La 1 “camina entre las tumbas” junto a Liam Neeson, en un thriller áspero como una lápida
De entre los planes cinematográficos que plantean las cadenas para este miércoles 8 de noviembre, proponemos para el que oferta La 1: acompañar a Liam Neeson Caminando entre las tumbas (A Walk Among the Tombstones, Scott Frank, 2014), que emite la cadena pública a las 22:45 horas.
Venganza (Taken, Louis Leterrier, 2008) supuso un giro inesperado a la carrera de Liam Neeson. El irlandés se aproximaba al umbral de los seis décadas asumiendo no solo una nueva personalidad cinematográfica como inasequible héroe de acción, sino también un actividad mucho más intensa de lo que había sido habitual. Caminando entre las tumbas llega apenas tres meses antes que V3nganza (Tak3n, Olivier Megaton, 2015), que evidenciaba no solo el agotamiento de una fórmula que ya le iba justa a la primera entrega, sino el propio cansancio de la estrella irlandesa al adoptar esta etiqueta de héroe (sus estrategias promocionales jugaban a vender a Neeson como un meme, una caricatura de la que él mismo participaba).
Si la saga Venganza parecía reconducir a Neeson por unos derroteros similares a los que hubo de transitar Charles Bronson en el desagradecido ocaso de su carrera, Caminando entre las tumbas lo devuelve a los territorios más propicios del noir y a ritmos más reposados que se ajustan mejor a su edad y estatus.
El guionista Scott Frank debuta en la dirección con esta adaptación de la novela homónima de Lawrence Block, que convierte a Neeson en Matt Scudder, un expolicía retirado y alcohólico que trabaja como detective sin licencia. Un personaje taciturno, pragmático, enfrentado a un sórdido caso de secuestro y asesinato de mujeres. Frente a él, una pareja de viciosos criminales, donde destaca un nauseabundo David Harbour, que exuda putridez con un personaje en las antípodas de Stranger Things (ídem, Matt Duffer, Ross Duffer, 2016-¿?).
Ambientada en el Nueva York de 1999, con el temido efecto 2000 en el horizonte pero aún inmune al miedo del 11-S, el filme se desarrolla con tensa parsimonía, eludiendo la acción explosiva y escudándose en la mirada nihilista pero racional de su protagonista. Scudder camino con aplomo, decaído como quien ha visto demasiados horrores y sabe a qué horrores se aproxima. No es necesario que Frank sea explícito al mostrar la violencia para perturbarnos: a menudo, esta se sugiere en el fuera de campo, dejando solo su sangriento resultado, abocándonos al vacío existencial de un mundo que explota a sus inquilinos como meros objetos. Tan áspera como una lápida, Caminando entre las tumbas es un thriller pulido, bien rematado y rematadamente bueno.
Y, por qué no decirlo, nos permite disfrutar de Neeson en su versión más entonada: escucharlo amenazando verbalmente a otros individuos, imponiendo su presencia, resulta catártico, incluso purificador. Aun habiendo manejado un arsenal imposible de armas cuantificar que ha utilizado desde Bryan Mills y en adelante, esa voz arrugada y profunda sigue siendo su herramienta más mortífera.
Sinopsis de Caminando entre las tumbas
Matt Scudder (Neeson) es un expolicía de Nueva York que trabaja como detective privado a pesar de que no tiene licencia. Cuando accede a regañadientes a ayudar a un traficante de heroína a cazar a los hombres que secuestraron y asesinaron brutalmente a su esposa, descubre que no es la primera vez que esos hombres han cometido este tipo de crímenes. Entonces decide recorrer las calles de Nueva York para detener a los asesinos antes de que vuelvan a matar.
Curiosidades
Esta es la segunda aparición cinematográfica del personaje creado por Lawrence Block. La primera tuvo lugar en 8 millones de maneras de morir (8 Million Ways to Die, Hal Ashby, 1986) con Jeff Bridges como trasunto de Scudder. La adaptación de Caminando entre las tumbas se había comenzado a fraguar a comienzos de los dos mil: inicialmente, con Joe Carnahan como director y Harrison Ford como protagonista.