Javier Olivares: “El público mundial ha elegido series que en España no son las grandes vedettes”
Había cinco series nominadas a la última edición de los Premios Platino, celebrada en Riviera Maya, pero solo una era la legítima vencedora. El Ministerio del Tiempo se había metido al público iberoamericano en el bolsillo desde la alfombra roja, donde sus tres representantes recibieron una atención digna de los campeones. Tan solo Las chicas del cable tuvieron un espejismo de posibilidad, que se esfumó en cuanto Javier Olivares subió al escenario sin sorpresas a recoger su figurín plateado.
El showrunner creó junto a su difunto hermano -Pablo Olivares- un producto brillante del que se presume tanto dentro como fuera de las fronteras españolas. Desde la emisión de su primer episodio en TVE, allá por febrero de 2015, se han sucedido las loas a su carácter original y didáctico que consiguió acercar la Historia a los más jóvenes e incluso a la cadena pública, caracterizada por una audiencia más bien entrada en años.
Sin embargo, tres años y tres temporadas más tarde, El Ministerio del Tiempo también es pasto de titulares por la criticada estrategia de promoción de TVE y por los bamboleos de fechas, franjas horarias y renovaciones a los que fue sometida por la cadena. Olivares, por su parte, acaba de fichar por Globomedia y regresa así como productor ejecutivo al lugar donde ya trabajó como guionista de Los Serrano o Los hombres de Paco, entre otras.
No hay una cuarta temporada del Ministerio a la vista, al menos en TVE, pero eso no impide que Olivares sueñe con verla en un “sitio donde se le tenga el cariño que se merece el esfuerzo que hacemos”. Nos reunimos con el productor antes de la entrega de premios en México para analizar la ola de prestigio mundial que está bañando a las series españolas. Y, sobre todo, ¿sirve para algo en territorio nacional?
“Es muy importante que ficciones como Vis a vis, La casa de papel, El Ministerio del Tiempo o Merlí funcionen a nivel internacional porque son series que las audiencias tradicionales no verían”, asegura. “El público de otros países nos ha elegido aun cuando en España no somos las grandes vedettes. Esto tendría que hacer recapacitar a nuestra industria”, dice el creador de una serie que fue castigada por el 9.3% de cuota de pantalla de su tercera temporada.
De hecho, esta tercera y última temporada pudo llevarse a cabo gracias a la financiación de Netflix, ya que TVE había dado por cancelada su emisión tras la segunda. “Somos un pequeño milagro. Una mosca cojonera que sigue sorprendiendo a todo el mundo de una manera directa y fresca. Por el boca a boca. El Ministerio ha sido trending topic durante cada emisión sin entrar en cambalaches de contratar a influencers para que hablasen de ella”, presume.
Los ministéricos han sido la gran baza de la serie producida por Onza Entertainment para defender la fidelidad de sus seguidores frente a otras con una mayor audiencia tránsfuga. Sin embargo, las cadenas se mueven por los datos, y quizá el futuro de El Ministerio del Tiempo dependa más de los gigantes del streaming de lo que a priori parece. “Ojalá [Netflix] siga contando con nosotros”, desea su productor.
Sin embargo, “el Ministerio ha sido poco promocionado, sobre todo si lo comparas con La casa de papel. Es una empresa privada, hace lo que quiere y hay que respetarlo. Lo mismo que si comparas una serie de Antena 3 o de Telecinco con una de TVE. El Ministerio del Tiempo es un huerfanito. Da la sensación de que, o entras dentro del gran cuerpo de la industria o es muy complicado que dejen dar ideas a una productora pequeña. Y no lo critico, es envidia sana. En general nos han tratado muy bien”, asegura.
No en vano, los de Reed Hastings han logrado algo insólito con La casa de papel, que ya se ha convertido en la serie de habla no inglesa más vista de la plataforma. “Es la campaña perfecta de promoción para un producto que vas a hacer tuyo. En ese sentido hay que quitarse el sombrero con Netflix y con Atresmedia. Me parece un modelo a seguir y confío en que alguien en TVE se de cuenta de que ese es el futuro”, concede Olivares.
Pero no es oro todo lo que reluce, y Netflix ha sido duramente criticada por las consecuencias de la compra de la serie de Atresmedia. Para empezar, en los catálogos de otros países aparece como producción original. Una táctica que usa la plataforma para quedarse con los derechos internacionales de la serie en exclusiva. La otra polémica surgió por la precaria situación de los guionistas tras su trasvase a la plataforma. “Fliparías con la cantidad de especificaciones que hay sobre todo lo que cedes. Lo normal es que intenten quitártelo todo”, admitieron estos profesionales a El Confidencial.
“Yo creo que los guionistas hemos perdido mucho tiempo sin hacer lo que deberíamos en cuanto a nuestros derechos. La SGAE -a la cual pertenezco- y ALMA tendrían que empezar a plantearse que hay un montón de espacios donde el trabajo de los guionistas no se paga”, critica el showrunner. “Por ejemplo, cuando tú ves una serie en la web de una cadena, o cuando se hacen determinados trabajos posteriores sobre una idea tuya. La productora se pone en manos de la cadena, cien por cien, y urge decir que eso no está bien”, insta.
De momento, asegura que en sus series eso no ocurre porque “un guionista no se puede meter a productor y tratar mal a sus compañeros”. En cuanto al futuro, Javier Olivares mira hacia Globomedia, aunque no le gusta comparar entre series. Ni entre El Ministerio del Tiempo y lo que haga a partir de ahora en la fábrica de Águila Roja y Médico de familia. “La cadena es la que te marca. Siempre”, sentencia como estocada final.