En esta quinta edición de Got talent estamos viviendo unas actuaciones en las que “el talento pasa a ser la excusa, para que los concursantes cuenten sus historias”, decía Risto Mejide.
Y es que tras varias semanas viendo audiciones emotivas por el ejemplo de lucha de sus protagonistas, la entrega de hoy ha sido la culminación de todas ellas.
Paz Padilla daba su pase dorado a un cantante senegalés que le conmovió desde que contó su historia, así como un refugiado sirio se llevó tres síes y el respeto de todos los presentes tras compartir su experiencia.
El botón dorado de Paz Padilla
Big Moon, un cantante senegalés, se presentaba ante el jurado explicando que había salido de su país para “mejorar” su vida y la de su familia.
A Paz Padilla, con tan solo escucharlo se le ponían los ojos vidriosos, el joven explicaba que su familia aún estaba en Senegal y él aquí intentaba arreglar su situación.
En su actuación interpretó el “Baby can I hold you” que conquistó tanto a Dani como a Paz pero a Risto y a Edurne les dejó “fríos”. La cómica le pidió que cantara algún tema en su idioma natal y cuando lo hizo acabó de convencer a todos.
“Ha habido algo que se ha movido, ha habido algo que ha vibrado en este escenario”, reconocía el publicista, mientras Dani Martínez aseguraba que no solo cantaba “muy bien sino que también bonito”. Y tras escuchar que Edurne también le daba el sí, Paz corrió a pulsar el botón y darle el pase directo a una historia que le había emocionado. reconocía Risto Mejide antes de apretar el pulsador del pase de oro.
“Tratad de entender nuestras vidas”
Por primera vez en el espacio de Fremantle, una audición tenía lugar en la calle frente al teatro. En ella, un refugiado sirio que huyó de la guerra, arrastró con su melena a los jueces mientras estaban subidos en un coche de 3.500 kilos.
Al volver al escenario, Moustafa de 44 años se presentaba relatando su historia. Porque no solo era capaz de superarse en la prueba que les había mostrado, también ante las adversidades de la vida que es mucho más dura, aseguraba.
Explicó que había huido de Siria tras perder a toda su familia en un solo día: “Gracias a Dios, que me dio la fuerza para seguir. Por favor, tratad de entender nuestras vidas. Nuestro problema, el por qué venimos aquí. ¿A venir a comer gratis? ¡No! Estoy tratando de salvar mi vida para empezar una nueva vida normal, con esperanza”, explicaba.
El jurado, por su parte, solo tenía palabras de admiración y todos le dieron el “sí” excepto Risto.