Juan Cavestany es, junto a Álvaro Fernández, cocreador y director de Vergüenza, la primera comedia original de Movistar+ que se estrena este viernes. Al mismo tiempo, también marca el debut del autor madrileño en ficción para televisión: “Más que un salto o cambio, es una evolución”, comenta al respecto.
La serie narra las desventuras de Nuria (Malena Alterio) y Jesús (Javier Gutiérrez), “una pareja normal con una vida normal, es decir, en crisis permanente”, como indica la sinopsis: “Viene de una afinidad entre Álvaro y yo, que éramos amigos y habíamos colaborado juntos en varios proyectos”, explica Cavestany, quien a su vez destaca el “humor escatológico por momentos, provocador en otros, incómodo...” del que goza la ficción cuyos secretos nos ha revelado.
¿Cómo surgió la idea de hacer Vergüenza
Viene de una afinidad entre Álvaro y yo, que éramos amigos y habíamos colaborado juntos en varios proyectos. Un buen día nos dimos cuenta que cuando compartíamos anécdotas, vivencias o ideas, muchas tenían que ver con situaciones de vergüenza, de ridículo, de exponer impulsos íntimos que uno prefiere mantener ocultos. De ese miedo a la vergüenza, en definitiva.
Y entonces, un día hace ya muchos años, caminando, pensamos en por qué no recolectar todas esas anécdotas y ponerlas en el contexto de una serie. Y ahí empezamos a escribir; nos inventamos un personaje con el que siempre teníamos la cara de Javier Gutiérrez en la cabeza. Y así estuvimos hasta que rodamos un capítulo piloto por nuestra cuenta con una situación muy parecida a la que ahora es el primer episodio de la temporada.
Vergüenza cuenta en su haber con más de 60 localizaciones naturales en detrimento del uso de plató. No deja de ser un dato singular en ficción, y más tratándose de una comedia...Vergüenza
Esta es una comedia de diez capítulos de veinticinco minutos cada uno. No sé, en este caso, cuál sería un número alto o bajo de localizaciones naturales. Al final es una comedia con un formato muy particular y además no planteada como una sitcom convencional; no hay tres decorados fijos con seis personajes de tramas entrecruzadas, sino que se trata de una película de dos personajes, que son Jesús y Nuria, y su círculo cercano.
Entonces, aparte del piso en el que viven, no hay muchas localizaciones que se repitan. Por otra parte, el planteamiento de Movistar, que consistía en entregarles diez episodios de una serie determinada para una plataforma de pago, nos llevaba a pensar en un rodaje más parecido al de una película, por localizaciones y no atado al plató.
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¿Le ha costado al reparto entrar en la propuesta dramática que planteaban para la serie? Especialmente en cuanto al tipo de humor, basado en la incomodidad que de algún modo genera el personaje encarnado por Javier Gutiérrez.
Tengo la sensación de que no ha costado entrar en este humor. Creo que no es un humor tan extremo; creo que lo extremo es en cómo está servido ese humor.
En la serie no hay nada revolucionario ni nada especialmente rompedor; es un equilibrio de las cosas. Y el equilibrio principal es entre lo dramático y lo cómico. Es un humor escatológico por momentos, provocador en otros, incómodo... pero por otro lado es una comedia romántica de personajes de verdad.
Lo peculiar de la serie es ese equilibrio en el tono en cuanto a los actores. Además, está creada en torno a Javi y Malena, cuya complicidad es enorme. Y luego creo que hemos hecho unos guiones que son bastante accesibles.
El proyecto ha tardado en gestarse desde que comenzaron a trabajar en él. ¿Qué considera que tenía la ficción que costaba tanto vender?
En este caso, creo que lo que costaba vender no era tanto la ficción o el tono, sino el formato de veinticinco minutos por capítulo. Entiendo que ha habido una parrilla muy estricta en la televisión generalista que se ha abierto ahora con la llegada de la televisión de pago.
Como esta no está sujeta a franjas horarias, uno puede hacer una serie de una hora, cuarenta minutos o treinta. Eso es lo que ha facilitado la llegada de Movistar, además no es una cadena que se vaya a fiar de las audiencias semanales, sino que va a valorar el prestigio global de cada una de las propuestas.
Vergüenza es su primer proyecto para televisión, aunque antes ya había trabajado en cine y en teatro. ¿Qué le animó a dar el salto a la pequeña pantalla?Vergüenza
Más que un salto o cambio, es una evolución. Creo que es un tipo de televisión que comparte muchas cosas con el cine e incluso con el teatro, y era el formato natural. Es decir, no es que dijera de pronto que quería hacer tele: esta idea que nos surgió a Álvaro y a mí era una idea de tele y nunca se nos habría pasado por la cabeza dirigirla a ningún otro formato.
Soy espectador, consumidor y me encanta la televisión. No soy de los que dicen que esta serie es casi como una película, como si estas fueran mejores; la tele es ya un formato con una historia y con un recorrido cultural muy significativo.
¿Es Vergüenza el comienzo de una relación más duradera con Movistar+? ¿Han recibido alguna propuesta más en este tiempo trabajando con la plataforma? Cabe recordar que la compañía prometió estrenar una Vergüenzamedia de entre 8 y 10 ficciones originales al año
No. Ahora mismo nuestra ilusión es estrenar esta, verla y comprobar la repercusión que tiene y, en el mejor de los casos, seguir con ella. Creo que los personajes de Vergüenza y sus circunstancias tienen más espacio para crecer y es lo que sería más apetecible a la hora de plantear con Movistar.
Javier Gutiérrez es el protagonista de Vergüenza, pero actualmente también lo es VergüenzaEn estoy vivo
No lo sé, la verdad. También se junta que tiene una película muy importante ahora en cartelera, que es El autor. Javi ahora es un actor en su momento de máximo esplendor, reconocimiento y trabajo, y ha sido casualidad.
He visto un episodio de Estoy vivo y es una serie radicalmente opuesta a lo que hacemos nosotros y, sin embargo, con El autor veo muchas coincidencias de tono y de personajes.