¿Qué pasaría si existiera la aplicación ideal para encontrar a tu alma gemela? Es la premisa de Charlie Brooker para crear el capítulo más tierno (o menos crudo) de la temporada. Aunque a menudo no lo veamos, incluso monstruos como Black Mirror esconden en su interior un pequeño corazón. Después del éxito con San Junipero, una oda a los años 80, a la igualdad y a la vida en general, han querido repetir la jugada.
Según IMDB, Hang the DJ es el mejor episodio de esta nueva hornada. Esta es una sensación que incrementa si lo vemos justo después de Cocodrilo y los 60 agónicos minutos que suponen enfrentarse a una de las entregas más insulsas de la serie. Tras llevarnos hasta el infierno, Brooker propone una ruta guiada por el edén del amor en el que, como siempre ocurre, nada es lo que parece.
El encargado de dirigir la orquesta es Tim Van Patten, que ya cuenta con experiencia en productos de renombre como Los Soprano, The Wire o Juego de tronos, entre otros. Aquí se esfuerza por explicarnos la historia de Frank y Amy, dos jóvenes apuntados a un programa para encontrar pareja. Todo queda definido por un algoritmo: desde qué persona es compatible hasta el tiempo que puede pasar con ella.
Aunque lo primero que podemos pensar es en la referencia a Tinder, Brooker explicó que la idea surgió de otra aplicación alejada de las relaciones amorosas: Spotify. La app de música en streaming tiene un apartado llamado “descubrimientos semanales”, donde añade canciones en función de la actividad del usuario. Una vez que sabe suficiente de ti, determina que en esa lista debe estar Pink Floyd o Coldplay. Hang the DJ es lo mismo, pero aplicado a las parejas. “Es como una versión codificada de la vida real”, señala el creador de la serie.
Pero Hang the DJ tiene un problema, y tiene nombre: San Junipero. A pesar de que el desarrollo es diferente, ambos parten de una base parecida: las relaciones sentimentales. ¿Han intentado repetir la misma fórmula? Comprobarlo es imposible sin adentrarse en los entresijos de esta odisea. Por eso, a partir de aquí, SPOILERS.
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Solo necesitamos escuchar los primeros acordes musicales para comprobar que Brooker busca ponerse sentimental. De hecho, por unos instantes hasta parece una secuela de San Junipero, como desde hace tiempo se rumoreaba. Pero no, por fortuna para todos está ambientado en un mundo diferente.
Brooker señalaba las diferencias entre ambos en una entrevista para The Hollywood Reporter: “San Junipero es un drama sobre la llegada a la mayoría de edad, a cómo revivir tu vida si los prejuicios que existen”. En cambio, añade que Hang the DJ “explora las citas contemporáneas” en un mundo donde quedar con alguien es tan fácil como tener match en Tinder. “¿Cómo te tranquilizas con alguien si sabes que hay miles personas con las que podrías estar?”, indica el creador.
La distopía se acerca a lo visto en películas como Langosta, en el que los personajes no solo tienen pareja por presión social, sino porque se ha convertido en una orden de primera necesidad. Por ello, las almas solitarias son llevadas a un hotel en el que tienen 45 días para encontrar acompañante.
En Hang the DJ también hay parte de esa crítica. Toda cita sigue un esquema parecido: la pareja se conoce en un restaurante, comprueban cuánto tiempo ha definido el algoritmo que estarán juntos (que pueden ser minutos o años) y, al final, terminan en una casa. Refleja el miedo a estar solo, pero también a vivir acompañado por la persona equivocada.
La mejor muestra de ello es el timelapse en el que vemos a Amy y a las personas que pasan por su cama: son relaciones superficiales, que no llegan mucho más allá del sexo. Por unos momentos parece que el episodio es una sátira sobre los millenials y la poca madurez emocional para tener relaciones “como adultos”, no como aquellas que terminan en una noche. Sin embargo, todo cambia cuando empezamos a comprobar que el software.
Los protagonistas se conocen y, a pesar de la evidente química entre ellos, el algoritmo determina que solo estarán 12 horas juntos. Es una de las muchas pistas que nos deja sobre algo que luego resulta evidente: lo que muestra es una recreación. El aroma a El show de Truman se respira por todas partes.
El mundo representado es tan artificial que solo faltaría decir algo como “por si no nos vemos luego, buenos días, buenas tardes y buenas noches”. Pero al igual que ocurre con San Junipero, al menos llegado hasta cierto punto, los detalles que lo revelan están muy bien ocultos. Después del final, no vemos nada con los mismos ojos.
Compatibilidad del 99.8%
Frank y Amy nunca se han conocido. Parecen personas, pero en realidad son simulaciones dentro de un programa de software. El sistema, como Brooker aclara en Entertainment Weekly, “simula 1.000 versiones diferentes de alguien y una pareja potencial” para comprobar si son compatibles entre sí.
Lo que descubrimos es una de esas recreaciones, una de las muchas veces que el dúo arriesgó su vida para permanecer juntos y salir del estado opresivo en el que están inmersos. Si se rebelan contra él significa que están hechos el uno para el otro. Al final tienen una estadística de todas las veces que ha ocurrido, que en este caso es del 99.8%.
Pero, ¿por qué se titula Hang the DJ? Llegados a este punto podemos comprender perfectamente la analogía de Brooker con Spotify. El creador anima a salir de esa lista de descubrimientos que en teoría define nuestros gustos musicales. Incita a “ahorcar al DJ” (que sería Spotify), para explorar las opciones más allá del sistema porque, como muestra el capítulo, a veces la verdadera revelación está al margen de él.
Del mismo modo que ocurría en San Junipero con Girlfriend In A Coma, The Smiths ponen voz al significado de la historia: “Ahorquen al bendito DJ porque la música que ponen constantemente no dice nada sobre mi vida”, sugiere la canción Panic al final del episodio, cuando los Frank y Amy reales se conocen en un pub.
Para Charlie Brooker puede que sea un relato muy diferente al de Yorkie y Kelly, pero al finalizar resulta casi inevitable el efecto déjà vu de un San Junipero descafeinado. Es, de nuevo, una alegoría de la caverna bajo otro disfraz. Eso no quita que, a pesar de ello, podamos disfrutar de uno de los mejores (quizá el mejor) episodio de la temporada