Alberto Chicote se propuso este martes denunciar las dietas peligrosas que circulan por internet y otros sitios si rigor ni control científico, pero lo que acabó denunciando fue a una empresa ante la Policía por suplantar su propia identidad.
La historia comienza cuando el equipo de ¿Te lo vas a comer? descubre la existencia de una supuesta entrevista a Chicote en la que el chef recomienda un producto llamado Reduslim. Unas pastillas para adelgazar que, según dice la presunta entrevista, están detrás de la pérdida de peso que el presentador ha experimentado en los últimos tiempos. El problema es que Chicote nunca tomó esas pastillas, nunca concedió esa entrevista y, para más inri, ese producto no lo prescriben los médicos ni los venden las farmacias, sino que solo está disponible de forma online.
Y eso hizo el presentador de laSexta, comprar por internet un paquete de esas pastillas. Lo hizo con un nombre falso (Francisco Jiménez), pero con su número de móvil verdadero. Nada más realizar la compra, Chicote recibió una llamada para confirmar el pedido, momento que él aprovechó para destapar toda la verdad.
Un “problema de promoción”, la excusa de la empresa
Haciéndose pasar por otra persona, Chicote preguntó a la persona que había al otro lado del teléfono si podía confirmar que Alberto Chicote había perdido peso con ese producto. “Sí, además de Alberto Chicote también don Santiago Segura, el director de cine. Ellos lo han empleado sin ningún contratiempo y han obtenido excelentes resultados”, dijo el vendedor para redondear un momento de lo más surrealista.
Tras escuchar las supuestas ventajas del producto -entre ellas, la inexistencia de “efecto rebote”-, Chicote se metió en su papel de comprador y exclamó un irónico “¡cómo he podido tardar yo tanto tiempo en descubrir esto!”. Duro poco, sin embargo, en ponerse serio y denunciar que él no era Francisco Jiménez, sino el verdadero Alberto Chicote. “Soy la persona que ustedes están utilizando de forma ilegal y fraudulentamente para decir que yo estoy utilizando su producto”, comenzó diciendo para, poco después, añadir: “Lo que ustedes dicen acerca de mí es una absoluta falsedad. Un fraude y un delito”.
“No no, para nada. Este es un producto altamente eficaz. Quizá es un problema de promoción”, aseguró el vendedor de Reduslim, que defendió su producto durante toda la llamada. “¿Utilizar nombre e imagen de personas conocidas que han perdido peso de otro modo para su propio beneficio. ¿Eso es un problema de promoción? Discúlpeme, señor, a eso se le llama delito”, aseguró Chicote, que decidió poner una denuncia contra la empresa “porque esto se tiene que acabar”.
“Hostia, que están poniendo mi nombre a un producto que se puede llevar por delante a alguien”, dijo visiblemente preocupado durante su conversación con la Policía, que le habló del negocio que hay detrás de estos productos fraudulentos: “La venta de medicamentos ilegales puede ser el tercer o el cuarto delito que genera más beneficio”.