Felipe González protagonizó una “noche histórica” al debutar en El Hormiguero cuando se cumplían 25 años desde que dejó la presidencia. “Me sentí liberado ese día. Hasta yo estaba harto de mí mismo”, confesó el ex político.
Explicó que, a diferencia de lo que le había contado Adolfo Suárez sobre que cuando se retiró “dejó de sonar el teléfono”, según González a él no ha parado de timbrarle: “De dónde más peticiones tenía era de Catalunya para hablar de la transición en diferentes lugares”.
Subrayó que, cuando habla “no interfiero ni hablo en nombre de nadie, es mi opinión, hablo en mi nombre”. Y reconoció que la última vez que ha hablado con Pedro Sánchez fue en la formación de gobierno. Así como en la actualidad habla con Mariano Rajoy.
En esa línea, aseguró que desde que presenta su podcast habla “con todo el mundo, creo que en España hace falta diálogo. Invité a Carmena, también hablaría con Núñez Feijóo...”, momento en el que interrumpió Pablo Motos para preguntarle si también entrevistaría a Santiago Abascal: “No”, dijo rotundamente, “yo tengo un límite”.
Para finalizar, aclaró que es del PSOE “pase lo que pase. Me siento huérfano de representación, no solo por el PSOE. Busco con pasión que en un discurso del Parlamento haya alguien a quien pueda aplaudir”.
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