Económicamente, el sector televisivo es muy rentable gracias a los importantes ingresos por la publicidad. Así lo demuestran las cuentas de los dos grandes grupos privados, Mediaset y Atresmedia, que cada año declaran ganancias millonarias.
Con la irrupción de las plataformas, se temió que el negocio pudiera verse afectado. Y así ha sido. No porque las nuevas empresas entrasen en el reparto del pastel publicitario, ya que se financian a través de sus suscriptores y apenas tienen publicidad, pero sí por provocar que el consumo televisivo descienda, y con ello el precio de la publicidad al llegar a menos espectadores. Algo similar a lo que ocurre en verano, como hemos analizado y explicado recientemente.
Así pues, y aunque sus negocios no son exactamente iguales, sí que podría comprenderse que el sector de las “telecos” presentase las mismas normas para todos. Pero lo cierto es que este nuevo mercado de las plataformas se ha convertido en la principal batalla de las cadenas tradicionales.
HBO, el último ejemplo conocido
Este martes, el diario El Independiente ha desvelado que HBO sólo ha declarado en España 681.000 euros de beneficio en cuatro años al cobrar a sus clientes desde Suecia. La misma información explica que los abonados españoles no pagan ese importe a la filial española, sino que lo hacen directamente a la matriz sueca HBO Nordic AB.
¿Qué provoca este entramado empresarial? Que los ingresos que genera HBO en España repercutan sólo una pequeña parte en nuestro país, y que el grueso se vaya a Suecia. En estos cuatro años en servicio, además de ese beneficio declarado, HBO España ha pagado 284.885 euros por impuesto de sociedades.
Esto no es porque el negocio vaya mal. De hecho, HBO España declaró un beneficio de 326.557 euros en 2019, un 52% más que en el año anterior (214.453 euros) y muy por encima de sus dos primeros años (80.705 euros en 2017, y 59.699 euros en 2016, cuando operó nueve meses). Y en 2020, con el coronavirus, seguramente haya crecido aún más, aunque el dato de su cifra de suscriptores, como hacen todas las plataformas, no se comunica nunca oficialmente.
Netflix, el referente y otro modelo de esta estrategia
La estrategia empresarial de HBO no es nueva, y lo más importante es que es legal. El ejemplo más cercano y similar lo encontramos en Netflix. En junio de 2019 se supo que las dos filiales del gigante estadounidense en España solo pagaron 3.146 euros en concepto de impuesto de sociedades en su primer ejercicio fiscal en nuestro país. Una cantidad equivalente al IRPF que paga un trabajador que gana 24.000 euros anuales.
¿La razón? La misma que HBO, pero cambiando el país. Las cuotas de los clientes de Netflix en España se facturan a través de la sociedad holandesa. De esta forma, las sociedades que el gigante tiene en España solo tributan por sus servicios de intermediación, por los que facturaron en torno a medio millón de euros, y el grueso sigue fuera. Cabe recordar que este 2020, y por el coronavirus, los beneficios de Netflix se duplicaron de enero a marzo a nivel global, como reconoció la propia compañía.
Las cifras de HBO conocidas ahora no hacen más que sumarse a esta táctica que es legal, y que también aprovechan otras grandes tecnológicas como Facebook o Apple para conseguir una fiscalidad más ventajosa en países como los citados Suecia y Holanda, entre otros. Frente a esos movimientos, la Unión Europea intenta establecer un nuevo modelo fiscal que haga que las multinacionales tecnológicas y online tributen en los países en los que están presentes.
Las televisiones comerciales lo denuncian
Mientras a nivel europeo es la UE la que toma cartas en el asunto, a nivel estatal la petición de igualdad es una reclamación mantenida por las televisiones comerciales desde que las plataformas empezaron a operar en España.
En enero de este mismo año fue la última vez que UTECA (la Unión de Televisiones Comerciales en Abierto) reclamó al Gobierno que igualase las condiciones de las plataformas. Esta unión, que engloba a Atresmedia, Net TV, Veo TV, Ten, Trece, Real Madrid TV y DKiss; recordó una vez más que su actividad no sólo tributa íntegramente en España, sino que además tienen una serie de obligaciones en materia publicitaria, de protección al menor, financiación de la televisión pública (RTVE) e inversión en producción nacional y europea de cine y series. Las plataformas no tienen que cumplir ninguno de esos requisitos.
Aunque Mediaset salió de UTECA en marzo de 2019 alegando “profundas diferencias con algunos asociados”, y ha llegado a situarse “al margen y en contra” de la unión cuando ésta pidió ayudas por el coronavirus, también se suma a esta reclamación. Todas las televisiones de España reclaman que se apruebe una nueva Ley de Comunicación Audiovisual para que la totalidad de las empresas del sector, sin importar su tecnología de emisión al considerar que ya existe “un mercado único de publicidad sobre dichos contenidos audiovisuales”, tengan los mismos derechos y obligaciones.
Aunque resulta paradójico que al mismo tiempo que se produce este enfrentamiento que ya dura años, las distintas cadenas alcancen acuerdos para convertirse en “partners” (como Atresmedia con Netflix, o Mediaset con Amazon Prime Video), el conflicto parece detenido a nivel político y legislativo.
La solución política y legislativa, en tierra de nadie
En junio de 2019, hace ya más de un año, el Gobierno inició la reforma para que plataformas como Netflix y HBO paguen la “tasa RTVE”, una de las obligaciones que en España tienen las televisiones comerciales desde que la Corporación pública dejó de emitir publicidad, pero no las plataformas.
De esta forma, el Ejecutivo iniciaba la senda para cumplir lo que un año antes había ordenado Bruselas al aprobar una directiva que igualaba a los operadores audiovisuales y daba luz verde a los distintos gobiernos nacionales para que equiparasen impuestos de las nuevas plataformas a los de cadenas tradicionales. La Unión Europea dio 21 meses a sus países miembros para que incorporasen esta medida en su legislación nacional. Superada esa fecha, la ley aún no se ha aprobado.
Hace apenas dos meses, a principios de junio, el diputado de Más Madrid Íñigo Errejón volvió a llevar al Congreso esta cuestión, denunciando cómo “Netflix pagó en 2018 3.146 euros. Lo mismo que 20 suscripciones”.
Los datos ahora conocidos de HBO simplemente vienen a sumarse a los de Netflix, los dos principales actores del nuevo mercado de las plataformas en España. Y confirman la estrategia (todavía legal) de este tipo de multinacionales, contra la que desde siempre han protestado las televisiones comerciales tradicionales. La solución al conflicto la dará un nuevo marco legislativo, que por un motivo u otro sigue sin concretarse y se dilata en el tiempo.