Crítica
'El Embarcadero' confirma en su 2ª temporada que es lo que toda serie aspira a ser
En plena edad de oro de las series no basta con someterse a los principios básicos que siempre han regido la ficción televisiva para enganchar al espectador en su sofá. Bien lo saben Álex Pina y Esther Martínez Lobato, que tras años escribiendo títulos en el libro de historia de la televisión española decidieron cambiar las reglas del juego y arrebatar la manta, el mando y hasta el sofá a su público para sacudirle y revolverle con mundos emocionales y trascendentes.
Lo hicieron con 'La casa de papel', ya convertida en un fenómeno internacional, y después con 'El Embarcadero', una serie que no ha tenido un altavoz mundial como el de los atracadores del mono rojo y que debe ser un must para todo amante de las historias.
Y es que si la primera temporada te subía a una montaña rusa de emociones, la segunda que estrena este viernes 17 de enero Movistar+ te asoma al abismo para vaciarte por completo de la mano de sus tres personajes principales: Óscar (Álvaro Morte), Verónica (Irene Arcos) y Alejandra (Verónica Sánchez).
La última tanda de episodios arranca donde quedó la primera: con las dos protagonistas entregadas a su instinto más salvaje y con una revelación que pone patas arriba el mundo de ambas. A partir de ese momento se invierten los papeles de las viudas y solo juntas serán capaces de afrontar un futuro que lleva a todos los personajes al límite.
Una serie que te atrapa sin vuelta atrás
En su segunda temporada, 'El Embarcadero' sigue siendo lo que conocemos: una serie cautivadora que, al igual que La Albufera y Verónica hicieron con Óscar, te atrapa sin posibilidad de volver atrás. Una vez entras en su círculo emocional solo hay una opción: dejarte llevar. Así lo hace también Alejandra, que rompe con todo dispuesta a enterrar a su ser domesticado. Así lo hace la trama, que despierta tus instintos dormidos y te lleva de un extremo a otro al otro lado de la pantalla.
Esa es la clave de una serie como esta: no te muestra un mundo de ficción, te mete en él. Y en ese punto te da igual que el siguiente giro de la trama suene irreal para una vida como la tuya, solo sabes que quieres terminar el viaje.
El componente thriller, más escondido en la primera tanda de episodios, reflota en la segunda guiado por un Conrado (Roberto Enríquez) que coge más peso en la trama. La sexualidad, más desatada si cabe, sigue siendo fundamental y una vía imprescindible para descubrir los matices de cada personaje.
Y por si había dudas: sí, la barca llega a su embarcadero y deja todos los nudos bien amarrados en el último capítulo. La serie descubre todo lo que ocurrió con Óscar en sus últimos días de vida y hace disfrutar más que nunca de la travesía por La Albufera.
Irene Arcos y Verónica Sánchez, la luz de 'El Embarcadero'
'El Embarcadero' es luz: la luz de Valencia y su paraje natural que Migue Amoedo, el director de fotografía, ha captado como nadie. La de un entorno que envuelve a la perfección la intensidad emocional que desprende la serie. Ya hablamos en su día de su impecable factura, de la atmósfera que se crea con cada uno de los planos elegidos, y la segunda temporada sigue la misma norma.
Pero esta serie está marcada, por encima de todo, por la luz que desprenden sus dos protagonistas femeninas. Irene Arcos y Verónica Sánchez son la esencia de la serie y sin ellas, y su entrega emocional en cada una de las secuencias de la temporada, estaríamos hablando de un producto diferente -y probablemente mucho peor-.
Ambas actrices se han desnudado y vaciado para plasmar el huracán por el que pasan Verónica y Alejandra, dando la espalda a los parámetros morales asumidos de siempre. Ellas, como la serie, viven una transición durante toda la temporada para llegar a alcanzar el clímax perfecto. A destacar también Álvaro Morte, que en la recta final se desmarca del Óscar que conocíamos para remover con su mundo interior.
En definitiva, los 8 últimos capítulos de la producción de Vancouver Media y Atresmedia Studios dan todo lo que esperábamos de ellos al ver los 8 primeros, y conforman la serie más completa del ambicioso catálogo de producciones propias de Movistar+.