Ya son siete las ediciones de La isla de las tentaciones en Telecinco, pero el formato aún sigue sorprendiendo en cada estreno gracias al acierto de casting tanto por las parejas escogidas como por los solteros y solteras.
Por lo que el estreno de la séptima entrega del reality ofreció a sus fieles lo que pedían: lo de siempre con ingredientes nunca vistos. Por un lado deleitó con los primeros zascas de Sandra Barneda, las habituales (y vergonzosas) presentaciones y los límites erróneamente marcados. Y por otro, asombró con Andrea- la novia con todas las papeletas para ser la protagonista de la edición-, Borja al que su novio veía parecido con Maluma y las solteras con Broncano, el ingrediente karmático hacia María y David y hasta un salseo relacionado con Rauw Alejandro y Rosalía.
Todo empezó con la separación de Alba y Rober, Andrea y Álvaro, Ruth y Niko, Ana y Borja y María y David sin despedida. Mientras ellos se marchaban a Villa Playa, las solteras que iban a tentarles pasaron por delante de las novias provocando la hiperventilación de Andrea. Primer indicio de que iba a ser la protagonista “sufridora” necesaria en cada temporada.
Novia a la fuga ya en la ceremonia de collares
Instalados en sus respectivas villas, descubrieron que la luz de la tentación volvía a ser solo una y con los colores del semáforo: verde el límite menor como criticar a la pareja, naranja roces y rojo besos y sexo. Así lo acordaron todos, equivocándose como cada año, y provocando que la luz sonara ya en la primera noche, cuando ellos estaban ya con las solteras pero ellas no. Las dos alarmas en Villa Montaña hicieron que Andrea estallara de forma “desproporcionada y surrealista” como dijeron sus compañeras.
Tras la primera noche, llegó la presentación de las solteras y solteros y la ceremonia de los collares. Al reencontrarse las parejas, Andrea y Alba “leyeron la cartilla” a Álvaro y Rober, precisamente los que no habían hecho absolutamente nada. Cuando una de las solteras entregó una tablet con las primeras imágenes de ellos, solo fue Ana la que se decepcionó de Borja.
Los solteros se presentaron y pusieron casi todos los collares entre Ruth y María. Mientras que cuando se presentaron las solteras llamó la atención Zaira, una viceversa a la que se le había relacionado con Rauw Alejandro, y ella misma subrayó su capacidad de “romper parejas” con la indirecta de “trá trá”.
Pero todo saltó por los aires cuando dos solteras pusieron el collar a Álvaro y Andrea no aguantó más: “Esto no es para mí”, dijo furiosa y se marchó llorando, pateando hasta la pared. Álvaro se derrumbó, no pudo reprimir las lágrimas y hasta pidió a las otras novias que le dijeran a Andrea que la quiere pero ella no entró en razón.
¿Primer abandono de un novio?
Al día siguiente, en la elección de las primeras citas Andrea volvió a atacar a Álvaro. Pero fue Rober quien soltó la bomba: “Estoy bastante mal, esto me ha superado y por mi parte voy a abandonar”. A lo que Barneda respondió con un “¿Cómo?” y Alba le miró negándose a creerlo.
Así acabó el primer programa.
Un estreno que sumó el ingrediente morboso del karma con la relación entre María y David. La tentadora y el ex novio de Elena que tanto la hizo sufrir y que ahora vuelven a ponerse a prueba, provocando el deseo de muchos espectadores de que la venganza haga su trabajo. De hecho, el primero de los míticos zascas de Barneda fue para él cuando aseguró que no iba a hacer nada malo:
“La primera vez que nos vimos también me dijiste que estabas muy enamorado”, soltó la presentadora y él no dejó de sonreír. Tiempo al tiempo...