Jorge Javier Vázquez aprovecha su blog en la revista Lecturas para hablar por primera vez de cómo está yendo su nuevo programa, El diario de Jorge. Como hemos analizado, en su primera semana en Telecinco siguió una trayectoria descendente de audiencias, y en esta segunda empezó con mínimo el lunes, y este martes al menos ha subido, aunque sólo a un 6.9% de cuota.
Como ya ha hecho en su programa, ironizando al arrodillarse ante una invitada que le dijo que le veía todos los días, el presentador abre su extenso texto con el mismo recurso, explicando que le ha emocionado ver a Alcaraz en los Juegos Olímpicos, pero que lo que más le gusta es que “ningún otro partido suyo volverá a coincidir” con su programa. Jorge Javier bromea con que, por su competencia contra los Juegos Olímpicos en La 1, ha “llegado a preguntarle a Google cuánto duraba de media un partido de tenis”, además de mirar de “manera enfermiza” sus horarios. “Pero ya está. Se acabó Alcaraz, no coincidimos más”, concluye el presentador, lamentando que perdiese contra Djokovic: “Me cae fatal. Por soberbio, por antipático y por antivacunas”.
Jorge Javier se centra en esa competencia a la que ha tenido que hacer frente en sus primeros días en El diario de Jorge celebrando que ya no competirá contra tenis ni fútbol (“tanta paz os llevéis como descanso dejáis”, les dice), pero sabe que llegarán más trabas: “Vendrán otros deportes, lo sé. Y nos seguirán haciendo daño”.
El presentador prefiere tomarse de otra forma estas complicadas circunstancias iniciales: “Me tranquiliza saber que solo nos queda por sufrir otra semana más de Juegos. Lo pienso fríamente y casi lo agradezco. Así podemos ir rodando el programa. Ajustándolo, engrasando elementos. Y yo puedo ir haciéndome tranquilamente con la mecánica”.
“Requiere tiempo para adquirir alma, corazón y vida”
Haciendo referencia a lo que le pasó su segundo día, cuando se “equivocó” en una de las puertas, vuelve a reírse explicando que ya han puesto nombres a cada una de las cuatro puertas de acceso al plató, y pidiendo paciencia: “Comprenderéis que necesite mis días para hacerme a ellas”.
Y en resumen, reconoce: “Qué nervioso estaba el primer programa. Aceleradísimo, con el corazón disparado. Hacía años que no tenía esa sensación”. Eso sí, simplemente esa primera semana ya acabó con mejores sensaciones: “Tanto el jueves como el viernes volví muy contento a casa. Las piezas están empezando a encajar. Me estoy haciendo con la dinámica y con Verónica, la directora”. Sobre ella, también explica que “acoplarse requiere tiempo, paciencia y entusiasmo. En una semana hemos progresado más que adecuadamente”.
Es más tajante al salir del equipo y al hablar de la recepción fuera: “Recomiendo a todos los compañeros que estrenen un programa alejarse de las redes”. Jorge Javier reconoce que todo el mundo tiene derecho a opinar, pero que como presentador “tienes todos los números para volverte loco”, y sentencia con lo que no puede: “Lo que no soporto son los consejos”.
Como en política, Jorge Javier pide un tiempo de cortesía: “Ante un estreno televisivo me acuerdo mucho de los cien días que se le da a un gobierno que acaba de llegar al poder para empezar a valorar sus acciones. Pues lo mismo con un programa de televisión diario que nace con vocación de permanencia. Requiere tiempo para adquirir alma, corazón y vida”.