El diario de Jorge ha encontrado un filón con las pruebas de ADN para determinar si existe relación de hermandad entre dos personas, Ana Isabel y Rafa, que se encontraron y quedaron convencidos de que eran hermanos nacidos de la misma madre. Ella, que había sido adoptada, pasó por el programa para encontrar a Gemma, de quien creía que podría tratarse de su hermana biológica, pero en un giro de acontecimientos el formato de Boomerang dio con él, y sus historias enseguida parecieron entrelazarse.
El talk show conducido por Jorge Javier Vázquez ha seguido el devenir de acontecimientos con sumo interés y este miércoles 9 sacaba de dudas a sus participantes. No sin suspense, el programa que había unido a estos dos desconocidos se encargó de resolver las dudas y confirmar sus sensaciones.
“Obtenidas las muestras biológicas de los dos pacientes, y tras el análisis de identificación genética, el test de hermandad revela de forma concluyente, con una fiabilidad del 99,9%, que... Rafa y Ana Isabel sí son hermanos”, leía Vázquez, desatando la emoción en plató. La del presentador también, que se había mostrado sobrecogido durante estos últimos instantes de emisión.
“Se me quiebra la voz”, avisaba Vázquez. “Me acuerdo perfectamente del primer día que viniste aquí, y mira la que se ha liado”, dijo antes de leer el resultado, justo al final del programa.
“Hay que llorar de vez en cuando”
“¡Ay, qué emoción, qué emoción!”, reconocía mientras se abrazaba a Ana Isabel. “Me está costando hablar”, decía, recomponiéndose antes de emplazar a los espectadores a la emisión del jueves, en la que se desvelaría si los dos hermanos de madre guardan parentesco también con Gemma. Acto seguido, y con los ojos vidriosos, se dirigía a Ana Rosa Quintana, como cada tarde, en la transición de El diario a TardeAR.
“Ha sido superemocionante, estábamos pendientes todos”, aseguraba la periodista, que añadía que a sus compañeros de tertulia VIP y a ella “se les había salido el corazón”. Vázquez apostilló: “¡Y mañana más!”, mientras se secaba las lágrimas. “¡Estoy llorando!”.
Ana Rosa aprovechó para dejar un último mensaje: “Pues está muy bien. Hay que llorar de vez en cuando. Y de alegría”, dijo antes de despedirse. “Mañana me cuentas más cosas, voy a llorar”, concluyó él el momento.