De Caracas a Estambul, la geografía de los 'culebrones' en la TV española
La televisión española está viviendo en estos últimos meses un fenómeno tan sorprendente como inesperado: el boom de las series turcas. Mientras las ficciones patrias pelean por no perder su hueco en la TV en abierto ante los evidentes cambios en los hábitos de consumo, la ficción procedente de Turquía ha empezado a colonizar las principales cadenas nacionales ante un grupo de espectadores totalmente entregado.
Tras el éxito de este tipo de relatos en la TDT, donde Nova y Divinty compiten desde hace años por ser “la cadena de las turcas”, títulos como Mujer, Mi hijaMi hija y Love Is In The Air han llevado la disputa a los horarios estrella de Antena 3 y Telecinco hasta conformar unas parrillas de programación más otomanas que españolas, al menos en lo que a ficción se refiere.
Actualmente, cuatro noches de las siete que tiene la semana están dominadas, televisivamente hablando, por dos éxitos turcos: Mujer y Mi hija. La primera se emite de lunes a miércoles en el prime time de Antena 3 como líder infalible desde verano. Y siguiendo su senda, la segunda ha asaltado el domingo y no puede con ella ni el veterano Deluxe.
Paralelamente, Telecinco ha probado suerte con una novela alejada del género dramático, Love Is In The Air, a la que busca hueco entre continuos saltos del access al prime timeprime time. No lidera, pero ahí está como la tercera en discordia de un grupo de series que, en la actual temporada televisiva, suman más espectadores que los proyectos de ficción españoles… incluida la decana Cuéntame.
¿A qué se debe este fenómeno? ¿Por qué las series turcas levantan tantas pasiones aquí? ¿Son mejores que las producciones españolas? Tres preguntas que se pueden responder con una rápida mirada al pasado, a cuando otras telenovelas con diferente denominación de origen ya colonizaron una TV española a la que le gustan los dramas y los enredos de estas series universales.
A continuación, repasamos la geografía de una pasión que desde siempre ha mirado más allá de Turquía.
Primera parada: Brasil
La primera cadena que se dejó seducir por los mal llamados “culebrones” fue evidentemente TVE, que ya en la década de los 80 acercó a su audiencia un tipo de series que se producían en Brasil y que por entonces empezaban a triunfar por todo el mundo.
Malú Mujer fue el primer serial latino que se emitió en la sobremesa de la televisión española y sentó, ya en 1982, un precedente que se mantiene intacto hasta nuestros días. Esta serie pionera seguía la historia de Malú, una mujer recién separada que tenía que luchar por mantener a su hija. Una trama que se ha replicado en multitud de telenovelas y que, gracias a los ingredientes típicos del culebrón, triunfa década tras década.
Tras esa primera serie llegaron otras también brasileñas como Quién ama no mata (1984), La fuente de piedra (1986) y Doña Beija (1989) a La 1, y Dancin’ Days (1985) a TV3, que también se apuntó a la fiebre por los relatos cariocas con gran aceptación por parte de la audiencia.
Venezuela, la patria del primer gran éxito en TVE
Una vez superada esa primera toma de contacto con los folletines foráneos, TVE siguió buscando éxitos para su sobremesa procedentes de otras partes del mundo. Probó con las mexicanas Los ricos también lloran (1986) y Cuna de lobos (1988) y con la colombiana Caballo viejo (1989), pero fue la venezolana Cristal la que pegó el primer gran pelotazo en la TV española entre 1989 y 1990, llegando a reunir a 8,6 millones de espectadores (85% de cuota) en el capítulo de la boda de su protagonista.
No sorprende que en los 90, TVE continuase pescando en Venezuela los títulos de su parrilla vespertina. Entonces vimos La dama de Rosa (1990), Abigail (1992), Kassandra (1993), Leonela (1998) y la aclamada Rubí (1991), otro de los grandes éxitos de la década.
Ya en los 2000 llegó Gata salvaje (2003), que fue el segundo culebrón más visto de su lustro solo por detrás de la peruana Pobre diabla (2000). Eva Luna, también de Venezuela, cerró en 2011 el periplo de las telenovelas latinas en TVE.
México lindo, cuna de telenovelas
No solo de la tierra de las arepas vinieron los culebrones más aclamados de los 90 y los 2000. En Televisión Española también se vieron durante los siguientes años seriales argentinos, peruanos, colombianos… y sobre todo mexicanos.
Especialmente recordado el caso de Esmeralda (1998) y el de Rosalinda (1999), los dos títulos más potentes. Soy tu dueña (1996), María Mercedes (1996) y La usurpadora (1999) también están en el recuerdo, así como las novelas de la siguiente década.
Pasión de Gavilanes (2005) fue un auténtico fenómeno en Antena 3, donde su capítulo final reunió a más de 5 millones en prime time y derrotó incluso a Gran Hermano. También triunfaron la versión mexicana de Rubí (2006) y la juvenil RebeldeRebelde (2006), ambas en la cadena privada, y Doña Bárbara (2009) en la TV pública.
Otros éxitos con denominación de origen
Más corta es la lista de culebrones colombianos que han triunfado en España. Su máximo exponente es Yo soy Betty, la fea (2001) que se vio en Antena 3 y tuvo una adaptación española en Telecinco bajo el título de Yo Soy Bea (2006).
Entre los estadounidenses pegó el pelotazo Amarte así, Frijolito (2005) en TVE, que también emitió su spin-off Amar de nuevo. Marielena (1994) de La 1 y El cuerpo del deseo (2005) de Antena 3 también están en la lista de los “culebrones” más punteros de la TV española antes de que llegasen los turcos.
A día de hoy, aunque las parrillas de generalistas y temáticas están centradas en recoger los éxitos que vienen desde Estambul, los seriales latinos siguen teniendo su hueco (y su público) en cadenas como Nova. En sus 15 años de historia, la temática de Atresmedia ha revisitado con gran éxito títulos míticos como el mencionado Frijolito, Amor Bravío, Cuando me enamoro y Doña Bárbara. Te doy la vida (México) y Betty en NY (EE.UU.) son sus fenómenos actuales, más allá de Turquía.
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