Fernando García, padre de Miriam, una de las tres víctimas del caso Alcàsser, estuvo entre los protagonistas del comienzo de curso en Cuarto Milenio.
La decimoquinta temporada del espacio presentado por Iker Jiménez dedicó su primer programa, realizado por primera vez en directo, al misterio en torno al crimen, y dio espacio para que el hombre pudiera no solo extenderse en los motivos que le llevan a no aceptar la teoría oficial sobre el caso, sino también para criticar a Netflix por la imagen que de él se dio en la docuserie estrenada a finales de mayo. “Al programa de Netflix habría que echarle unas cuantas cuentas y contar unas cuantas cosas”, afirmó.
“He molestado a muchos, y por eso me difaman, me llaman sinvergüenza y que he robado y me he aprovechado de la muerte de mi hija”, comentaba y pasa a señalar a los responsables del documental El caso Alcàsser. “Me estuvieron grabando días y horas. El último capítulo no lo he querido ver, pero me han dicho lo que hay, deja entrever que soy un sinvergüenza”, asevera.
En el documental, de Bambú Producciones, se especula con que García y el investigador Juan Ignacio Blanco se habrían lucrado con el dinero aportado a la Fundación Niñas de Alcácer, partiendo de un expolicía que grabó a ambos con cámara oculta para demostrar que el padre de Miriam se atribuyó el dinero de la fundación. A García le molesta que la producción no explicara que el juez no vio delito alguno tras estudiar las pruebas.
“Después de cuatro meses, su señoría dijo que no había delito alguno. Eso lo omiten y dejan que la gente piense soy un sinvergüenza”, explicó a Jiménez.