La segunda entrega de Gran Hermano: Límite 48 horas celebró su esperada salvación de uno de los nominados: Juan, Nerea, Óscar o Diego.
Además, mostró la crisis de pareja por la que están pasando Vanessa y Javier, que incluso han llegado a hablar de “abogados” para la separación. Así como la otra crisis de Nerea al llamar a Diego por su nombre real, Luis, y casi descubrir su secreto.
Todo ello, mientras varios compañeros están contra Óscar, y Edi confesaba a Ainara (Violeta) que se sentía atraído por ella pero aún piensa en su ex.
La audiencia salva a Nerea de la expulsión
Juan, Nerea, Óscar y Diego eran los nominados de la semana. Con los cuatro en la lista negra, Jorge Javier Vázquez les mostró cómo estaban los porcentajes ciegos: 40%, 36%, 19% y 5%.
A los cuatro les pidieron que se trasladaran a la sala de expulsiones para vivir la salvación de uno de ellos. De esta manera, el presentador empezó anunciando: “La audiencia ha decidido que continúe nominado Juan”.
Tras su regreso a la casa, en la sala se quedaron Óscar, Diego (Luis) y Nerea. El siguiente en descubrir que seguía en peligro era Óscar, que también se despedía y marchaba.
Finalmente, la pareja se quedó a solas y pudo besarse todo lo que deben reprimir. Minutos después, escuchaban lo que los espectadores habían votado: “La audiencia ha decidido que se salve de la expulsión Nerea”.
Las nuevas “novias” llegaron de la mano a la casa oficial
Lucía y Silvia por fin entraban en la casa oficial, con la coartada de ser novias, en vez de mellizas que es la realidad. Ellas se escondieron en el confesionario y el programa hizo entrar de dos en dos a los inquilinos.
Allí, todos fueron conocieron a sus nuevas compañeras y, en muchas ocasiones, preguntaron si eran hermanas o primeras. Ellas se reían pero rápidamente les quitaban esa idea de la cabeza: “Somos novias”.
Cabe recordar que si alguno descubre su relación real (igual que la de Violeta, Luís y Nerea) serán expulsadas de forma fulminante.