor expectación previa por el Benidorm Fest que se tradujo en unas audiencias también inferiores a las de la primera edición.
Las galas de La 1, presentadas en esa ocasión por Mónica Naranjo, Rodrigo Vázquez y la 'repetidora' Inés Hernand, firmaron datos notables para la situación de la cadena, pero escasos para lo que un año antes sí había sido una cita de masas. La final en la que se coronó a Blanca Paloma como representante en Liverpool con su EaEa tuvo un millón de espectadores menos que la de 2022, evidenciando que no se logró crear un evento social de la misma envergadura.
En cuanto a Eurovisión, el objetivo de TVE con el festival se logró “a medias”: por segundo año consecutivo, la Corporación llevó al certamen internacional una propuesta cerrada y competitiva, y volvió a situar a España en la conversación europea como una de las candidatas a pelear por la victoria. A la hora de la verdad, el resultado fue un jarro de agua fría, ya que la nana por bulerías de la candidata española obtuvo una buena puntuación del jurado profesional, pero fue última del televoto y 17ª en la tabla general.
El Benidorm Fest 2024, ante el gran reto
Con estos antecedentes, este 2024 lo que está en juego no es sólo el billete a Eurovisión para uno de los 16 artistas candidatos, sino también la consolidación de una marca y un proyecto que es clave para la RTVE del presente y del futuro.
Con un nuevo grupo de trabajo, encabezado por Ana María Bordas y César Vallejo como directores del Benidorm Fest, TVE ha armado un cartel de 16 artistas que combina perfiles conocidos con otros emergentes. A diferencia de la segunda edición, y más en la línea de la primera, esta vez lo ocurrido hace un año sí ha sido un reclamo que ha animado a presentarse a artistas con trayectorias asentadas como Miss Caffeina, María Peláe o Lérica, que lideran un reparto competitivo a nivel musical.
Las canciones, muchas de ellas en búsqueda evidente del 'efecto Nochentera', están teniendo un buen rendimiento previo al festival en streaming, con casos como Zorra de Nebulossa encabezando listas virales o Amor de verano de Marlena postulándose para entrar en la lista de Los 40. El objetivo es que el cartel musical consiga ser un reclamo para el público, y que el boca-oreja y la promoción que desde RTVE y las discográficas se está realizando de los temas logre despertar el interés de la primera edición.
Es cierto que, como todo evento de estas características, y al igual que ocurre con Eurovisión, la conversación general en torno a él se concentra especialmente durante su celebración, y el “ruido” de las semanas previas queda reducido al sector más fanático que lo vive intensamente durante todo el año. En esta edición, la conversación social entre el público joven, uno de los target del Benidorm Fest, está viéndose acaparada por OT 2023, por lo que resulta complicado medir si se está generando expectación hacia el certamen de TVE fuera de la burbuja eurofan.
Consciente del reto, y con la misión de seguir reforzando la marca, la cadena pública ha puesto empeño en intentar ampliar el alcance del festival con una estrategia que arrancó con el anuncio y presentación de los candidatos del Benidorm Fest 2024 en el marco de los Latin Grammy de Sevilla, donde estuvieron presentes todos los artistas, y continuó con la promoción de las candidaturas en programas de la casa y promociones televisadas. Esta campaña también ha incluido el lanzamiento de redes sociales propias del certamen y una nueva imagen visual y corporativa.
Tras la promoción, llega la acción
Tras este trabajo previo, ahora el foco se traslada al Palau D'Esports L'Illa de Benidorm, donde se celebrarán las dos semifinales (martes 30 de enero y jueves 1 de febrero) y la gran final (sábado 3 de febrero) del Benidorm Fest 2024, que se emitirán en directo en La 1, con Ruth Lorenzo, Marc Calderó y Ana Prada como nuevo trío de presentadores. Dos rostros de RTVE, y una artista con un fuerte vínculo eurovisivo, por los que la cadena apuesta para tratar de implicar a su público, y al eurofan, en un mismo cometido.
La respuesta de los espectadores la iremos conociendo durante la semana, en función de los datos que vayan marcando las galas en directo y de lo que pueda ir creciendo el alcance de las canciones y artistas participantes más allá de la propia programación de TVE. Cabe puntualizar que las semifinales, como en años anteriores, darán comienzo a las 22:40 horas, tras un access. Un horario que permite a las ofertas optar a una mayor cuota de pantalla al no competir directamente contra El Hormiguero, pero que al alargarse concentra un menor número de espectadores frente al televisor.
Con este aspecto claro, si el Benidorm Fest 2024 puede mantener o superar las audiencias de la segunda edición, significaría que se están dando los pasos adecuados de cara a la consolidación de la marca en TVE. Por el contrario, si los datos caen por segundo año consecutivo, y aunque es evidente que el consumo televisivo cambia y se reduce año a año, sería síntoma de que la cadena no está logrando convertir su festival en ese gran evento que aspiraba a ser tras el éxito de la primera edición, y cabría reflexionar sobre su planteamiento a futuro.
En ese sentido, ya está abierto desde hace tiempo el debate en el sector eurofan de si desligar el Benidorm Fest del Festival de Eurovisión podría ayudar a generar un mayor efecto llamada entre artistas consolidados y, por ende, también convertirse en una cita de mayor impacto mediático. Es decir, acercarse al italiano Sanremo, donde su ganador puede decidir si va al certamen europeo, o si el premio salta a otro clasificado.
Podría ser interesante valorar si ese paso sería realmente un reclamo para nombres potentes de la industria musical, ya que supondría dar una vuelta a la propia naturaleza de un evento que, como señalábamos al inicio de este artículo, se creó con el propósito eurovisivo. Además, cabría definir una nueva mecánica sin obviar cómo podría impactar un giro tan importante en el público, pues su implicación y votos quedarían sin valor si el ganador renuncia.
No obstante, esta será una conversación a mantener en otro momento, una vez TVE valore los resultados de este tercer Benidorm Fest y cómo encajan en su estrategia de marca, incluyendo lo que al próximo Eurovisión de Malmö se refiere. Por ahora sólo queda desear que el público responda a la apuesta, también por la propia salud de la televisión como gran generadora de eventos.