A sus 25 años, Javier Falces es considerado uno de los mayores traficantes de armas de nuestro país. Su ilícito negocio por internet, que llega incluso al extranjero, le ha puesto en el foco de la Guardia Civil. Ahora se enfrenta a una posible condena de 5 años, pero hasta que se celebre el juicio está en libertad con cargos.
Este joven navarro, que ni estudia ni trabaja, se dedica a “modificar armas detonadoras y convertirlas en armas reales” para luego venderlas, como le recordó una reportera de 'Equipo de investigación' en el programa de ayer.
Ambos hablaron en las inmediaciones de la casa de Falces, quien, lejos de sentirse incómodo por la presencia de las cámaras, apenas se inmutó. Incluso presumió que, en caso de conceder una entrevista, el formato de Gloria Serra tendría entre manos “un programa de la ost...” “Lo grabaremos y me reiré en unos años”, añadió.
“Hice algo malo, pero se hacen mil cosas malas en el mundo”
Y es que el protagonista de esta historia se toma risa los delitos cometidos. “Qué le vamos a hacer. A lo hecho, pecho” dijo ante la periodista, que no daba crédito ante esta despreocupada actitud.
Lejos de huir de las preguntas de la periodista, Falces estuvo unos minutos hablando con ella. Una charla en la que se mostró relajado y en la se definió a sí mismo como “un tío normal” al que “siempre le han gustado las armas, la mecánica y todas esas cosas”.
Aficiones que le han llevado por el mal camino, como él reconoció. Sin embargo, se toma con filosofía lo hecho hasta el momento. “¿Hice algo malo? Sí, pero se hacen mil cosas malas en el mundo”. Entre ellas, vender un arma a una persona que después se suicidó, como el propio Javier reconoció con frialdad.
Finalmente, el joven dijo no tener claro si, de cara al juicio, conceder una entrevista era la mejor decisión. Aun así, quedó en preguntárselo a su abogado. Como dijo Gloria Serra al terminar el reportaje, la respuesta fue negativa.