¿Por qué un formato que ha triunfado en más de 50 países no ha cuajado en España? Esa es la gran pregunta que surge tras observar la deriva de Factor X en Telecinco, donde ha pasado de ser la gran apuesta musical de la cadena a quedar ingresado en la noche de los viernes sin voluntad de reanimación.
El programa que produce FremantleMedia llegó el pasado mes de abril a Mediaset como “el talent de los talent”, como un formato que pretendía marcar las diferencias en un momento en el que el género había resurgido gracias a OT 2017, dando un paso más que otros concursos de la casa como La Voz o Got Talent.
Los inicios fueron esperanzadores: tras arrancar en viernes con un buen 17.2% de cuota y casi dos millones y medio de curiosos espectadores, Factor X se adueñó de la noche de los miércoles con cinco semanas consecutivas de liderazgo y cifras de share óptimas, un 15.8% de media. La suerte del programa que conduce Jesús Vázquez cambió cuando regresó a los viernes en un intento de Mediaset por dañar los cimientos de La catedral del mar de Antena 3.
En su vuelta a la noche de su debut, el talent se desplomó de forma sorprendente, y pasó de ser líder invicto a verse con datos muy lejanos a los esperados (13%, 10%, 9.7% y 10.7%), por detrás de El Paisano de TVE. Ni el efecto arrastre de Portugal-España del Mundial -que mantuvo a 10 millones de espectadores pegados a Telecinco- logró sumar fieles, y solo sirvió para aumentar un 1% de cuota con respecto a la semana anterior.
¿Qué ha pasado para que la audiencia no se haya sumado a la fiebre internacional por la X? Es complicado dar con el factor clave que hace que los programas cuajen o no en un momento dado, pero a continuación analizamos los posibles motivos que han provocado que no se cumplan las expectativas.
Saturación de talent shows
Uno de los problemas de Factor Xde una temporada repleta de talent shows -especialmente musicales (OT, Tu cara me suena, La Voz y La Voz Kids)-. Lejos de aprovechar el tirón, el formato de Telecinco ha terminado empachando al espectador.
Y es que el público de este género tiene la capacidad de empatizar con unos cuantos concursantes, pero no puede con todos los formatos que hay en emisión. Al margen de los que ya habían sido lanzados semanas atrás -OT, Tu cara me suena y La Voz- Factor X ha tenido que convivir con dos titanes como Supervivientes y MasterChef, y ha coincidido en parrilla con La Voz Kids, el talent más visto del curso en la cadena.
Desconocemos qué habría ocurrido con el programa si hubiera llegado en otoño como el primer talent de la lista, pero visto el resultado el escenario actual ha jugado en su contra.
Rostros poco novedosos
Telecinco insistió desde el principio en que Factor X no era un talent show al uso. Tenía razón. A sus manos llegó un formato diferente a los otros concursos musicales que pueden encontrarse tanto en su parrilla como en la de las cadenas rivales. Sin embargo, Mediaset primó jugar sobre seguro a apostar por algo fresco.
Jesús Vázquez es un seguro de vida para la cadena, más si cabe en formatos musicales, pero su presencia al frente de otro más -con La Voz Kids todavía en emisión- pudo hacer que muchos lo vieran ya de primeras como más de lo mismo.
Igual ocurre con Risto Mejide, que lleva de juez en Telecinco todo el año de manera ininterrumpida, con Laura Pausini, que destacó en La Voz hace relativamente poco, y con asistentes como Carlos Rivera e India Martínez, que han estado también en el talent de las sillas.
Como novedad apostó únicamente por Xavi Martínez y Fernando Montesinos, debutantes en un formato de estas características, que han cumplido su función de manera correcta.
Protagonismo excesivo de los jueces
Por otra parte, y como ya ocurre en otro formato como La Voz, el peso del programa recae más sobre los jueces que sobre los propios concursantes. Los VIP, en este caso Mejide, Pausini, Martínez y Montesinos, son protagonistas en las galas con sus valoraciones, rifirrafes y show, y las actuaciones musicales quedan en muchas ocasiones relegadas a un segundo plano.
Quizás por esto resulta más complicado para los espectadores conectar y empatizar con los concursantes, a los que no llega a conocer como sí hace en otros programas. Factor X lo trata de compensar en las galas en directo con pequeños vídeos resumen de su semana en la escuela, pero no engancha.
Además, la política proteccionista de Mediaset en plataformas como Youtube no permite que las actuaciones musicales tengan mayor recorrido que el propio programa en directo. En las últimas semanas ha abierto algo las puertas con un canal oficial de todo el grupo en el que comparte alguna actuación aislada, pero poco más.
Cambios de programación
Por último, cabe hacer mención a los cambios de programación que ha sufrido Factor X desde su estreno, y que le han impedido fidelizar con su audiencia. Tras llegar en viernes, el talent se desdobló al miércoles unos días después para quedarse en ese prime time durante cinco semanas. Allí se convirtió en líder invicto, manteniendo su cita semanal con los espectadores y conservando datos estables.
No obstante, la llegada de La catedral del mar a la cadena rival provocó que Telecinco lo moviese de nuevo al viernes, donde se ha desplomado. Con el final de Supervivientes, la cadena decidió situarlo en el jueves -los propios jueces lo llegaron a confirmar en sus cuentas de Twitter-, para finalmente echarse atrás en el último momento.
Se desconoce si Mediaset hará algún otro intento por recuperar los datos en sus galas finales, pero los datos no dan mucho lugar a la esperanza.