Javier Gutiérrez y Malena Alterio celebran “el giro” de 'Vergüenza': “Han rizado el rizo al meternos en un thriller”
Después de dos temporadas pasando Vergüenza, Juan Cavestany y Álvaro Fernández Armero han introducido una vuelta de tuerca total en esta tercera temporada, acaso menos incómoda pero totalmente efectiva gracias al giro de sus tramas. Así lo reconoce su pareja protagonista, Javier Gutiérrez y Malena Alterio: “Aquí han rizado el rizo. Meternos en una suerte de thriller, en una temporada llena de suspense donde el espectador tiene que ir encajando las piezas para encontrar a un posible asesino, siendo una comedia, me parece muy acertado”, comenta el primero.
“Es un giro de 180º”, prosigue su compañera de reparto. “Se podían haber conformado con continuar con las meteduras de pata de Jesús y Nuria, pero han ido más allá con un cambio de estilo siendo fieles a la esencia”, aporta ella, que recalca: “Me parece muy valiente por su parte que no se conformaran. Normalmente en las series si algo funciona se estira y no paran de repetirse las mismas situaciones. Aquí no. Y aquí cada temporada va sumando y en esta dan un salto mortal”.
Este tirabuzón creativo parte, de acuerdo a Gutiérrez, de un cuidado y respeto por el espectador, pero también de una total confianza de Movistar+, “que se han mojado hasta arriba”. “Era una apuesta arriesgada, irreverente, nada vista... Y de repente, Domingo Corral y su equipo apostaron fuerte y no solo plantearon un capítulo, a ver qué pasaba”, recuerda Alterio. “Siempre estamos un poco condenados por esto en las generalistas”, añade sobre la dificultad de que un fenómeno así se pueda dar en abierto; al fin y al cabo, pasaron varios años hasta que la serie encontró su hogar, después de plantear un primer piloto que se presentó a cadenas sin éxito.
Gutiérrez vislumbra en Vergüenza un cambio de tendencia para la comedia televisiva, que cada vez llama más la atención de la crítica y de los premios: “Al hilo de esta serie, Vota Juan me parece un buen ejemplo de otra comedia transgresora y con una forma de hacer comedia que no se hacía hasta hace poco”, dice, reivindicando un género, el cómico, “que suele estar relegado a un segundo o tercer plano, favoreciendo siempre al drama o al thriller”.
Y si bien Alterio concuerda con él, añade que “la comedia se valora más a nivel de público”, porque este “agradece mucho que le hagas reír”.
Por eso, pese al cambio de tercio, la vergüenza se mantiene se mantendrá en torno a Jesús, el terrible protagonista, convertido la persona más odiada de toda España a causa de un incidente acaecido en el primer capítulo y que sirve a su vez para reflexionar sobre la fama y el poder mediático: “La acción que él ha hecho no es buena, pero hay gente a la que le gusta hacerse ver y notar. Yo no lo entiendo, pero verlo en otra gente que simplemente por aparecer en la televisión es capaz de cualquier cosa me parece duro”.