Carla Bruni fue la nueva invitada de El Hormiguero, pero desde su estudio de París, por videollamada. Lo hizo para promocionar su nuevo disco que sale a la venta el próximo 9 de octubre con su mismo nombre. “Es un álbum muy próximo a mí, pero es que no había encontrado un título tampoco”, confesaba entre risas.
Sobre la situación del COVID-19 en su país, la cantante transmitió su preocupación: “Estamos en estado de alerta máxima y tenemos que cerrar los bares, limitar las reuniones pero soy optimista porque creo que van a encontrar un remedio pronto para esta enfermedad”.
Y tras ello, también habló sobre su forma de escribir canciones, su relación con Sarkozy y sus diferentes etapas tanto en la moda, como en el cine y la música.
“Cuando uno tiene una imagen pública hay que fingir un poco”
El presentador también recordó que su vida había sido “muy rica en experiencias” ya que había ejercido de top model, actriz y primera dama, por lo que quiso saber en cuál de todas esas facetas había fingido más: “Cuando uno tiene una imagen pública hay que fingir un poco, porque hay un personaje que nos ayuda”, confesó en referencia a la política.
Sobre ello, aseguró que su marido nunca le preguntaba asuntos políticos y “menos mal”, dijo, “me protegía mucho”. Y aunque aseguró que la no le decepcionó tampoco necesita “volver a repetir. Fue un orgullo, un momento interesante, excepcional, me enriqueció, fue muy intenso pero no volvería de cero”.
Motos quiso saber cuál era el secreto de continuar casados después de 12 años: “Diría que es un milagro, el azar, algo solo funciona si recordamos que puede fracasar”, respondió la invitada.
Nelson Mandela, una de las personas que más le ha impactado
En la línea de su faceta más personal, explicó que para ella, un día feliz era con “sol, mi familia, el amor y un plato de spaguettis” que podría compartir con Nelson Mandela, del que dijo que había sido una de las personas que más le había “impactado”.
El presentador también le preguntó por qué se había psicoanalizado durante 14 años: “Se hace para no estropearte la vida, hay temperamentos ansiosos, depresivos... y la terapia sirve para relajar todo eso. Desde que Freud lo inventó la gente presta mayor atención a la mente, algo que no había pasado antes. Reconforta y por qué no sentirse mejor si existe”, concluyó.