8 desastrosos padres televisivos que aún así merecen una felicitación en este día
Que el encierro preventivo por el coronavirus no nos haga olvidar las efemérides relevantes. Este 19 de marzo, estemos o no aislados entre cuatro paredes, toca celebrar el Día del Padre. Puede que las circunstancias no sean las óptimas, pero nunca está de más tener un detalle con nuestros progenitores, más aún en estos momentos en los que, en gran parte de los casos, toque estar separados y sin contacto directo durante mucho tiempo.
Estos días de distancia probablemente nos sirvan para reblandecernos y añorar estar cerca de nuestros seres queridos, aun cuando a veces podamos tener roces o nos saquen de nuestras casillas. Quien sabe si los hijos e hijas de esta galería de personajes televisivos disfuncionales podrían estar en nuestra misma situación. Los padres que aquí recopilamos distan de ser un modelo de nada: torpes, egoístas, infantiles... Pero en el fondo (a veces muy en el fondo), todos ellos comparten el amor por su familia y también merecen que les recordemos en su día.
Frank Gallagher en 'Shameless'
El ejemplo más claro de padre desastre que podemos encontrar en nuestra televisión actual está a punto de sentar la cabeza. Hablamos de Frank Gallagher, el personaje al que William H. Macy ha dado vida durante 10 temporadas de Shameless, ahora a punto de llegar a su fin.
Politoxicómano, embaucador, oportunista, promiscuo, sus continuas idas y venidas dejaron a Fiona, al borde de la locura, y a él mismo al borde de la muerte (como cuando sus propios hijos le tiran por un puente). Aun así, hay que reconocer sus esfuerzos por redimirse y tratar de hacer lo correcto con su familia... Aunque acaben siendo puntuales y no duren demasiado tiempo.
Phil Dunphy en 'Modern Family'
“Siempre he dicho que si mis hijos me ven como a uno de sus amigos idiotas, he triunfado como papá”. Si algo hemos aprendido después de once temporadas es que Phil Dunphy (Ty Burrell) no es el modelo paternal mejor calibrado: su carácter entre infantiloide y sobreprotector, y su hípersensibilidad y tendencia a decepcionarse con cualquier nimio detalle lo atestiguan y justifican que su suegro, Jay Pritchett nunca le haya tenido como el yerno ideal.
Pero eso no es motivo para hacer desmerecer todo su esfuerzo y afán por procurar que su familia esté siempre unida y sea dichosa. Phil Dunphy es un padre con recursos ilimitados para meter la pata, pero también para hacer feliz a los demás. En sus palabras: “Si la vida te da limonada, haz limones, y la vida se quedará en plan, 'pero qué'?”.
Berto Romero en 'Mira lo que has hecho'
Transitando los terrenos de la autoficción, Berto Romero se ha convertido a sí mismo en un personaje espejo de lo que muchos padres pueden sentir en este mundo contemporáneo.
El Berto de Mira lo que has hecho es un tipo falible que, sobre todo en la segunda temporada, parece vivir más a gusto en la fantasia de ficción que se ha montado (literalmente, en forma de una serie de televisión) que en la realidad, con los problemas que acarrea: la rutina, las responsabilidades, las dificultades para mantenerse unido a la pareja una vez se multiplican los problemas... pero también la ilusión de un primer hijo deja a un lado cualquier idea de glamour profesional o social.
Homer y Peter Griffin
Los Griffin y Los Simpson no son ejemplo de buenas conductas o buenas costumbres, en buena medida por el ejemplo de sus progenitores. Homer y Peter no son tan diferentes: ambos tienden a escaquearse del trabajo para ir a la taberna de Moe o a la Almeja Borracha, y tienen unas dotes con sus hijos poco menos que cuestionables: si uno acostumbra a agarran del pescuezo a Bart, el otro disfruta martirizando a la sufrida Meg, el saco de sparring familiar. Pero aunque no se pueda decir que siempre aprendan de sus múltiples, continuados errores, ni vayan sobrados de seso, ambos tienen un corazón de dos dimensiones que no tarda en salir cuando la ocasión lo requiere.
Walter White en 'Breaking Bad'
Bien es cierto que, en sus últimas horas, acabaría reconociendo que todo lo que acabó haciendo lo hizo por él, por un afán egoísta, pero no es menos cierto que pese a su deriva criminal y egotista, Walter White no era más que un modesto padre de familia que quería proveer a los suyos de lo que merecían y necesitaban. Un profesor brillante capaz de doblegarse y trabajar como vendedor a tiempo parcial con tal de mantener la economía doméstica, con los arrestos de asomarse al mundo criminal con tal de procurar una estabilidad financiera a su mujer e hijos una vez él no estuviera, a causa de un cáncer de pulmón que arrastraría durante 5 temporadas.
Los acontecimientos llevaron a White a mutar en un capo sin igual, en ese volátil y manipulador Heisenberg que acabaría convirtiéndose en un peligro hasta para esos a quienes quería proteger. Pero aun así, todavía podíamos atisbar en pequeños destellos esa personalidad soterrada, a ese hombre que solo quería tener una vida digna.
Jacobo Vidal en 'Matar al padre'
En su crítica de Matar al padre, nuestra compañera Paula Hergar se refería a Jacobo Vidal, protagonista de esta miniserie al que encarna un estupendo Gonzalo de Castro, como una versión cruda del arriba mencionado Homer Simpson. No le falta razón. Estamos ante un tipo obsesivo y sobreprotector, bastante maleducado y con una amarga filosofía de vida consistente en contener la alegría por temor a que pudiera convertirse en tristeza.
Sin embargo, a medida que profundizamos en su comportamiento durante los cuatro episodios que conforman la propuesta de Mar Coll para Movistar+, más fácil es acabar cogiéndole cariño. Aunque sus decisiones sean, como mínimo, cuestionables, entendemos que sus intenciones son puras, y no podemos más que soportarlo y, también, quererlo.
Ash Williams en 'Ash vs. Evil Dead'
Quienes no hayan seguido las desventuras televisivas de Ash J. Williams, el improbable salvador de la humanidad creado por Sam Raimi e inmortalizado por Bruce Campbell, probablemente desconozcan que, entre lucha y lucha contra los demonios kandarianos, también tuvo tiempo para engendrar a una hija. Así lo descubrimos en el inicio de la tercera y definitiva temporada de Ash vs Evil Dead, centrada precisamente en la asunción de su paternidad de Brandy (Arielle Carver-O'Neill), una adolescente un tanto contestataria.
Si el “Capitán Supermercado” ya era un héroe caótico pese a sus décadas de experiencia, su labor como padre es cuando menos cuestionable: hacer que tu descendencia presencie cómo desmiembras a su madre, previamente poseída, en pleno sepelio, o que descuartice a su abuelo resucitado (Lee Majors, otro que tal baila) apenas lo ha conocido no es la mejor manera de estrechar lazos. Por suerte, la inminencia del apocalipsis servirá para que Ash demuestre todo su temple y liderazgo, y termine por conseguir la confianza de una joven que, en el fondo, se parece a él más de lo que ella quiere reconocer.