La expectación en torno al estreno de Hunters en Amazon Prime Video no ha estado exenta de polémica. El Museo Estatal Auschwitz-Birkenau ha tachado la serie de “irrespetuosa y peligrosa” por lo que consideraba una representación caricaturesca de los crímenes que tuvieron lugar en el campo de concentración nazi situado en Polonia.
El museo, que se estableció en el campo de exterminio para mantener presente el recuerdo del mayor genocidio de la historia (1,1 millones de personas, en su mayoría judías, serían asesinadas en estas instalaciones), manifestó su malestar por una escena en concreto, que aparece en el primer episodio de la serie: en ella, el personaje encarnado por Al Pacino narra al de Logan Lerman una historia acaecida allí: una tortura consistente en organizar una partida de ajedrez humano en la que los prisioneros habían de comerse y matarse como si fueran piezas del juego.
“Auschwitz estuvo repleto de horribles sufrimientos documentados por los relatos de los supervivientes. Inventar un juego falso como este no solo supone una tonta y peligrosa caricatura. Además, da alas a futuros negacionistas”, clamaban en Twitter. Desde este perfil, clarificaron que suelen ofrecer asesoramiento a producciones audiovisuales, algo que rara vez, dicen, ocurre. “La consideración de que una película puede mentir sobre la realidad, al ser solo una película es algo con lo que no estamos de acuerdo. Esto es irrespetuoso y peligroso”.
El creador responde: “No quería recrear situaciones reales”
El creador de la serie, David Weil, respondió a las críticas con un comunicado remitido a Deadline, en la que pretende dejar claro que la serie está siempre basada en hechos reales y que el objetivo de esa escena era “contrarrestar de la forma más poderosa posible las narrativas revisionistas que tratan de blanquear los crímenes nazis, con la muestra más extrema -y verídica en lo representativo- del sadismo y violencia que los nazis perpetraron contra los judíos y otros colectivos de víctimas”.
“Aunque Hunters es una serie narrativa con personajes de ficción, está basada en la realidad. Pero no es un documental, ni nunca se planteó como tal”, recalca. “Lo más importante para mí era plantearme la pregunta definitiva al contar una historia sobre el Holocausto: ¿cómo puedo contar algo sin tener que utilizar la experiencia vital concreta de una persona? Por eso tomé la decisión de poner a todos los prisioneros y supervivientes de los campos de concentración números por encima del 202.499, que era el número más alto tatuado a un prisionero en Auschwitz. No quería que ningún personaje tuviera un número específico, porque no quería hacer una mala representación de una persona real ni de un episodio real. Era esa responsabilidad la que me movía cada día y cada noche durante años, cuando escribía, producía y montaba esta serie”.
“¿Por qué sentí necesario crear un hecho ficticio cuando hay tantos ejemplos del horror? Los nazis perpetraron toda clase de acciones de sadismo, e incluso hay pruebas de juegos de crueldad contra sus víctimas. Simplemente no quería recrear situaciones de trauma reales”, medita el coshowrunner, que insiste en agradecer a los responsables del Museo de Auschwitz la labor que hacen por mantener vivo el recuerdo de víctimas y supervivientes de la shoah, como es el propio caso de su abuela, Sara Weil. “Creo que estamos en el mismo bando y trabajando por lo mismo. Espero que podamos llegar a un punto de entendimiento sobre cómo conseguir lo que buscamos”.
Los cazanazis liderados por Al Pacino no terminan de convencer
Hunters llegó el pasado viernes 21 de febrero al catálogo de Amazon Prime Video. Lo ha hecho con críticas mixtas tanto por parte de la crítica española como internacional. “La discusión en torno a la ética de la representación de la Shoah impregna a una serie que parece no saber a qué pensamiento adherirse y termina por contradecirse en sus formas de expresión”, escribía Lorenzo Ayuso en su crítica para Vertele.
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