El cielo puede esperar regresó a #0 con su segunda temporada y un funeral muy “de Nochevieja”. Siendo Cristina Pedroche su primera muerta y emitiéndose en la víspera del fin de año, no faltaron comentarios sobre su posible sustituta para dar las Campanadas, entre los que se barajaron nombres como Lorena Castel, Ana Pastor o Anna Simón. Pero que nadie se asuste, la presentadora estará esta noche en Antena 3, despidiendo el año junto a Alberto Chicote. Su defunción en el espacio de Movistar fue ficticia.
El formato volvió manteniendo la esencia que le llevó a convertirse en una de las grandes sorpresas televisivas de 2019 y, en sus nuevas entregas, además de haber renovado la puesta en escena, contó con un punto más de emoción, un Alberto Casado como nuevo maestro de ceremonias más mordaz de lo que fuera Dani Piqueras y manteniendo el espacio para las actuaciones en directo. Esta vez, de la mano de Pitingo, Viva Suecia y Camela.
La primera en dar su discurso de despedida fue Anna Simón, que aprovechó para recordar su actuación en Tu cara me suena imitando a Aitana y Ana Guerra: “Nosotras no hicimos Lo malo, hicimos Lo peor”. Los dotes de Pedroche para el canto fue uno de los temas recurrentes del funeral, así como la puesta en valor de su capacidad de trabajo y su elección del vestido para dar las campanadas.
Sobre su vestuario habló Josie, su estilista, que le recriminó que “se casó en vaqueros y es algo que nunca le he perdonado”. También habló sobre la primera vez que le pidió que le diseñara su vestido para las Campanadas, con tan solo mes y medio de antelación. “Si algo ha caracterizado la vida de Cristina ha sido correr”, bromeó.
Ana Pastor, por su parte, explicó por qué no seguía en Twitter a Pedroche, algo que la presentadora comentó también con Emilio Gavira, que repite acompañando a los personajes fallecidos en el limbo. “Estaba esperando a ver si le hackeaban la cuenta para que dijera algo interesante”, sostuvo.
En el funeral estuvieron también presentes su representante María Costa, que rememoró la intervención de Albert Ribera en el Debate de RTVE, pero cambiando la respuesta a la viral pregunta del ex líder de Cidadanos: “¿Lo oyen? Es el silencio de mi móvil”. Pedroche reconoció que con su muerte, su compañera viviría más tranquila.
No faltó tampoco Dulceida, quien confesó que no sabía quién era Pedroche la primera vez que la vio, y que se tomó con humor las veces que les han comparado porque han ido vestidas iguales a algún evento. Lorena Castell, de quien Pedroche temió desde el limbo “lo que fuera a contar”. “En la última etapa estaba un poco que rozaba la vigorexia”, apuntó. Su punto de encuentro con la presentadora fue el mismo que el de Aless Gibaja, la radio.
El influencer puso el foco en cómo Pedroche “ha llegado tan lejos en su carrera por creer en ella. Muchas veces cuando conocemos a la gente por sus looks, y eso es algo que le pasa a ella, si la gente la conociera de verdad, se enamoraría”. Algo sobre lo que la difunta afirmó: “No soy una croqueta, no puedo gustarle a todo el mundo”. Más allá de las bromas, los invitados destacaron especialmente el positivismo y la capacidad de trabajo de Pedroche, que se emocionó con los discursos de sus amigos.