La matemática del espejo, el programa dirigido y presentado por Carlos del Amor, estrenó la noche de este jueves su segunda temporada en La 2 de TVE. Y lo hizo con un invitado muy televisivo como Andreu Buenafuente, que habló tanto de su carrera profesional como de su vida.
El showman catalán, que se despidió de su programa Late Motiv en Movistar+ a finales de 2021, prepara actualmente un nuevo espacio para TVE en Catalunya, y además participará en una serie documental sobre la Guerra Civil para TV3. Pero quiso hablar más allá de esos éxitos perceptibles.
Con un circo vacío como escenario, en cuya pista se sentaron entrevistador y entrevistado para hablar, Buenafuente se mostró agradecido y contento con su trayectoria, pero no obvió sus momentos más bajos, como cuando el estallido de la crisis hizo que se hundiese su empresa El Terrat (que fue adquirida por Mediapro), a lo que se le sumó otras circunstancias personales como la responsabilidad por tener a su hija.
Pero fue precisamente ese nacimiento el que le impulsó a seguir adelante, sumado a los muchos años de terapia que el showman ya había tomado anteriormente, y que le permitieron manejar la complicada situación por la que atravesó.
Una terapia que defendió, a la vez que hablaba de la relación especial que mantenía con su padre (un “campeón de chistes” que se fue precisamente tras hacer uno), y que tuvo la ilusión de ver a su hijo como futbolista: “Cosa que quedó totalmente desestimada. Yo era un flacucho con gafas”, bromeó.
Buenafuente recibió mensajes de Carles Francino, al que llama “hermano mayor”, y se refirió tanto a Silvia Abril (explicando cómo empezó su relación) como a Berto Romero y a Concha Velasco (desvelando que en su boda con Silvia Abril la consideraron la “tercera madre”, regalándole también un ramo de flores como a las otras dos “de verdad”), todos muy importantes en su vida profesional y personal.
Incluso vio “resucitar” a Rodolfo Chikilicuatre, el personaje encarnado por David Fernández con el que “llegamos al cielo de la comedia”, según aseguró el propio Buenafuente, que bromeó con “el acto de generosidad nunca suficientemente valorado” que realizó TVE al permitir votar al representante español en Eurovisión, y celebró cómo “la gente hizo ganar al cómico”.
Pero sobre todo reflexionó sobre el avanzar, el hacerse mayor, el envejecer; reconociendo que le preocupa pero también sin problema para explicar cómo ha cambiado su vida ahora que no está marcada por el trabajo.
El showman reconoció que desde los 17 y hasta pasados los 40 se centró en su trabajo, que era su principal relación, y que ahora ha sabido valorar y disfrutar otras muchas cosas como llevar a su hija al colegio. Y fue muy claro sobre cómo ha cambiado su filosofía vital: “Cuanto más mayor me hago, más me la pela todo”.
Su reflexión sobre la libertad de expresión y la censura
El cómico y presentador también reflexionó, obviamente, sobre la comedia. Buenafuente celebró la mayor presencia e importancia femenina, lamentando el “falocentrismo” que siempre había regido el humor en España, y realizó una importante reflexión sobre por qué está harto de que se hable de la libertad de expresión, puesto que se acaba usando para la autocensura, y también para la censura.
“No sabemos lo que es la libertad de expresión. Y de ese no saber al mal uso, hay un camino por el que pasan muchas cosas que no me gustan. La autocensura, la vigilancia mutua, la cultura de la cancelación...”, explicó Buenafuente, afirmando a continuación haberse autocensurado: “Me he autocensurado, me han autocensurado... Formo parte de un país, y de una industria, donde se dice: 'Oye, hay cosas...'. Y lo debes entender, porque tampoco quiero ser yo ahora el guerrillero de 'a mí me han puteado', ni mucho menos, yo he firmado todos mis programas. Pero muchos los he firmado diciendo: 'No estoy de acuerdo, pero acato porque soy un profesional'”.
“Me gustaría que esto no sucediera, pero todos estamos en empresas, que al final son editoras, y que muchas veces les tiembla el pulso. Y yo lo puedo hasta entender, porque o tienen accionistas, o tienen lobbys de presión, o forman parte de... lo que sea. Por ejemplo en esta cadena, aquí no debería haber ninguna. Aquí sí que es un territorio que, por mi formación de tele pública catalana... Yo me formé en la tele pública catalana, con una libertad alucinante. Y me he ido a otras cadenas, y he visto más censura. Ellos no lo llaman censura, nunca te dirán que te censuran, nadie censura... como los pijos, que no saben que lo son. Censurar es una palabra fea, entonces es 'estas son las líneas de esta empresa'. Y bueno, pues hay que acatarlas. Pero también hay que luchar desde el oficio por ensancharlas”, explicó Buenafuente.
Cabe recordar que, poco antes del final de Late Motiv en Movistar+, se destapó una fuerte polémica en la que varios cómicos denunciaron censura ultraderechista en la plataforma. En concreto fueron profesionales muy vinculados a su programa, como Facu Díaz (excolaborador), Bob Pop (ex-subdirector y colaborador) y Javier Durán (también ex-subdirector); además de El Mundo Today y Héctor de Miguel (Quequé).