Los Javis protagonizaron este jueves la nueva entrega de La matemática del espejo, el programa de entrevistas que Carlos del Amor presenta en La 2. Javier Calvo y Javier Ambrossi hicieron un largo repaso a su vida, tanto a nivel personal como profesional, desde su juventud hasta sus primeros coqueteos con la fama. Algo que, en el caso de Calvo, comenzó en la adolescencia, cuando se dio a conocer por su papel de Fer en Física o Química.
La serie de Antena 3 tuvo un gran éxito, pero eso no se tradujo en nuevas oportunidades para el entonces incipiente actor. De hecho, el teléfono “no sonó absolutamente nada en dos años”, lo que le sumió en un mar de dudas: Yo decía: '¿Qué va a pasar conmigo ahora? ¿Qué voy a hacer?'. Y lo que hizo fue empezar a escribir y dirigir, algo que acabó siendo “importantísimo” para él. No solo para ganarse un futuro, sino también para hacer desaparecer esa “necesidad de validación” que, según él, le “atormentaba mucho”.
“Menos mal que dejé de actuar, porque me hacía sufrir muchísimo”, dice ahora, al mismo tiempo que señala que estar dos años parado no es fácil: “Solo se recomiendo a alguien que se dedica a ser actor si de verdad hay una vocación real”.
“Este es el fin de nuestra carrera, olvídate de todo”
A partir de ese momento, Calvo encontró su verdadera vocación. Y de ahí, un proyecto exitoso tras otro con Paquita Salas, La llamada, Veneno y, más recientemente, La Mesías. Sin embargo, las dudas le han seguido persiguiendo este tiempo. “Yo en todos los proyectos le he dicho a Javi [Ambrossi]: 'Nos hundimos en este proyecto. Esto es una mierda'”.
Como anécdota recordó en La matemática del espejo lo que pasó en el preestreno del primer capítulo de Paquita Salas, hace ahora ocho años: “Fuimos al cine a ponerlo. Lo acabamos una hora antes de entregarlo a los proyeccionistas. Le dije a Javi: 'Bueno, pues ya está. Este el fin de nuestra carrera, olvídate de todo. Esto es una mierda y la gente se va a reír en nuestra cara'. En Veneno, igual. Tengo esa cosa de que en un momento me da mucha inseguridad, y él tira mucho para adelante”.
Ambrossi, en cambio, afronta cada trabajo con la convicción de que “va a funcionar”, aunque asegura que “en el día a día lidio más con vocecillas”. Aun así, tiende a relativizar las decisiones que toman en el set de rodaje y los obstáculos que se encuentran en cada grabación. A Calvo, en cambio, suele tener una reacción diferente a según qué contratiempos: “Repetimos el día de rodaje malo o nos hundimos”.
En Paquita Salas también empezaron a descubrir la importancia de crear un buen ambiente en el set de rodaje, algo que no siempre es posible. En este sentido, Javier Calvo puso como ejemplo el día que se enfadó con Brays Efe: “Vino enfadado y yo me enfadé con él y, de repente, como que le grité y dije: 'Ya está bien, se acabó'.”. El director no tardó mucho en asumir su parte de culpa: “Al día siguiente traje un jamón y. dije: 'La próxima vez que alguien hable mal a alguien,, empezando por mí, que ayer me equivoqué, tiene que invitar a jamón a todo el equipo”.
En cada trabajo, Los Javis han lanzado o relanzado la carreras de diferentes actores y actrices, desde la Ana Rujas y el mencionado Brays Efe hasta las de Belén Cuesta y Anna Castillo, por ejemplo. Sobre esto, Calvo comentó lo siguiente: “Para mí lo bonito y lo satisfactorio es ver que, después de algo que hayamos hecho, tienen carreras increíbles y ganan millones de premios”.
Carlos del Amor también quiso saber cómo les gustaría que fuesen recordados en el futuro. “Ni me lo planteo, siento que estoy aún en un punto de aprendizaje”, apuntó Ambrossi. “Como personas que hicieron un impacto positivo en su entorno, que crearon algo que sirvió para la gente. Es para lo que estamos aquí, para hacer algo que perdure y que sirva a los demás”, afirmó Calvo. “El hecho de que Veneno sea una serie pionera y que sea la serie con más personajes interpretados por personas trans en la historia del audiovisual español, y que detrás de las cámaras también tenga el récord de personas trans trabajando en los diferentes departamentos. Esas cosas perduran”, añadió Ambrossi.
“Es peligroso que los derechos LGTBIQ+ sean un símbolo negociable”
Durante la entrevista, Los Javis también hablaron de su compromiso con los derechos LGTBIQ+, el cual se traduce en sendas colaboraciones con dos Fundaciones. Por un lado, la Fundación 26D, con la que empezaron a colaborar mientras escribían Veneno y que se dedica, según Calvo, “Hacen una labor increíble porque trabajan para cuidar a las personas que nos han abierto camino al resto del colectivo”. La segunda fundación es Eddy, que ayuda a “jóvenes LGTBI a los que han echado de casa y son gente que no tiene dónde dormir ni qué comer”.
Por casos como estos, ambos creen que “hay que luchar día a día” por los derechos LGTBIQ+. “Creo que sería muy injusto para todas estas personas mayores, algunas de las cuales han muerto por esta lucha. No se sentirían orgullosas si vieran a generaciones que se lo toman como 'esto es así, y ya está''. La lucha tiene que continuar”, señaló Ambrossi.
El director, guionista y productor también denunció que “hay gente que cree” que quitando derechos al colectivo “ganan votos”. “Parece que se ha convertido como en un símbolo, y lo peligroso es que los derechos LGTBI sean un símbolo negociable. Eso da miedo”, añadió al respecto. “En España se han intentado tirar muchos derechos del colectivo LGTBI, entonces creo que hay que seguir luchando”, concluyó Calvo.