El fichaje de Alberto Díaz, exdirector de Sálvame, para potenciar el bloque de corazón y entretenimiento de Espejo Público lleva dejando sus frutos desde que el programa inició temporada. La llegada con honores de Gema López y la incorporación de Alonso Caparrós ya habían advertido de esa gradual “salvamización” del magacín de Antena 3 en su segmento Más Espejo, que este viernes ha dado un paso más en la transformación.
Una de las imágenes más recurrentes de Sálvame era la del presentador o presentadora de turno acercándose a la zona de dirección para consultar algún tema o aspecto de la escaleta. Era así como los espectadores se familiarizaban con los directores del espacio, fueran Díaz o David Valldeperas (o Carlota Corredera en anteriores etapas). Más Espejo ha jugado a repetir esa escena a la par que incurrían en otra práctica del ya extinto formato: los cebos.
De los cebos a los planos de dirección
En este caso, el programa ha anticipado la llegada un nuevo fichaje a su mesa de corazón: “Es una persona que se implica en muchos temas, y que aquí va a tener varios frentes abiertos de los que hablar”, anticipa López, en su función de copresentadora. Todo ello mientras Díaz le daba “berridos” a través de pinganillo, para indicarle qué podía o no decír de esta incorporación misteriosa.
Dadas las circunstancias, la periodista del corazón se acercaba al realizador: “Soñaba con dar un plano de Alberto. No hay nada que a él le guste más”. Y así lo hacía al acercarse a su puesto para hablar con él. “¡Las ganas que tenía de hacer ese paseo!”.
Un karaoke para promocionar 'La Voz'
Pero esta no era la única escena deudora de Sálvame. Los últimos minutos de emisión se reservaban para la entrada en plató de Eva González, a fin de promocionar La Voz, que arranca su nueva edición este mismo día 15 en Antena 3. Lejos de realizar un bloque convencional, el espacio matinal conducido por Susanna Griso decidió crear su propia parodia del talent show con la colaboración de sus tertulianos.
Sálvame acostumbraba a realizar bloques temáticos para asimilar la publicidad de espacios de Telecinco en su día, siempre desde una perspectiva desenfadada y desvergonzada. Algo así ocurría en Espejo Público, que montaba La Tos, una versión paródica de La Voz en la que todos, con Susanna Griso a la cabeza, habían de demostrar sus (cuestionables) dotes vocales ante la coach, González.
La propia presentadora, junto a Miquel Valls, Nacho Gay y Sofía Cristo, y Caparrós y López se desgañitaban en este cierre de programa, que incide en la progresiva traslación de la esencia de Sálvame ahora con otra cara y en otra cadena.