Qué mejor programa que Viva la vida para lanzar un alegato sobre eso mismo, sobre la necesidad de vivir la vida. Al menos eso debió pensar el inigualable Jonathan, que tras dejar su impronta en la primera gala del Secret Story de anónimos, este fin de semana volvió a dar muestras de su singularidad en el magacín de Telecinco.
Nuestro protagonista, que acudió al programa para hablar de su hermana Cora, una de las 16 concursantes del nuevo Secret Story, aprovechó su presencia en Viva la vida para defender aquello de que “al mal tiempo, buena cara”. Algo que hizo a su manera, despertando elogios y aplausos entre los colaboradores, pero también caras de incredulidad ante el 'show' que montó en plató.
Todo comenzó cuando Sandra Barneda, presentadora este fin de semana de Viva la vida por la baja de Emma García, preguntó a Jonathan por su hermana y el juego que ésta podía dar en la casa. El invitado pronto se desmarcó de la pregunta para lanzar su discurso vitalista, que de primeras incluyó afirmaciones como las siguientes: “Yo tuve cáncer de testículos en el huevo izquierdo. Yo tengo un huevo de goma, pero yo con ese huevo de goma hago lo que la gente normal no hace con sus dos huevos originales”.
Terelu Campos conectó rápidamente con Jonathan y aplaudió su voluntad de “desdramatizar” una enfermedad tan cruel como el cáncer, que ella ha superado en dos ocasiones. Sandra Barneda se unió a los elogios de la tertuliana y dijo de Jonathan que va a ser “uno de los grandes descubrimientos y uno de los ejemplos de que prejuzgamos muchísimo, porque creo que cuanto más se te vaya conociendo más gente que te ha prejuzgado dirá ”pues no era como yo creía“”.
Tras esa reflexión, la presentadora poco tardaría en quedarse boquiabierta y mirar a Jonathan con perplejidad cuando éste, para sorpresa de los allí presentes, se puso de pie y comenzó a caminar por el plató mientras pronunciaba un apasionado alegato en favor de la vida y en contra del odio. Un discurso que comenzó con una defensa personal tras los comentarios que recibió durante la gala del jueves, en la que su llamativo comportamiento despertó las sospechas del público.
“Soy Jonathan y he venido a mostrar mi corazón”
“A mí se me ha tachado de que iba puesto y muy drogado, y claro que me drogo. ¿Sabéis cuál es mi mayor droga? Cada vez que sale el Sol y me hace sentir vivo”, comenzó diciendo el hermano de Cora, que fue más allá: “Mientras respiremos hay que ser felices y hay que sonreír porque la vida ya es suficientemente cruel. Aquí hemos venido para convertir lo cruel que es la vida en amor. Lo contrario al miedo no es el odio. Siempre nos han vendido eso, Lo contrario al miedo es nada, Es el amor por encima del miedo. El odio no es nada. El odio te intoxica a ti mismo, no va a ninguna parte”.
El plató en su conjunto guardó silencio ante el discurso de Jonathan, que defendió ante las cámaras -acercándose incluso a ellas en primer plano- ser alguien especial a prueba de críticas: “A mí me podéis tachar de lo que queráis, me podéis intentar hundir, pero cuando un clavo sobresale, lo normal es que te intenten incrustar otra vez en la madera. Pero yo no soy un clavo: yo soy Jonathan Vaquero Segú y he venido a mostrar mi corazón, guste o no guste. Entonces, por mucho que intentéis hundirme [porque] hay excesivos comentarios, coño, vamos a vivir. ¿O es que no ha servido de nada la pandemia? Hay que respirar y ser felices”.
Sus palabras despertaron diferentes reacciones. José Antonio Avilés, por ejemplo, se preguntó quién trata de hundir a Jonathan, mientras que Luis Rollán aplaudió lo dicho por el invitado. Makoke, por su parte, preguntó a Jonathan por qué no se había presentado él al casting, y Sandra Barneda pidió al entrevistado que volviera a su sitio para retomar el ritmo del programa.