El legado de series de Juan Diego, mítico comisario Castro de 'Los hombres de Paco'
El actor Juan Diego ha fallecido este jueves a los 79 años de edad. El sevillano, ganador de tres premios Goya, es uno de los intérpretes más importantes del cine español reciente y símbolo de la lucha de los derechos del colectivo, como destaca Cultura de elDiario.es.
Reconocido sobre todo por sus interpretaciones en teatro y cine, en películas como Dragón Rapide, La noche Oscura, El rey pasmado y Los santos inocentes; su carrera deja también un legado de series que merecen igualmente un homenaje televisivo, especialmente por su vocación sobre las tablas.
Recientemente, el más famoso y el que único que realmente logró asentarle en una ficción fue su papel como el comisario Lorenzo Castro Riquelme en la exitosa Los Hombres de Paco, que interpretó durante la serie original emitida en Antena 3 del 2005 al 2010 y también recuperó en el regreso de la ficción en 2021 para Atresplayer Premium y la misma cadena. Un papel que le valió el premio Fotogramas de Plata.
Cierto es que en este siglo se había prodigado muy poco en series, aunque pueden destacarse su participación en Toledo, cruce de destinos (también de Antena 3, en el 2012) y su protagonismo en una miniserie que fue un referente de ligarse con la actualidad como Padre Coraje (también de Antena 3, en el 2002).
Su papel como ese padre que asume el riesgo personal de infiltrarse en los bajos fondos de Andalucía para descubrir quién mató a su hijo le permitió ganar el Premio de la Academia de la Televisión y también el de la Unión de actores.
Antes de cambiar de siglo fue mucho más prolífico, y sobre todo se convirtió en un referente del teatro televisado. Desde los años 60 se hizo popular por formar parte del elenco habitual de Estudio 1, y del mismo modo intervino en espacios teatrales como Primera fila, Teatro de familia, Novela, Teatro de siempre, Pequeño estudio, La risa española, Hora once, Teatro breve o Teatro estudio, entre otros, demostrando su predilección por las tablas durante tres décadas, hasta los 80.
Al mismo tiempo, y sin querer ligarse de una forma tan constante como sí hacía en el teatro, desde los 60 a los 90 también intervino en series, por lo general en personajes secundarios o simplemente esporádicos, sin querer asumir el protagonismo. Así participó en ficciones como Mi hijo y yo, Fernández, punto y coma, Habitación 508, Páginas sueltas, Del dicho al hecho, Las doce caras de Eva, Suspiros de España, El pícaro, Segunda enseñanza, Turno de oficio, y las más recientes Los ladrones van a la oficina (1993) e Historias de la mili (1994), las únicas en los 90.
De entre sus obras que quedan póstumas, no hay ningún crédito televisivo. Como explica elDiario.es, deja dos papeles pendientes de estreno en Venus, de Víctor Conde y en Historias, de Paco Sepúlveda.